Crítica: Sombras Tenebrosas

Año 1752. El matrimonio formado por Joshua (Ivan Kaye) y Naomi Collins (Susanna Cappellaro) parte de Liverpool, Inglaterra, con el fin de iniciar una nueva vida llena de prosperidad en Estados Unidos, junto a su hijo pequeño Barnabas (Thomas McDonell), su criada y la hija de ésta, Angelique. En un pequeño pueblo pesquero los Collins construyen una mansión y todo un imperio dedicado al marisco. Ese pueblo levantado por esta familia, la más rica de la zona, adopta su nombre: Collinsport (ficticia ciudad del Estado de Nueva Inglaterra). Veinte años después, Barnabas (Johnny Depp) es un joven adinerado y donjuán. Lo tiene todo, incluso a la mujer que ama. Pero sus relaciones esporádicas le gastan una mala pasada. Antes de conocer a su amada, Josette du Pres (Bella Heathcote), seduce a su criada, Angelique Bouchard (Eva Green), que en realidad es una bruja y que tras sentirse traicionada maldice a sus padres, a su amada y por último al propio Barnabas, al que convierte en un vampiro. Una multitud enfurecida (antes el pueblo que le amaba) acude a la mansión capitaneada y manipulada por Angelique. Estos lo entierran vivo en un ataúd precintado por gruesas cadenas de acero por los siglos de los siglos.

Año 1972. Unas obras en la zona para la construcción de un McDonald’s desentierran accidentalmente a Barnabas y éste despierta en un mundo totalmente nuevo, en medio de toda una revolución social, musical y política. Al volver a su hogar, la Mansión Collinwood, se encuentra con sus descendientes, decadentes espiritual y económicamente.

Barnabas deberá levantar de nuevo el imperio de la familia Collins y luchar contra Angelique, ahora popular millonaria propietaria de la mayor empresa de marisco de Collinsport.

LES PRESENTO A LOS COLLINS

Nadie elige a su familia. Los Collins tampoco.

Barnabas Collins (Johnny Depp)

Hombre de su tiempo, galán, culto, familiar y valiente (a la vez que feroz), Barnabas coge las riendas de su familia desde el principio. El personaje se inspira en el vampiro de la serie “Dark Shadows”, dejando a un lado los toques cursis de éste. Johnny Depp le da sus propios enfoques, asumiendo como fuente de inspiración el personaje de Drácula creado por Bram Stoker, los vampiros del cine de los años 30 y 40 de Bela Lugosi (podemos ver como hechiza con el movimiento de su mano y sus firmes palabras), el mítico Nosferatu de Max Shreck del cine expresionista alemán (Barnabas comparte sus alargados dedos y uñas, y su forma de tocar las paredes, las esculturas o el mobiliario) y el impacto visual del Drácula de Christopher Lee en las producciones de la Hammer Films.

Barnabas se presenta como un personaje fuera de lugar, en un mundo muy distinto al de su época, pero que ya poco le impresiona, por el hecho de ser algo tan increíble como un vampiro. Precisamente su vampirismo, tratado más como una enfermedad (la Dra. Hoffman le ayuda a buscar una cura) que como una maldición, es una condición impuesta que rechaza, aunque con resignación. Barnabas es humano, excepto porque en realidad no lo es. Ser un vampiro es solo la parte extraña de su personalidad.

Le cuesta matar para vivir. Cuando bebe sangre quiere asegurarse de que la víctima no es conocida y se autoimpone un control admirable. Es el vampiro con más autocontrol del panorama cinematográfico. No se atreve a hacer daño a sus seres queridos o a alguien próximo a él, incluso simpatiza con algunas de sus víctimas y con un correcto “siento a mí pesar tener que mataros” demuestra elegancia a la vez que brutalidad.

En la sinopsis se nos indica el carácter libertino del vampiro, pero en la historia no vemos al Casanova en acción, algo realmente frustrante porque se nos hace menos comprensible el enorme desprecio de Angelique hacia éste. Cierto es que tiene un amorío con su criada, pero le es del todo sincero cuando ella quiere saber si le ama y éste le responde que no.

Elizabeth Collins Stoddard (Michelle Pfeiffer)

La única de la familia que mantiene el sentido común en una época revolucionada. Es la matriarca de una generación de los Collins en clara decadencia. Con la llegada de Barnabas cede el control de su descontrolada familia.

La actriz, gran fan de la serie, sabía todo sobre su personaje. Burton ha contado de nuevo con la intérprete de Catwoman (“Batman vuelve”, 1992), uno de sus personajes favoritos de su filmografía, tras confesarle ésta por teléfono su gran interés en el proyecto.

Carolyn Stoddard (Chloë Grace Moretz)

Hija de Elizabeth, es la representación del adolescente solo, reservado y raro. En cierto modo parecida a la Lydia Deetz de “Bitelchús” y a la Kim de “Eduardo Manostijeras”. Incomprendida y distanciada de los problemas de la familia.

A la vez, por otra parte, es la seducción de la casa. Una adolescente-mujer que pronto volará del nido. Para Barnabas, en una primera impresión, una mujer de la noche (una puta, vamos) por sus maneras y vestimentas de los setenta. Y Barnabas para Carolyn, otro raro de la familia al que le coge cierto aprecio porque escucha sus consejos.

Roger Collins (Jonny Lee Miller)

Hermano de Elizabeth, cree vivir en un mundo de sexo y lujo aunque no le va del todo bien en uno ni en lo otro. Cleptómano, parásito de su familia, mal padre y fumador empedernido, Roger aparece ante los miembros de su familia cuando le interesa, como a la hora de comer o en la inauguración de la nueva fábrica. Su esposa murió ahogada, pero no parece que eso fuera motivo de la falta de atención que le presta a su hijo pequeño, David.

A diferencia de Elizabeth, es el único en la casa que adora vivir en los 70. Es el malo de la familia, por así decirlo.

David Collins (Gulliver McGrath)

Tras la muerte de su madre, vive casi ignorado por el resto de su familia y en especial por su padre. Es un pequeño Tim Burton; solo, raro e incomprendido en medio de una disfuncional familia. Ante su carácter y visiones, su clan le ha puesto bajo la revisión diaria de la psicóloga Julia Hoffman, quien se hospeda en la casa.

Barnabas y él hacen buen vínculo afectivo. El niño ve en su antepasado una especie de figura paternal a seguir.

Dra. Julia Hoffman (Helena Bonham Carter)

Psicóloga alcohólica, triste y envejecida. Es la menos indicada para ayudar a la familia y por eso encaja a la perfección con el resto del grupo. Trata al pequeño de la familia, David, sin demasiados resultados.

A Hoffman le fascina una de las características del vampirismo de Barnabas y se ofrecerá en apariencia desinteresadamente a ayudarlo a curarse.

Aunque la pareja Burton y Helena Bonham Carter había decidido que esta vez no trabajarían juntos, la actriz encaja a la perfección (al igual que Depp) en el universo que quiere reflejar el director. Se podría decir que es su actriz fetiche.

El servicio de los Collins: Willia Loomis (Jackie Earle Haley), Victoria y una anciana

Willia es el cuidador de la mansión de Collinwood, que aporta un tono siniestro al paisaje humano de la trama. Algo borrachuzo, sin apenas contacto con la familia, se ve desbordado por el gran trabajo que conlleva limpiar y mantener las instalaciones de la enorme casa, en estado de semiabandono. Como ayudante tendrá a una anciana que pocas fuerzas y ganas le quedan por limpiar.

La película comienza como en la serie original, con la niñera llegando a la mansión. En el film, Victoria Winters (Bella Heathcote) es la cuidadora de David y, como el resto del grupo, tiene sus propios secretos.

Además, en el film también aparece esporádicamente el veterano actor Christopher Lee y el film ha contado con cameos de algunos de los actores de la serie original, como Jonathan Frid, Kathryn Leigh Scott o David Selby. Como invitado especial también aparece Alice Cooper, otro raro que se apunta a un atraco si hace falta, interpretándose a sí mismo.

Némesis de los Collins: Angelica Bouchard (Eva Green)

Criada desde la niñez de la familia Collins, es una mujer fatal, una auténtica vamp del cine negro y el melodrama clásico, una atractiva y ambiciosa bruja loca de amor y de venganza. Despechada por el supuesto play boy Barnabas, Angelique ejerce su poder sobre los descendientes de los Collins hasta los años 70, convertida entonces en una empresaria de éxito con el único objetivo de arruinar la fuente de ingresos del clan, la pesca.

A pesar de los años, sigue manteniendo una relación de amor y odio con Barnabas con el que tiene mucha química. Ambos son los personajes más atractivos de la historia. Y es que Eva Green (“007:Casino Royale”) ejerce de un personaje dañado. Todo lo que hace lo hace por despecho, porque Barnabas le rompió el corazón. No es maldad, es obsesión. Ama a Barnabas hasta la locura y a pesar de que éste le traicionó, su locura de amor alimenta su obsesión hasta el punto de darle un ultimátum al vampiro: o se queda junto a ella para la eternidad o su familia sufrirá las consecuencias. Sarcástica, irreverente y con gran sentido del humor negro, Angelica es una mujer muy fuerte pero también muy melodramática.

ADAPTACIÓN Y HOMENAJE AL ESPÍRITU DE LA SERIE

“Dark Shadows” la serie (conocida en nuestro país como “Sombras en la oscuridad”) es el antecedente de todas las series de terror y fantasía de la televisión, al haber mezclado por primera vez en una ficción televisiva vampiros, brujas, hombres lobo y otras criaturas sobrenaturales. Creada por Dan Curtis, se emitió por la ABC ininterrumpidamente entre 1966 y 1971, en episodios de 30 minutos, con más de 1200 episodios durante seis temporadas hasta que fue cancelada de improviso dejando a los seguidores con la incertidumbre acerca del destino del protagonista, el vampiro Barnabas Collins, interpretado por el canadiense Jonathan Frid.

A pesar de sus limitaciones, su reparto propenso a la sobreactuación (en ocasiones ni se aprendían bien los diálogos del guión) y su decorado inverosímil (elementos artificiales poblaban el escenario donde concurría la acción), “Sombras en la oscuridad” ha sido el culebrón del género del horror más largo de la televisión americana convirtiéndose en serie de culto.

A los seis meses de emisión, la producción comenzó a introducir elementos sobrenaturales para despertar el interés del público. Su protagonista, Barnabas Collins, un vampiro reacio a matar a sus víctimas, no aparecía hasta un año después del inicio de la serie.

No es la primera adaptación cinematográfica de “Dark Shadows”, pero la revisión de Tim Burton y Johnny Depp cuenta con el beneplácito de parte de los fans de la serie (entre los que se encuentran ellos mismos y Michelle Pfeiffer).

El proyecto de “Sombras tenebrosas” tuvo dificultades desde el principio. La famosa huelga de guionistas de 2008 paralizó momentáneamente su pre-producción y después el guión de John August (“La novia cadáver”, “Charlie y la fábrica de chocolate” y “Frankenweenie”) fue completamente reescrito por Seth Grahame-Smith (novela “Orgullo, prejuicio y zombis”). Un fichaje que Burton realiza después de trabajar juntos, él como productor y el otro como guionista, adaptando su propio libro, en la aún inédita “Abraham Lincoln: Vampire Hunter”, de Timur Bekmambetov.

Grahame-Smith aporta virtudes de la trama sin dejarse llevar por el entusiasmo nostálgico. Añade elementos de los relatos de Edgar Allan Poe a un contexto de telenovela. Una mezcla de géneros y elementos que hacen difícil definir el producto. No es una película de terror, a pesar de haber vampiros, brujas y fantasmas; no es un blockbuster, parece una telenovela pero tiene toques de humor. Se mueve entre la línea del horror y el humor, con un tono operístico, exagerado y enorme con elementos absurdos y toques sangrientos sin ser extremos. En definitiva, una especie de culebrón cómico de acción gótico y sobrenatural. Toda una nueva rareza de Burton. Y lo raro, lo distinto, ha sido siempre leitmotiv de su filmografía.

Esta vez es Depp, su actor fetiche, quien cuenta con Burton después de adquirir los derechos y ejercer de productor. Una historia en la que la trama se sitúa en 1972 coincidiendo con la época en la que el propio realizador vivió su adolescencia, de transición histórica y personal, y el final de la serie original.

Burton, por otra parte, repite con algunos de sus colaboradores habituales, como los diseñadores de producción Rick Heinrichs y Colleen Atwood, el montador Chris Lebenzon y el maravilloso compositor Danny Elfman (“Batman”, “Eduardo ManosTijeras” ).

Los Collins viven en un mundo hermético en medio de su melodrama interno. Como sucede en el universo Burton, vemos algo del mundo real, pero los personajes tienen su propio mundo. Y la acción se desarrolla entre dos ambientes: por una parte, vemos de pasada el pueblo con su tienda de discos de vinilo, su discoteca bar, su cine o su puerto; y, por otra parte, nos encontramos de pleno con la mansión de los Collins, donde discurre gran parte de la acción. Un desdoblamiento que ya observamos en películas como “Eduardo Manostijeras”.

Todos los personajes son bien dirigidos e interpretados hacia el mismo propósito, que es el de mostrar que incluso aquellas familias que aparentan normalidad, tienen sus extrañeces. Y a pesar de las vicisitudes los lazos sanguíneos nunca mueren, porque son eternos. La sangre como vínculo de unión y respeto pese a las sombras, las sombras tenebrosas del alma.

DEDICADO AL COLEGA LESTAT.

LO MEJOR: Ese mundo Collins con traición, vicios, secretos, desconfianza y rarezas propias de cada familia, aliñado todo ello con toques de terror, ambientación gótica y elementos sobrenaturales. Es entretenida de principio a fin.

LO MENOS BUENO: El vínculo entre Barnabas y Victoria está un tanto desdibujado por las pocas escenas que comparten ambos. Además, sobra la aparición de Alice Cooper en la película, así como en contrapeso faltan más elementos sobrenaturales y oscuridad para alimentar esta buena historia.

EL PLANO: Barnabas tiene problemas para encontrar un lugar donde dormir acorde a sus necesidades en la mansión de los Collins, así que lo vemos colgado junto a las cortinas de la cama.

LA ESCENA: La apasionada y caliente reunión de Barnabas con Angelica.