viernes, 15 de octubre de 2021

Crítica: We Need to do Something

NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE LA ADAPTACIÓN DE SEAN KING O´GRADY DE LA NOVELA HOMÓNIMA DE MAX BOOTH III


We need to do something (Sitges 2021)
Reconozco que uno de mis mayores fetiches fílmicos es la descomposición de la institución de la familia tradicional. Ya sea desde la perspectiva fría y austera de las películas de Haneke o desde la emocionalidad de Bergman, creo que hay pocas cosas que tengan tanto potencial cinematográfico como el desmoronamiento de la familia nuclear. Si a eso le sumamos algo de gore y de desquicie, es probable que yo salga del cine más contenta que unas castañuelas. Así que podéis imaginaros mi alegría cuando ví que “We Need to Do Something” (Sean King O'Grady, 2021), que venía de petarlo en el Tribeca Film Festival, también iba a pasar por el Festival de Sitges de este año. 


“la película maneja una tensión in crescendo gracias a una buena elección de casting capitaneado por Pat Healy como padre de familia, representando una masculinidad en crisis aterradora a la vez que hilarante” 


We need to do something (Sitges 2021)
Basada en la novela homónima de Max Booth III (que también firma el guion), la película se centra en una familia de cuatro miembros que se quedan encerrados en un baño tras una fuerte tormenta. Cuando el tiempo pasa y nadie viene a socorrerlos, la hija mayor Melissa (Sierra McCormick) empieza a sospechar que no se trata de una simple tormenta, y que tiene que ver con algo que ella y su novia Amy (Lisette Alexis) han hecho previamente. 

We need to do something (Sitges 2021)
Para narrar la historia, Sean King O’Grady opta por el uso de dos líneas temporales. Por un lado tenemos un presente que se desarrolla en un solo espacio y que narra la lenta desintegración de la familia de Melissa fruto de la incapacidad de salir de la habitación y con la certeza, cada vez mayor, de que algo peligroso está ocurriendo fuera. Recordando a thrillers tan efectivos como “Calle Cloverfield 10” (Dan Trachtenberg, 2016), la película maneja una tensión in crescendo gracias a una buena elección de casting capitaneado por Pat Healy como padre de familia, representando una masculinidad en crisis aterradora a la vez que hilarante. El resto del reparto lo componen la matriarca Diane (Vinessa Shaw), el hijo menor Bobby (John James Cronin) y las mencionadas Melissa y Amy (a esta última sólo la conoceremos por los flashbacks y alucinaciones de Melissa), todos ellos muy correctos en unos roles más o menos exigentes sobre cuya credibilidad recae el peso de gran parte de la historia. 


“el horror y la tensión recaen en el debilitamiento de la cordura de los protagonistas y la amenaza exterior es un personaje secundario” 


We need to do something (Sitges 2021)
Por otro lado, la película utiliza flashbacks para narrarnos los momentos previos a la tormenta y los actos que llevan a Melissa a pensar que lo que ha ocurrido es consecuencia directa de sus acciones. Con un tono y estética que recuerda a (atención spoiler) películas como “The Craft” (Andrew Fleming, 1996), es quizá donde la película deja más al descubierto sus debilidades. La “explicación” de la brujería no parece terminar de desarrollarse y el tono de angst teen elegido para los flashbacks rompe con el estilo de la narración principal. 


“una de las sorpresas de esta edición del Festival de Sitges, una muestra de que no hacen falta grandes presupuestos para lograr una película efectiva de gran tensión” 


We need to do something (Sitges 2021)
El resultado son dos partes irregulares que no terminan de encajar en un todo coherente. (Fin de spoiler). Sin embargo, los flashbacks no tienen la suficiente duración ni peso como para lastrar el film y el resultado final es una película con una tensión muy conseguida que hace que la algo más de hora y media de duración se pase en un suspiro. 

We need to do something (Sitges 2021)
Sin embargo, es necesario recalcar que la película puede dejar insatisfecho al fan más deseoso de una monster movie al uso. En “We Need to Do Something” el horror y la tensión recaen en el debilitamiento de la cordura de los protagonistas y la amenaza exterior es un personaje secundario (atención spoiler) que de hecho no se termina de concretar en ningún momento y cuya presencia se intuye por sonidos inquietantes y sugestivos que ocurren fuera de plano, alejándose del final colosal de la mencionada “Calle Cloverfield 10” para acercarse a una versión gamberra de “It comes at night” (Trey Edward Shults, 2017) (Fin de spoiler). El final, aunque en mi opinión es perfecto para la película, puede dejar a más de uno con la ceja levantada y con una gran sensación de descontento. En resumen, en mi opinión “We Need to Do Something” es una de las sorpresas de esta edición del Festival de Sitges, una muestra de que no hacen falta grandes presupuestos para lograr una película efectiva de gran tensión.


4 comentarios:

El Rector dijo...

Coincido 100% con el análisis. He disfrutado como un cochino con esta genuina serie B que, sin necesidad de grandes alardes, ni argumentales ni visuales, consigue crear una historia absorbente, adictiva y muy divertida por momentos. No vamos a descubrir ahora a Pat Healy, pero su actuación aquí es una pasada, por sí sola, justifica al visionado de la película. Sin duda, uno de los mejores personajes con los que me he topado en este Sitges y al igual que tú, Nellie, creo que esta es una de las grandes sorpresas de la edición de este año.

Lástima de esa historia paralela a modo de flashbacks que en mi opinión, sobra por completo. Además de cortar el ritmo y no pegar en tono ni con cola con la parte principal del filme, me parece innecesaria, ya que una serie B de este tipo, nunca ha requerido de una explicación lógica. Único "pero" que le encuentro a esta grandioso divertimento.

Saludos.

Krueger dijo...

Que bueno leer una reivindicación del enorme Pat Healy! Un secundario, aquí protagonista, qué huele a leyenda! Que gratos recuerdos de The Inkeepers y Cheap Thrills.

Saludos!

Missterror dijo...

Me temo que voy a la contra y yo voy a defender los flashbacks como momentos de alivio cuando la trama comienza a hacerse demasiado densa y pesa el uso de un único escenario. Cierto es que estos flashbacks tampoco son el recurso explicativo que deberían haber sido y que caen en el sentimentalismo más que en la tensión, pero supongo que fue el hecho de que me viniera a la mente "The Craft", como bien comentas Nellie, lo que me hiciera conectar con esa línea temporal.
Las interpretaciones son muy buenas, en especial Pat Healy y el guion está bien construido, pero a mí se me ha hecho pesada en bastantes momentos y no he salido tan entusiasmada como tú o el Rector. Eso sí, el final a mí me ha parecido de 10.

Un abrazo.

Nellie Vance dijo...

Hola chicos!

Rector y Missterror: os diré que, a pesar de no gustarme los flashbacks, me cuesta mucho imaginarme la película sin ellos. No estamos hablando de una película que se desarrolle en una localización más amplia tipo casa, con su potenciales cambios de escenario, es que es literalmente un cuarto. Sin los flashbacks creo que acabaría por resultar irritante, (más de lo que te ha resultado, Missterror) porque no creo que los personajes puedan llenar la hora y media de metraje por si solos. Es decir que entiendo la función que cumplen (la función de desahogo digo, la explicativa, como decís, no me convence para nada). Lo que no me termina de cuajar de ellos es más el tono, el rollito teen, para mi es como si fuesen dos películas distintas.

Krueger: me han entrado unas ganas locas de volver a ver The Innkeepers, voy de cabeza

Publicar un comentario

¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.