¡Chip, nuestra madre es Charles Manson! Si hay un director cuya obra condense toda una tesis teórica sobre los géneros cinematográficos, su funcionamiento y su buen uso, ese sería sin duda John Waters. Película tras película, el director nos ha enseñado que los géneros existen para cogerlos, retorcerlos y no solo convertirlos en un divertimento desprejuiciado sino también en una forma de satirizar y cuestionar las convenciones sociales.
“el tiempo ha jugado claramente a su favor, convirtiéndose en un clásico nocturno del día de la madre en las televisiones norteamericanas”
Que el cine de género (de cualquiera) puede no ser solo entretenido sino también impredecible, y por qué no, también transgresor y desafiante. Es por ello que su influencia sigue vigente en propuestas recientes como la maravillosa “Greener Grass” (Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe, 2019) o “Life During Wartime” (Todd Solondz, 2009) que rescatan el tono, la estética o las preocupaciones temáticas de Waters, entre las que se incluyen la sátira hacia las clases acomodadas (énfasis en la ridiculización de sus convenciones estéticas, con mucha mala uva) y personajes que no encajan en ese ideal de barrio residencial.
“Serial Mom” (1994) no es la primera revisión de Waters del género policíaco, de que ya había hecho su particular aproximación en “Female Trouble” (Waters, 1974) ni lo es por supuesto de la comedia, pero sí supuso un paso adelante en términos de presupuesto, lo que le permitió lucir su particularísima visión del género policial, el slasher y la comedia negra con unos valores de producción que ya venían mejorando en “Cry-Baby” (1990) y que no volverían a igualarse en su filmografía. Precisamente esa mejora en la producción pudo percibirse como un alejamiento de la esencia underground que siempre ha caracterizado a Waters, lo que hace que no sea una de las preferidas del fandom del cineasta. Sin embargo, el tiempo ha jugado claramente a su favor, convirtiéndose en un clásico nocturno del día de la madre en las televisiones norteamericanas.
“no nos encontramos ante una estructura clásica de thriller policíaco sino a una revisión en clave de comedia negra del slasher norteamericano desde la perspectiva de la propia asesina, madre y esposa entregadísima al orden social”
“Serial Mom” nos cuenta la historia de una familia de clase media norteamericana de los suburbios, formada por Beverly (Kathleen Turner) y Eugene (Sam Waterston) como las figuras parentales y Misty (Ricki Lake) y Chip (Matthew Lillard) como los dos hijos adolescentes. Parecen una familia normal, todo lo normal que se puede ser en una película de Waters, pero Beverly esconde algún que otro impulso criminal que sale a la luz cuando cualquiera osa molestar a sus hijos o interferir en la dinámica normal del barrio residencial.
Así, el film muestra casi al instante sus cartas, ya que no nos encontramos ante una estructura clásica de thriller policíaco sino a una revisión en clave de comedia negra del slasher norteamericano desde la perspectiva de la propia asesina, madre y esposa entregadísima al orden social.
“Brilla en especial Kathleen Turner como Beverly, no solo por construir uno de los villanos más carismáticos del cine contemporáneo sino por no ocultar en absoluto que, ante todo, se lo está pasando de lujo”
La elección de los actores no puede ser más acertada. Brilla en especial Kathleen Turner como Beverly, no solo por construir uno de los villanos más carismáticos del cine contemporáneo sino por no ocultar en absoluto que, ante todo, se lo está pasando de lujo.
Los tres personajes que completan el elenco principal parecen el complemento perfecto para inducir esa sensación de desconcierto tan propio del cine de Waters. Ricki Lake repite con el director con un personaje bastante parecido al de Hairspray, y da el pego como adolescente de gran ingenuidad y fragilidad, pero con ese toque camp tan hiperbolizado. Sam Waterston esta estupendo como marido perplejo y Matthew Lillard (el eterno Stu de “Scream: vigila quién llama”) parece hecho para el papel de adolescente obsesionado con el cine de terror.
Por si esto no fuera suficiente para pasar un rato maravilloso, Waters se permitió el lujo de construir una segunda parte que funciona casi como película diferenciada, en el que se adelantó a los tiempos que vinieron y satiriza una sociedad ultra mediatizada, obsesionada con la cultura de la celebridad y con el culto al true crime.
En definitiva, “Serial Mom” es un clásico del cine contemporáneo que nos recuerda que para el cine de Waters, no pasan los años.
2 comentarios:
Kathleen Turner me encanta. En esta película está genial. Divertida y desquiciada. La vi en el cine hace muchos años y al leer la crítica me han entrado ganas de volver a verla.
Hola Guillermo, gracias por comentar. Es una película maravillosa que en mi opinión gana con los visionados, así que nunca es mala idea volver a verla. Un saludo!
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