miércoles, 3 de mayo de 2023

Crítica: King Kong

ALONZO SIN BRAZOS NOS HABLA SOBRE UNO DE LOS MONSTRUOS CLÁSICOS MÁS INFLUYENTES DE LA HISTORIA DEL FANTÁSTICO


Enfrentarse a los clásicos requiere de cierta predisposición por parte del espectador. Evaluar sus singularidades de acuerdo a la visión contemporánea puede ser inapropiado o hasta injusto. Interpretaciones ampulosas, características técnicas más o menos rudimentarias o guiones faltos del ritmo moderno se transforman en un obstáculo insalvable si dejamos de lado el contexto. Así es que las cuestiones particulares del momento pueden considerarse fallos cuando, en realidad, son justamente reflejos de un periodo puntual. Ahora bien, si tenemos en cuenta este necesario registro del entorno y libramos al análisis de la superficial mirada que dice que toda obra por antigua es genial, encontramos en las raíces del cine un panorama distinto al actual, pleno de innovación y que, además, nos sirve como referencia para establecer los miedos y el método para encararlos según la época. 


“el nacimiento del cine espectáculo y, por supuesto, de una nueva pauta en efectos especiales a cargo del gran Willis O’brien” 


En general vemos como el terror alimenta relatos y mitos detallando las diferentes amenazas (noche, invierno) y proponiendo una ‘’solución’’ (día, primavera) o, por lo menos, un alivio: todo mal termina siendo pasajero. Por eso no resulta azaroso que una de las etapas más icónicas del género haya sido la comprendida entre principios y mediados de los años 30. Una era marcada por el crac del 29 y los debates sobre el rumbo tomado. Aunque parezca contradictorio, el horror fue (y sigue siendo) la vía de escape ideal en etapas convulsas. Ante el espanto producto de la crisis, el público reacciona abalanzándose en busca de emociones fuertes pero que, en definitiva, se agotan una vez abandonada la sala. De vuelta, un temor eventual y que, de alguna forma, funciona como bálsamo para tanta incertidumbre ‘’real’’ y cotidiana. 

En vista de ello y, a partir del éxito cosechado por Universal Pictures, los restantes estudios anotan una nueva táctica a la hora de generar ingresos y mitigar los efectos de la depresión. La RKO no tarda en apuntarse a esta nueva tendencia y, de la mano de los directores /productores Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, se inscribe con dos realizaciones necesarias y fundamentales: “The Most Dangerous Game” (1932) y, en especial, “King Kong” (1933), una de las cintas más influyentes y reconocidas de todos los tiempos. Concentrarnos en el argumento de "King Kong" a esta altura es redundante, al fin y al cabo, se afilia a ese selecto grupo que no necesita del visionado para presentar sus propiedades. Entonces, dejando de lado los pormenores, podemos dividirla en tres capítulos fácilmente identificables.


“cabe distinguir la minuciosidad a la hora de delinear los efectos sonoros transformándolos en parte del lenguaje fílmico” 


El primero presenta a los personajes y al ambiente, una Nueva York sumida en la pobreza y que, de algún modo, justifica cualquier empresa, no importa el riesgo, en pos de un beneficio económico. Por lo tanto, no percibimos como (tan) descabellada, la decisión de Ann (Fay Wray) de subirse a un proyecto del que no tenía demasiadas certezas más allá de las vagas menciones brindadas por Carl Denham (Robert Armstrong) director de ‘’la película dentro de la película’’. 

Denham es un líder temerario e inescrupuloso basado en las peculiaridades más destacadas del dúo de cineastas. Tanto Cooper como Schoedsack dedicaron sus primeros pasos dentro de la industria a desarrollar una nueva categoría a la que llamaron ‘’Drama natural’’: un antecedente directo del falso documental que unía ficción y realidad provocando un impacto inédito. La falta de información abría el camino para exageraciones varias que, básicamente, servían para favorecer el resultado pero que poco tenían que ver con la verdad. Teniendo esto en cuenta llegamos al segundo tercio, quizás, el más célebre y revolucionario. La acción se traslada a la Isla Calavera y gracias al rapto de Ann por parte de la bestia, asistimos a una aventura sin precedentes en un rincón del mundo ajeno a la evolución. Sin dudas el nacimiento del cine espectáculo y, por supuesto, de una nueva pauta en efectos especiales a cargo del gran Willis O’brien. El mentor de Ray Harryhausen dedicó su carrera a fortalecer un oficio incipiente. Rodeándose de colaboradores talentosos, desplegó y hasta creó técnicas, hoy en desuso gracias al avance de la digitalización, pero que en su momento agitaron el horizonte y expandieron (hasta cierto punto) los límites de la imaginación. 


“El Monstruo como metáfora del elemento extraño y fuera del orden establecido impulsó numerosos relatos propiciando diversas lecturas del conflicto" 


De más está decir que fue uno de los grandes impulsores de la animación cuadro por cuadro, tal vez el rasgo más notorio de este apartado. Asimismo, cabe distinguir la minuciosidad a la hora de delinear los efectos sonoros transformándolos en parte del lenguaje fílmico. Coordinados con la banda sonora de Max Steiner (quien compuso temas centrales para cada personaje con sutiles variaciones que acentúan los estados de ánimo) alteraron el diseño de sonido vinculándolo a la imagen e instaurando nuevas cotas de solidez y profundidad. Todo esto coronado por el indómito espíritu de los involucrados aplicado a la fotografía, concibiendo imágenes estremecedoras apenas superadas al día de hoy.

Y así llegamos a la tercera fracción: Kong en la ciudad y uno de los finales más emotivos del fantástico. El Monstruo como metáfora del elemento extraño y fuera del orden establecido impulsó numerosos relatos propiciando diversas lecturas del conflicto. Dicho esto, es posible determinar una serie de preguntas. ¿King Kong es una oda al colonialismo? ¿El simio representa al salvaje y el Empire State al progreso? Esta hipótesis se basa, casi exclusivamente, en la ideología de Cooper. Ferviente anti-comunista que dedicó su carrera a resaltar las ‘’bondades’’ del estilo de vida estadounidense. Pero, por otro lado, tenemos las diferentes influencias y pistas brindadas a lo largo de la narración que describen una perspectiva opuesta y, en mi opinión, más acertada: la civilización como madre de todos los males, poseedora de la innata capacidad de arruinar todo lo que toca en favor del supuesto ascenso. Como en toda gran historia, necesitamos de varias nociones, incluso antagónicas, para abarcar parte de su dimensión. En resumen, aun cuando los tópicos que la animan no son novedosos (horrores prehistóricos, bella y bestia, civilización impiadosa) se encarga de reunirlos y de llevarlos a su máxima expresión. Imperecedera, transformadora y a la vez fundacional. Una obra maestra que cambió para siempre el curso del séptimo arte. Al fin de cuentas, Imprescindible.

4 comentarios:

Jason Myers dijo...

No sé ni por dónde empezar, bueno si, desde el principio. Yo tendría unos ocho años, un día normal de colegio, en la tele sesión tarde noche echaban KING KONG, me planté delante de la pantalla y a pesar de que se había terminado mi hora de ir a la cama no se ni como conseguí que mis padres me dejaran terminar esta maravilla que cambio mi vida para siempre! En la vida de todo el mundo hay un antes y un después, en todo, y en el cine este film fue el que me hizo enamorarme del cine fantástico para siempre y no ha habido marcha atrás. Un CLASICO con letras mayúsculas y una película irrepetible.

Alonzo sin brazos dijo...

Totalmente Jason! La puerta de entrada (por suerte) para muchos de nosotros. Es probable que el impacto haya sido tal, que recuerdes, como en tu caso, donde y cuando la viste por primera vez.
Saludos!

GABI KARNSTEIN dijo...

Hola ALONZO SIN BRAZOS tu crítica me a gustado mucho y tienes razón a día de hoy cuesta qué la gente entienda las películas antiguas. Y mentalizarse de la época en que se filmaron y los medios qué disponían para realizarlas. Pero gracias a Dios qué algunos las valoramos y repetamos con el amor qué se merecen. Otra cosa el Terror tiene muchas caras y una de ellas es el gigantismo. Un monstruo gigante da mucha impotencia y temor ya qué por mucho qué corras te alcanza con una sola zancada. Y otro tema lo mejor que tiene KONG es la vieja atracción de la bestia hacia la bella y viceversa, para mí es lo más emotivo del cine de Terror. No se trata de solo ver chicas guapas en lencería, es más profundo que todo éso se trata de la irresistible atracción de un monstruo titanio que adora la belleza y fragilidad de una preciosa mujer. Y hablado de éso mi bella Favorita de toda la saga es Linda Hamilton donde participó en KING KONG 2 de 1986 la cual dicha película es la qué más me gusta de toda la saga. Eso sí empieza a ser un poco repetitivo que siempre se elija una belleza del exterior para enamorar a KONG, algún día me gustaría ver a una nativa de LA ISLA DE LA CALAVERA qué encandilase a KONG. Ya que también hay mujeres de piel morena muy atractivas como la actriz Jessica Core fisicamente es preciosa, los que an visto la serie de CIUDAD INVISIBLE sabrán de lo qué hablo. Bueno un saludo ALONZO SIN BRAZOS y como siempre un abrazó muy fuerte para EL RECTOR. Como puedes ver amigo mío e modificado mi nombre dándole un aire más vampiresco Jajajaja adiós.

Alonzo sin brazos dijo...

Hola Gabi! Mi versión preferida es esta, la original, y (con el permiso de Hamilton) creo que Fay Wray es la protagonista excluyente de las diferentes versiones y secuelas de Kong.
Un abrazo.

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