viernes, 26 de octubre de 2018

Crítica: Ederlezi Rising

Poca ha sido hasta la fecha la aportación del cine balcánico al género fantástico o de terror. Cine, este, que tuvo su momento de “gloria” y máxima repercusión con la controvertida (y estupenda, por cierto) “A Serbian Film” (“Srpski Film”, Srdjan Spasojevic, 2010), película que terminó incluso sobrepasando los propios límites del entretenimiento cinematográfico, para entrar a formar parte de bochornosos debates sobre supuesta moralidad dignos de un tribunal medieval. Otro cineasta serbio, Mladen Djordjevic, lo había intentando antes con su “Zivot i Smrt Porno Bande” (2009), pero apenas consiguió generar ruido entre los aficionados más afines al género y al cine de corte más extremo. Hoy toca hablar de una nueva intentona, no de generar polémica, ya que se trata de un género tan poco sospechoso en este sentido como es la ciencia ficción, pero sí de utilizar algún que otro oportuno reclamo para vender un cine de género, el Serbio, que rara vez termina llegando al aficionado de a pie.


“nos adentramos una vez más en el recurrente debate filosófico y temática fetiche del género sobre la capacidad o no de una máquina, de ostentar sentimientos”


“Ederlezi Rising” es el título de la ópera prima de Lazar Bodroza, relato de ciencia ficción adaptado por Dimitrije Vojnov a partir de una historia original de Zoran Neskovic. En él, nos adentramos una vez más en el recurrente debate filosófico y temática fetiche del género sobre la capacidad o no de una máquina, de ostentar sentimientos, si bien no es esta la temática estrella de un filme que donde realmente termina colocando la lupa es sobre las relaciones de pareja y sobre la tan por desgracia habitual, violencia de género, terror real que la película relata a través de la psique de un atormentado por pasadas relaciones con mujeres, Milutin (Sebastian Cavazza), quien en una misión espacial de larga duración hacia Alpha Centauri, tendrá como única compañía la de una androide femenina que tiene como principal finalidad, hacerle el viaje más cómodo.

Es la figura de la androide en cuestión el “oportuno reclamo” al que hacía referencia, pues está encarnada por la popular ex-estrella del porno Stoya. La actriz estadounidense de origen serbio, se adentra en otros tipos de cine siguiendo la estela de grandes iconos del porno que ya dieran el salto en su día. Actrices como Tracy Lords, quién terminó apareciendo en cintas tan populares como “Blade” (Stephen Norrington, 1998) o “¿Hacemos una Porno?” (Kevin Smith, 2008) es uno de los casos más sonados, aunque no hace falta mirar hacia los ochenta. En la actualidad, hemos podido ver también como Sasha Grey no ha aparecido solo en pequeñas producciones de terror como “Smash Cut” (Lee Demarbre, 2009) o “Would You Rather” (David Guy Levy, 2012), también ha llegado a protagonizar películas de corte más comercial como “The Girlfriend Experience” (Steven Sodenbergh, 2009) o la infravalorada “Open Windows” (Nacho Vigalondo, 2014).


“un híbrido de bajo presupuesto entre ExMachina y Passengers, aunque con bastante más ascendencia al reverso psicológico de la cinta de Garland, que a las concesiones comerciales y festivas de la de Tyldum”


“Ederlezi Rising” se presenta como todo un caramelito en dulce para los amantes de las referencias, ya que en ella podemos encontrar ecos a gran cantidad de títulos, entre ellos, algunos tan sonados e influyentes como “Blade Runner” (Ridley Scott, 1982) o “Solaris” (Andrei Tarkovsky, 1971), si bien, yo hoy la definiría, para buscar referentes actuales, como un híbrido de bajo presupuesto entre “Ex Machina” (Alex Gardan, 2014) y “Passengers” (Mortem Tyldum, 2016), aunque con bastante más ascendencia al reverso psicológico de la cinta de Garland, que a las concesiones comerciales y festivas de la de Tyldum.

Milutin y Nimani (Stoya) son los dos únicos actores de la película (más un par de apariciones esporádicas de Marusa Majer y la voz de la computadora), a los cuales veremos interactuar en situaciones de muy parecida naturaleza a lo largo de poco menos de noventa minutos por las pocas localizaciones que nos encontraremos en la interesante recreación de una nave espacial que el filme nos propone, alejada de los bombásticos escenarios a los que nos tiene acostumbrados Hollywood, para mostrarnos un entorno oscuro, siniestro y decadente, muy apropiado con el tono de un filme que perfectamente podría estar ubicado en una hipotética segunda guerra fría, atendiendo al pequeño alegato político que se nos regala en el prólogo. Una puesta en escena rancia, casposa y minimalista con claras reminiscencias a ese punto rancio y casposo de la extinta unión soviética que a día de hoy, incluso puede palparse en las grandes superproducciones rusas, por no hablar, de que el propio Roger Corman habría firmado con sangre y/o esperma, un set como el que nos ocupa.

Mediante ambos personajes, la película disecciona muchas de las constantes vitales de una relación de pareja, haciendo de la inicial sumisión programada de Nimani, la herramienta perfecta con la que llevar a tela de juicio los actos de Milutin, actitudes en mayor o menor medida que mucho tienen que ver con relaciones tóxicas y en los extremos, situaciones de violencia y malos tratos. Milutin encarna en algunos pasajes del filme los peores rasgos del machismo, de como entiende a la mujer como una posesión a la que utilizar a su antojo. Nimani es el otro lado del espejo, la mujer sumisa sometida por su pareja que es incapaz de salir de la espiral de oscuridad en la que se haya inmersa. La historia nos depara un giro clave para entender la metáfora de fondo y que mucho tiene que ver con el nuevo papel de la mujer dentro de nuestra sociedad actual y su “emancipación” de según que roles del pasado.


“la película de Bodroza tropieza en su cuestionable capacidad de entretener”


Es cierto que no estamos ante una cinta que pretenda filosofar en exceso ni sobre esta, ni sobre cualquier otra consideración o de pretenderlo, evidentemente no lo consigue. Pero si pone sobre la mesa situaciones que pueden servir no se si para concienciar, sobre ciertas actitudes o comportamientos, pero sí al menos, que sirvan para mover algo de una u otra forma, como espectadores, dentro de cada uno de nosotros, como suele ocurrir cuando el cine es utilizado no solo como un mero entretenimiento, también como una herramienta de denuncia.

Precisamente, la película de Bodroza tropieza en su cuestionable capacidad de entretener. Escenario limitado, dos actores y situaciones repetitivas. Eso es lo que nos depara la cinta más allá de sus connotaciones de fondo. Todo ello, a base de abundantes diálogos, excesivamente reiterativos en muchos casos y tiempos muy pausados, haciendo de muchos pasajes una experiencia de dudoso interés para el espectador, pese al buen hacer de una Stoya bastante superior a su partenaire masculino, demostrando sus buenas dotes para la interpretación, haciendo de todos los matices de su personaje, el oasis en medio del desierto en el que refugiarse. Una Stoya, que además, se pasa buena parte del metraje tal y como su creador la trajo al mundo (en este caso, Ederlezi Corporation), pese a que es cierto que todas las secuencias de sexo, están rodadas con suma elegancia y en este sentido, su director en ningún momento abusa del que sin duda hubiera sido el recurso fácil.


“es una lástima la poca truculencia del relato a la hora de dibujar una relación mucho más extrema y enferma por parte de ambos protagonistas”


Si es una lástima la poca truculencia del relato a la hora de dibujar una relación mucho más extrema y enferma por parte de ambos protagonistas, algo que el filme ofrece a cuenta gotas, una sola secuencia para ser exactos. Filón que no se explota en ningún momento y que podría haber llevado a la película a otro nivel, a una experiencia mucho más dura, perturbadora y sobretodo, real. Pero al igual que en temas de índole filosófica, se queda tan solo en la superficie para acabar remitiéndonos a un decepcionante “softcore” emocional.

En su apartado técnico, la cinta responde con sobrada y sorprendente solvencia, tratándose de una producción, en apariencia, modesta. Si bien el escenario es muy limitado y poco cocinado (cutre, que dirían algunos), la fotografía es ESPECTACULAR y la belleza de algunas secuencias roza lo hipnótico, jugando muy bien con los rojos intensos muy al estilo de Winding Refn, siempre con la fisonomía de Stoya como inspiradora y oportuna musa. La banda sonora, repleta de orquestaciones y sonoridades electrónicas también brilla sobremanera, perfecta compañera de viaje de todo ese poderío visual del que hace gala una película que incluso salva los muebles, cuando se atreve con exteriores de la nave. Nada que reprocharle en este sentido, tampoco en las actitudes de una talentosa Stoya y un entregado Sebastian Cavazza. Lástima que a la historia le falte gancho, punch, para dotarla de un interés que se presenta con excesivas intermitencias. Algunos ramalazos de serie B, treta de la que ya tiró Mortem Tyldum en su travesía, también le habrían ido de perlas. Película curiosa, interesante, a ratos, pero a recomendar con cautela.

Lo mejor: Una notable Stoya y todo lo referente a su apartado visual y sonoro.

Lo peor: Se queda corta en todos los palos que toca (el término “softcore” aquí viene que ni pintado) y lo estirada que está una historia que tal y como está concebida, ni de guasa da para hora y media de entretenimiento.


13 comentarios:

J dijo...

No sé que Rising es ir al rastro dominical con tu pareja y comprar algo útil. Sorpresón para un servidor en esta genial Sitges 2018.

¿Influencia comunista en sus decorados? ¿La guerra yugoslava, quizás? Me hipnotiza. Paz.


En la presentación, algo sentí de porno pero no vi nada de eso. Por cierto, A serbiam film es basura y cuando ves basura o eres un basurero o estás limpiando la casa o lo que sea que limpies.

La historia nos explica que un señor desea a un androide. Primero lo violenta y después siente cariño hacia él. Pero es un androide! Quiere convertir el frío metal en la piel caliente. SPOILER: Hasta lo libera, pensando que así le querrá. Se lo agradecerá como su salvador. No entiende que si alguien no te quiere, no le caes bien, hay poco o nada que hacer. Pero es que además si lo que quieres es que un ser no vivo te ame lo tienes muy complicado. A mi me ha sucedido. No me quería y yo tampoco a ella, pero quería poseerla. La deseaba. Me sentía inseguro y necesitaba su seguridad, porque a su lado yo era invencible. Sin ella, yo era medio hombre. ¿Y que es un medio hombre?. Un muerto en vida. ¿Un vampiro? No sabría describirlo.


Mi PS3 no me quiere. Le regalo miles de juegos y no me quiere.Tal vez por eso esta película me ha llegado tanto. No la volveré a ver, no sea que me decepcione.



El Rector dijo...

Jesús, pues ojalá se hiciera más "basura" como "A Serbian Film", película que por cierto, hay que poner en mucho más valor, después de ver como esta "Ederlazi Rising", tan solo araña la piel de muchas de las cosas que apunta. Queda bastante claro que el director ha preferido alejarse de controversias. Una lástima. Con todo, a nivel visual y sonoro, si me parece una propuesta muy interesante. También me resultó una sorpresa razonablemente agradable.

Saludos.

Victor dijo...

Tengo la agenda repleta,,,,,,,,,,y está está entre ellas. Promete, luego ya veremos.
Un saludo

J dijo...

Hay muchos peros en a Serbia film de lo mala que es y además casi perjudica su exhibición. Te imaginas. Si fuera por obras como las colinas tienen ojos. Tal vez sea, la Serbia, la primera peli en la que te piden dni a la puerta del cine de la historia de España.

El Rector dijo...

Victor, pues de todas las películas que venimos analizando de lo visto en el festival, (algunas auténticas maravillas), esta es la única, que no me atrevería a recomendarte. Pero bueno, tienes la ventaja de que ya sabes lo que te vas a encontrar... ojalá te guste más que a mi :)

Ya me contarás.

Jesus, en tu universo puede que sí, en el mío, es un muy notable thriller.

Que yo recuerde, en Sitges se exhibió sin problemas y en cualquier caso, el ídem no es de la película, sino de todos esos retrógrados ultraconservadores que pululan por este país, escandalizados por una película que cláramente, creyeron había rodado el diablo. A toda esta panda de carcamales mentales, los mandaba yo de una patada en el culo de procesión con las del coño insumiso, a ver si se les pega algo.

Saludos.

J dijo...

No hay universo. Hay cifras. Las cifras se cambian haciendo las cosas mejor. Esa peli no le gusta ni al director. Lo raro o diferente es eso. Raro o diferente.

El Rector dijo...

Jesús, ¿De qué cifras hablas? ¿No le gusta? No lo se, se lo preguntaré cuando lo vea. Sí te puede decir que me gusta a mí y a unos "cuantos" más. Lo raro y lo diferente, siempre es un añadido positivo. más, cuando hay un trabajo detrás como el de la peli de Spasojevic, pero bueno, como siempre, un tema de gustos.

Saludos.

Missterror dijo...

Esta vez no estoy tan de acuerdo con tu valoración, Rector. "Ederlezi Rising" se me hizo muy plomiza a partir de la primera media hora. Soy consciente e la limitación del espacio por un tema de recursos, pero jugando sólo ala baza del guión, o le das un poco de vida o te sale algo como lo que ha salido, un exploit de Stoya con un cuestionable discurso.
Pienso que si el guión no se hubiera centrado en la necesidad de compañía de un hombre solo y se hubiera introducido un pequeño elemento de suspense ajeno a la pareja, yo hablaría en otros términos., porque como dices, técnicamente no está nada mal (teniendo en cuenta el presupuesto que se maneja).
Respecto al acting, como también dices, Stoya muy por encima de Sebastian Cavazza, que a mí me ponía de los nervios...Supongo que esas voces tan profundan y densas, me aturden mucho. Una pena que Stoya tenga que aparecer desnuda en casi todas las escenas, da la sensación de que no había confianza en sus dotes interpretativas más allá de su cuerpo, pero claramente las tiene.

Respecto a "A Serbian Film", creí que ya había pasado la psicosis y que ya teníamos superado lo de tener que cuestionar la moralidad del espectador para argumentar lo "mala" que es una película. Veo que me equivocaba y que sigue habiendo un sector que no es capaz de entender que la libertad de expresión implica que haya muchas cosas que no compartas pero que respetes y que la basura no es aplicable al arte. O es eso, o soy basurera o limpio la casa, que todo puede ser...

Saludos.

El Rector dijo...

Missterror, en lo de plomiza no entraré, ya que a mi me ocurrió lo mismo en más de un momento del viaje. No sería esta, una propuesta que abandere el entretenimiento, desde luego. Si le veo suficiente valor a sus virtudes artísticas, como para darle al menos un aprobado. Ya sabes que se me gana fácil por la vista y el oído :)

No veo tanto ese exploit de Stoya del que hablas, de hecho, hubiera sido lo fácil y en cambio, se opta por darle peso a la actriz desde otras latitudes bien distintas, cuando precisamente, la situación y el personaje, daba para según que "fechorías" que en ningún momento se terminan plasmando. El tema del exploit, hay que entenderlo en su contexto, que Stoya tenga aquí un montón de desnudos, me parece bastante menos exploit a que Marcus Nispel se pase todo su remake de "La matanza de Texas", buscando las curvas de Jessica Biel. Eso para mi, si es un exploit.

Titiriteros, raperos y políticos en las cárceles... ¿De verdad te sorprende lo de "A Serbian Film"?

Saludos.

Shaun dijo...

¡Hola Rector! Pues no he visto esta película, pero me la apunto sin ninguna duda. Además, el hecho de que aparezca la diosa Stoya, hermosa de la cabeza a las plantas de los Pies, y con esa piel tan blanca, suave y delicada, ya es un motivo más que suficiente para verla. :)
Un saludo.

El Rector dijo...

Shaun, desconocía esa otra afición tuya por la robótica y las nuevas tecnologías... espero que la experiencia no se te quede en gatillazo ;)

Saludos.

J dijo...

Missterror. Rodar escenas macabras es muy fácil, pero hacerlo con talento como pintó Goya en sus cuadros no lo es. A Serbian film es una mala película porque su único recurso es mostrar escenas desagradables. De ahí que en mi anterior opinión mencione Las colinas tienen ojos (2006) que es un claro ejemplo de historia repugnante (extremadamente desagradable) realizada con estilo y efecto.

Missterror, se lo dejas muy fácil a los sin talento y por eso eres perfecta para indagar y criticar dentro del extenso catalogo del cine de terror.

Saludos.

El Rector dijo...

Jesús, pues para ser tan fácil, no hay otra película que haya generado lo que "A Serbian Film"... de todas formas, si tu análisis se resume en esas cuatro escenas desagradables que mencionas, te has perdido el 90% restante de la película. Precisamente, la diferencia entre "A Serbian Film" y "Las Colinas Tienen Ojos" (más allá de que la de Aja es una superproducción y ya de entrada la comparación es un poco tramposa) es que la segunda es un mero (y fantástico) entretenimiento, mientras que la de Spasojevic es una película de terror con fondo, un conciso diagrama de la serbia más siniestra de la postguerra. Eso es lo que la hace tan perturbadora. Una pena que el gran público se quedase con los cuatro efectismos de turno. Te recomiendo un revisionado, igual sacas alguna que otra conclusión interesante... cuando lleguen esas secuencias amorales, siempre puedes mirar hacia otra parte.

Saludos.

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