sábado, 17 de octubre de 2020

Crítica: The Pale Door

ASTINUS NOS HABLA SOBRE LA CITA OBLIGADA CON EL EMERGENTE WESTERN DE TERROR, AUNQUE MUY LEJOS DE LOS YA CLÁSICOS DEL SUBGÉNERO


A grandes rasgos, western y terror parecen dos subgéneros poco proclives al entendimiento, quizás por la dimensionalidad épica de la que puede adolecer el primero y la sensación minimalista en su tono del segundo. No quita ello que se hayan creado buenas producciones en los últimos años, y es inevitable acordarse de la excelente obra de Craig Zahler y protagonizada por un gargantuesco Kurt Rusell, “Bone Tomahawk” (2015). Mentiría si no dijese que es de lo mejorcito de este lustro, una road-movie a caballo que empieza como un western tradicional para revertir en una historia de terror con reminiscencias a “The Descent” (2005) donde era sorprendente ver una mescolanza de géneros tan bien llevada, algo en manos de pocos directores como los Coen o el propio Tarantino. 


“uno podría pensar que la relación entre ambos hermanos, bien conducida, podrá salvar al resto de apariciones locas, sangre a chorros y algún que otro gag regulero. No es así” 


Que fue un referente para este western de terror es indudable, como también hay que acordarse de “The Wind” (2019), con un sentir mucho más oscuro, refugiado en las pequeñas sensaciones y en un avance lento donde la protagonista quedaba expuesta a los peligros ignotos de allá fuera, de la larga planicie, y a los suyos propios, en una especie de recreación oscura de “Antichrist” (2009) donde la relación de los personajes conjugaba con esa sensación del espectador de desear conocer más del peligro que venía de más allá mientras enfrentaba el conocimiento de los propios de la protagonista. Dos auténticas masterpieces que elevaron la búsqueda de nuevos escenarios (ya usados, realmente) para experimentar nuevas narrativas dentro del terror

Dicho esto, “The Pale Door” (2020) no juega en esa liga. Tampoco pretende hacerlo. Su creación responde más a la necesidad de ofrecer un entretenimiento liviano, pero eso no quita que en sus inicios juegue al western clásico y parezca tomarse en serio a sí misma. Quizás esa sensación dura poco, pues conforme pasan los minutos vamos entrando en un terreno más planote donde uno podría pensar que la relación entre ambos hermanos, bien conducida, podrá salvar al resto de apariciones locas, sangre a chorros y algún que otro gag regulero. No es así. Y eso que la historia podría prestarse a ello: ambos protagonistas son parte de una banda de ladrones que intentan asaltar un tren. Aquello no les sale bien y tienen que huir por patas hasta dar con un pequeño pueblo, donde buscarán cualquier ayuda para su líder, herido tras la contienda. Lo que encuentren en ese pueblo será de todo menos bonito, y hasta aquí contamos. 


“en los compases iniciales, y como ya adelantaba, tendremos la sensación de estar ante un western clásico, duelo con planos al más puro estilo Sergio Leone incluidos” 


La película se pone en manos de Aaron Kontz, conocido por ser parte de esa antología de relatos de comedia y terror que es la fallida “Scare Package” (2019), cuya compilación de historias resultaba ser anodina y algo pedante. Aquí, parece refugiarse en la serie B tomando una serie de particularidades o referencias propias de grandes éxitos del estilo, y no será difícil adivinar en sus minutos finales un homenaje bastante evidente a “La Niebla” (1980) de nuestro querido Carpenter o todo ese ambiente brujeril femenino y desgastado por la suciedad y la sangre de la obra enseña de Robert Rodríguez, “Abierto hasta el amanecer” (1996); es más, su inicio, con esa llegada a un lugar ignoto y peligroso, dice mucho de ello. Hay una intencionalidad clara por parte del director de marcarse en el tono de estas obras, pero la mescolanza con el western acaba perdiéndose y alejándonos de obras tan interesantes como “Bone Tomahawk” (2015) para adentrarse en una tierra de nadie donde no todo funciona como debería. Y es una pena, porque la oportunidad está ahí. 

Pero no todo es malo. Dos cuestiones resultan especialmente positivas: una, la relación entre los hermanos, esa complicidad en formato drama que arrastra todo el filme y que, en determinados momentos, ofrece un guiño a “Supernatural” (2005 – actualidad), provocando una agradable sensación de empatía que Koontz dirige correctamente; de otro, las escenas de acción, trepidantes en su mayoría, con mucha sangre y bichotes feos que hará las delicias a las personas aficionadas a ello. Estas escenas de acción no solo homenajean a las pelis ya descritas: en los compases iniciales, y como ya adelantaba, tendremos la sensación de estar ante un western clásico, duelo con planos al más puro estilo Sergio Leone incluidos. Incluso en ese tono más distendido podríamos valorar al filme de otra manera, pero hay una tendencia demasiado clara a la dispersión, y el ritmo tanto decae en ocasiones como es demasiado frenético en otras. No hay una sensación fluida, y eso puede generar frustración en los poco más de novena minutos que dura el mismo. 


“una apabullante falta de ritmo, unas actuaciones a medio gas, una historia algo anodina y una mescolanza western-terror que no conduce a mucho” 


Las interpretaciones son propias de este tipo de producciones: sobreactuadas, exageradas y un poco fuera de una tónica oscura para entrar en expresiones y momentos que acompañen el frenetismo de las escenas, especialmente las de acción. Aún con ello, los dos hermanos cumplen con esa relación de la que hablábamos, y se nota cierta química en pantalla en su posición como protagonistas, quedando el resto relegado a un elenco de secundarios que sirven, especialmente, para acompañar las escenas de acción. Y es en estas donde bichas brujas saltadoras con buenas dosis de maquillaje consiguen centrar parte de sus bondades, apareciendo como una suerte de legión de no muertos que intentarán asesinar a prácticamente todo ser vivo en planos fijos y alternos que ofrecerán las clásicas escenas de monstruo cayendo al suelo de espaldas con ruido atronador de fondo. Todo un himno a la serie B. 

“The Pale Door” es esa película donde, si somos capaces de rehuir nuestros prejuicios y adentrarnos sin opiniones en la trama, puede llegar a ganar. Porque alguna cosa buena tiene. El problema es que le pesa todo lo demás: una apabullante falta de ritmo, unas actuaciones a medio gas, una historia algo anodina y una mescolanza western-terror que no conduce a mucho. Se podría ver, aunque hay demasiada cosa buena por ahí para dedicarle un tiempo preciado.


2 comentarios:

El Rector dijo...

Muy flojita. Abordar un género como el western desde según que limitaciones, me parece un suicidio cinematográfico. Para mí eso es lo peor de esta "The Pale Door", que en ningún momento se siente como un western auténtico, más bien como un puñado de gente disfrazada de cowboys. Si le sumas un montón de diálogos intrascendentes y muy poca acción, el único encanto se limita a las breves apariciones de las brujas, que al menos están bien caracterizadas. Muy poquito más.

Que en el póster promocional se haga simple mención a títulos del calibre de "Bubba Ho-Tep" o "Cold in July", o se trata de humor negrísimo, o debería estar penado con cárcel.

Saludos.

Missterror dijo...

Western+brujas: música para mis oídos. En mis recuerdos, la combinación del western con el terror ha combinado tan bien en peliculones como las mencionadas "Bone Tomahawk" y "The Wind" que toparme con "The Pale Door" (gran esperada desde que vi su poster) ha supuesto un bajón importante. En ningún momento me creí que esto fuera un western porque la ambientación es súper chunga. Como dice El Rector, parece simplemente que hay un grupo de actores disfrazados de vaqueros en unos decorados de contrachapado recién cortado. Me costó mucho entrar en la película porque no em creía nada. El drama que recrea es muy básico y la aparición de las brujas mejora un poco la función pero tampoco demasiado. Decepción.
"Scare Package" no me hizo demasiado gracia y "The Pale Door" no ha mejorado en absoluto mi opinión de Aaron B. Koontz. Teniendo en cuenta que estuvo metido también en la producción de "The Stylist" (una de las peores películas que he visto este año), mal asunto.

Un abrazo.

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