sábado, 20 de marzo de 2021

Crítica: El Hombre Lobo

ARTORIUS NOS HABLA SOBRE LA CONVULSA VERSIÓN REALIZADA POR JOE JOHNSTON DE UN CLÁSICO DE LA CULTURA POP DEL TERROR


The Wolfman 2010 póster
Me gusta esta película, por varias razones. La primera de ellas sería que siempre he tenido devoción por las películas malditas, y esta es una de ellas en muchos sentidos: cambios de director, retrasos en el rodaje, recortes de metraje y escenas cgi metidas con calzador... Hubo de todo en la producción de esta fantasía gótica, remake del clásico de la Universal del mismo nombre de 1941, y que es recordada por la encarnación de la criatura realizada por el grande, grandísimo Lon Chaney. Película que hoy en día ha envejecido particularmente mal por cierto, pero centrémonos. 

Benicio Del Toro en The Wolfman
La segunda razón es porque me encantan los proyectos quijotescos, y este lo es. Un canto de amor al cine fantástico clásico, impulsado contra viento y marea por el actor Benicio del Toro, que consiguió tanto la financiación como la presencia de actores importantes como el casi siempre excelente Anthony Hopkins y el camaleónico Hugo Weaving, amen un equipo inicial técnico y artístico de los que quitaban el hipo. Un proyecto que mantuvo vivo a toda costa, a pesar de cambios de director durante el rodaje (el insulso Joe Johnston substituyó a Mark Romanek), cambio de compositor de la BSO, desvergonzadas injerencias de la productora, cambios de montaje , problemas con el decorado, variaciones  de guion y de concepto del monstruo (nunca una discusión de hacer algo a dos patas o a cuatro trajo tantos problemas....). 


"The Wolfman (2010) coge el mito, e intenta actualizarlo como un cuento gótico con reminiscencias a La caída de la Casa Usher  y Macbeth" 


Benicio del Toro convertido en hombre lobo
Adivinan qué salió de ese batiburrillo? Pues un fracaso, obviamente. Uno amparado por la crítica sesuda y por qué no decirlo, por gente que mutiló a gusto la película. Porque vamos a ver, compañeros... Si alguno se molestó en ver el material original en el que se basa, el original de la Universal, se encontrará con que es una película que fue revolucionaria por los maravillosos efectos de maquillaje, por el ambiente irreal en el que transcurría la trama y por su atmósfera trágica. 

funeral anthony hopkins y benicio del Toro
Pero bien poco más; Una película fundacional del fantástico, sí, pero que miedo, lo que se dice miedo, no es que de mucho al espectador de hoy en día. Y hete aquí que "The Wolfman" (2010) coge el mito, e intenta actualizarlo como un cuento gótico con reminiscencias a "La caída de la Casa Usher" y "Macbeth", siguiendo asimismo pautas que lo hermanan con el universo de Lovecraft, con una impagable escena en un circulo de monolitos que tienen toda la pinta de no haber sido erigidos por la mano del hombre. Es también un lujo ese Blackmoor oscuro, lúgubre incluso a la luz del día y repleto de ruinas y malos presagios por doquier. Mención especial para la luna, que aquí es un personaje más, siendo maravilloso el jugo que le sacan a la perspectiva del infectado Larry Talbot a como ve un hombre lobo la luz de la luna: algo vivo, tangible casi, fascinante pero a la vez aterrador. Es decir, si es un homenaje a la original, la esencia la mantiene


“en un producto tan honrado y entusiasta como este no hacían ninguna falta los malditos excesos digitales” 


cine gore
Lo que no quita que lo que me llegó por primera vez a la pantalla fuera algo horrible que no llegaba al suficiente pelado. Pero ya había escarmentado con “Troya” (2004), películas que corría el rumor de que en la sala de edición se habían hecho autenticas salvajadas, y que con el montaje del director la cosa cambiaba mucho. Así que esperé al dvd, y por suerte le eché un ojo. 

Emily Blunt vestida de época
Y pude contemplar lo que un montador puede asesinar una película en aras de una supuesto aumento de taquilla que nunca llegó. Solo por citar algunos cambios, hay una escena entera eliminada para estreno en salas en que tenemos a ese coloso que es Max Von Sydow en un breve papel, con referencia al caso histórico de la bestia de Gévaudan que tan bizarros y buenos momentos deparó en "El pacto de los lobos" (2001), pequeño clásico del fantástico Europeo. Y se agranda la figura del personaje de la gitana y su famoso poema/advertencia de la primera versión, que sale citado como apertura de la película. Toda la parte de la ambientación es una autentica delicia. Mención especial para el papel de Anthony Hopkins: así como el Lord Talbot de 1941 era un padre atento y sacrificado, su homónimo del 2010 es un autentico cabrón por todo lo que sugiere el personaje sin caer en lo abiertamente explícito: pederasta, bebedor, violento, sádico, acosador, incestuoso, maltratador físico y emocional, autoritario y déspota.... Interpretar a semejante monstruo humano y reflejar toda su repugnancia moral y física con solo la mirada y la expresión facial es algo al alcance de muy pocos. Y Ser Anthony Hopkins lo consigue, construyendo un personaje tan sumamente deleznable que se hace el amo de la función con una facilidad insultante, y no es que Benicio del Toro, Hugo Weaving e incluso Emily Blunt no luzcan sus papeles, es que se los come con patatas. 

Hugo Weaving
Siguiendo con sus puntos fuertes, tenemos buena ambientación, buenos actores, una banda sonora de Danny Elfman que cumple sin excesos y que se parece demasiado a su anterior trabajo en "Sleepy Hollow" (1999), y unos efectos especiales que... bueno, en asuntos de maquillaje y caracterización son de excelente factura, pero que cantan en demasía en momentos clave de la función, como cuando el monstruo se mueve y en parte de la escena final; Lo cual es una auténtica lástima, pues opino que en un producto tan honrado y entusiasta como este no hacían ninguna falta los malditos excesos digitales. Pero aquí puso el dinero mucha gente, entre ellos los mismos cretinos que perpretaron “La Momia” de Tom Cruise, y todos sabemos como acabó el nonato “Dark Universe, ¿verdad?” 


“vio originalmente la luz castrado por la incompetencia de la productora. ¿Olvidable? Quizá, pero sería injusto” 


Emily Blunt en funeral
Entrando en el tema de los homenajes los hay a cascoporro: la primera transformación (horripilante cgi, constante en toda la película) de Benicio del Toro en la bestia es un calco con menos medios técnicos de la de Lon Chaney en los años 40, mostrando ese plano legendario de la criatura andando en puntillas bestialmente sin mostrar el rostro. Para los estudiosos/puntillosos de la licantropía hollywodiense, remarcar también que durante la escena de la primera transformación del protagonista, se ve claramente como se forma un pentagrama en la palma de su mano, señal clásica de la infección en hombre lobo. Golpe de genio es también el situar el origen de la maldición en el mito del "niño salvaje" y hermanarla con los Rakshasa hindús. 

Anthony Hopkins haciendo de cabronazo
En conclusión, este “director's cut” es un honrado producto de entretenimiento que mejora su versión comercial, un cuento de traiciones/horrores familiares teñido de un ambiente gótico y oscuro hecho por alguien que ama al fantástico (Del Toro) y que vio originalmente la luz castrado por la incompetencia de la productora. ¿Olvidable? Quizá, pero sería injusto. ¿Fallida? También es posible, porque su intento de hermanar los años 40 con el siglo XXI falla en cuanto a que no ejerce la misma revolución técnica que su film homónimo en su época, y así la película se crece mucho más en su primer tramo que en el segundo, que es donde el gore, el grand ginyol y terribles efectos digitales se adueñan de una función que, por todas las excelencias que nos había ofrecido en su primer tramo, deja un regusto amargo de lo que podría haber sido y no fue. Pero igualmente, es esta una función valiente, entretenida, reivindicable y disfrutable para todos aquellos que, como yo, nos enamora el género del fantástico y su historia. 

Lo mejor: La primera mitad de la película. El generoso gore. Los ambientes lovecraftianos, determinadas ideas visuales y las referencias al clásico (Ese bastón y su origen!). La escena (mutilada también en esta edición) de la cantante de opera. La entrega actoral. La puesta en escena y los efectos de maquillaje artesanales. 

Lo peor: Un cgi indigno de una superproducción de su coste. Un segundo acto que destroza todo lo bueno del primer acto. Los cinco últimos minutos. ¿Hacía falta el numerito y el ridículo desenlace?


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