KRUEGER NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE FRED SAVAGE TRAS SU SORPRENDENTE ÓPERA PRIMA PANDÉMICA
Hace dos años, en plena puta pandemia, “Host” (Rob Savage, 2020) se convirtió en una de las sorpresas del género. El debut de Savage destacaba por lo bien que acoplaba las circunstancias del mundo al discurso de su obra cinematográfica: se aprovechaba del contexto pandémico para entregar una pequeña obra que, usando también las herramientas de comunicación durante el confinamiento, en otro alarde de creatividad oportunista, conseguía poner los pelos de punta al respetable. “Host” podía gustar más o menos, aunque pocas pegas pudieran ponerse a su escasa hora de duración, pero nadie podía quitarle el mérito de conseguir asustar, o al menos inquietar, a cualquiera que la viese. Hoy en día, conseguir dicho logro, con todo lo que hemos visto y sufrido, tiene bastante mérito… sobre todo si lo logras a través de una reunión de Teams, esa herramienta que empezó como la forma más cercana de estar con tus seres queridos y ha terminado como irritante mecanismo de control durante estos tiempos de teletrabajo.
“el resultado es tremendamente irregular, aunque disfrutable, y queda a años luz del debut del director”
Con altas, pero al mismo tiempo moderadas (mal que me pese Savage, aunque muy interesante, no es Eggers o Aster), expectativas afrontaba el visionado de “Dashcam” (Rob Savage, 2022), que de nuevo vuelve a servirse de una narrativa diferencial, en este caso una transmisión en directo, heredera del found footage. Desafortunadamente, el resultado es tremendamente irregular, aunque disfrutable, y queda a años luz del debut del director.
Puedo llegar a entender la lectura política y social que Savage pretende realizar en su segunda película, de nuevo ambientada en pandemia, aunque ahora en época de paseos con mascarilla y distanciamiento social, sin confinamiento, pero el precio a pagar es demasiado alto… y es que “Dashcam” tiene, probablemente, a la protagonista más insoportable que he visto en una película en todos mis años de existencia. Desde luego Annie Hardy consigue resultar insoportable en su papel, el problema es que termina resultándolo por los motivos apropiados y también por los que no, pecando además en la mayoría de situaciones de un comportamiento totalmente ilógico, lo que provoca que resulte, simplemente imposible, empatizar con la protagonista de la historia en ningún momento. Para cualquiera que sepa algo de cine, esto es un escollo demasiado complicado, ya que los personajes pueden ser despreciables o malvados, pero siempre deben generar algo en el espectador, ya sea empatía, ya sea fascinación, ya sea repugnancia. Durante los, gracias a Satán, menos de ochenta minutos que dura “Dashcam”, simplemente quieres que la protagonista desaparezca de la pantalla… o bien que le den matarile cuanto antes.
“Annie Hardy consigue resultar insoportable en su papel, el problema es que termina resultándolo por los motivos apropiados y también por los que no”
El segundo problema de “Dashcam” es que, al contrario que "Host", no consigue asustar en ningún momento, quedando relegada la inquietud a un fugaz plano de apenas unos segundos (cuando le veáis lo sabréis…). Soy consciente de que la propuesta de “Dashcam” es literalmente opuesta a “Host”: aquella te susurraba detrás de la oreja en una habitación a oscuras, está te grita en toda la cara, muy fuerte y muy alto; pero considero que el director sí pensaba que el cumulo de situaciones eran lo suficientemente creepys para meter el miedo en el cuerpo, estando frente a un claro caso de aquello de “menos hubiera sido más”.
“hubiera funcionado como un tiro si hubiera sido un segmento de cualquier entrega de la franquicia de V/H/S, pero como obra independiente se les ven las costuras”
Es una lástima, porque considero que el fin de fiesta es ciertamente satisfactorio, y que Savage ha hecho una película diferente a la que todo el mundo esperaba: pero el peaje es demasiado elevado y no vale con llenar la película de subidas de volumen, cayendo además con ello, en los peores errores del found footage, con esas cámaras mareantes en carreras llenas de gritos. “Dashcam” hubiera funcionado como un tiro si hubiera sido un segmento de cualquier entrega de la franquicia de “V/H/S”, pero como obra independiente se les ven las costuras, quedándose a medio camino de lo que verdaderamente pretende ser: la traslación de un mundo totalmente estúpido y caótico a una película de terror que adapta la forma de un tren de la bruja.
No diría que estamos frente a una mala película, cualquier aficionado puede encontrar más de un momento para pasarlo bien, pero sí estamos frente a una obra con demasiados errores. Aunque lo que no voy a perdonar nunca, son esos títulos de crédito finales, probablemente los más estúpidos que he visto en mi vida. Savage, los dos sabemos que puedes hacerlo bastante mejor…
2 comentarios:
Buf! Yo discrepo. A día de hoy Rob Savage me parece el único director (puede que junto a los Winter) que sigue siendo capaz de sacarle partido a un formato que agoniza y que ya hace mucho que vivió sus días de gloria. "Host" me pareció estupenda, pero esta "Dashcam" me ha parecido un despiporre de tales dimensiones, que creía que no lo volvería a ver a estas alturas. Está claro que si la franquicia "V/H/S" quiere salir de la morgue (aunque sea por unos minutos), Savage debe ser el chosen one.
Una película muy divertida, desagradable, cínica, que le atiza a todo y se ríe de todo y con una Annie Hardy absolutamente superlativa. Un personaje repulsivo como pocos, al que le deseas la muerte desde el minuto uno y al que terminas adorando (sin dejar de odiarlo ni un segundo). Y por supuesto, los mejores títulos de crédito finales que he visto en muchos años y que dudo se puedan superar.
No esperaba nada pues ya no espero nada del formato y la sorpresa para bien ha sido mayúscula. En mí opinión, y no era empresa fácil, superior a su ópera prima.
Saludos.
Estoy totalmente alineada con el comentario del Rector (ni que la hubiéramos visto juntos). "Dashcam" es un despiporre maravilloso y como dices, te grita en la cara, pero lo hace de una manera que no queda otro remedio que responder a ese grito con otro grito y una sonrisa. Ácida, desagradable, irritante, esquizofrénica, frenética y sumamente divertida. En mi caso no hubo ni un solo segundo para el aburrimiento, ya fuera por la locura de ese móvil irrompible, por los diálogos de besugos entre los personajes, por el rapeo de Annie Hardy o por todas esas escenas demoníacas que salen de la nada y recuerdan por momentos a otro director de nombre Sam y de apellido Raimi.
Annie Hardy se ha convertido en uno de los personajes más memorables que he visto este año. Es tan odiosa que se pasa el juego y tienes quererla.
"Host" me sorprendió y me gustó muchísmo, "Dashcam" (reconozco que también me daba mucha pereza verla) me ha sorprendido aún más y "The Boogeyman", pese a ser un terror mucho más de mainstream y de manual, me ha parecido bastante correcta. De momento, tres de tres, así que esperando con ganas su nueva aventura.
Un abrazo.
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