Tengo que reconocerlo: soy un auténtico freak de los escapes. Soy parte de un equipo con el que participamos en cuántas salas vamos pudiendo y es una afición que me parece que posee una excelente relación calidad-precio en la mayoría de los casos. El rollo de superar desafíos en un tiempo determinado, con una trama detrás y con multitud de pruebas y efectos tecnológicos (o no) es algo que me chifla. Esta afición lleva en alza en España unos tres o cuatro años, pero es ahora cuando vive su auténtica época de esplendor como en otras zonas del mundo. De esta manera, y como viene siendo habitual, el cine ha usado un elemento de ocio para tornarlo beneficio. En este caso, haciendo uso del género que más podía atribuirse, se ha montado una película de terror cuyo resultado determinaremos en las próximas líneas.
“Escape Room sabe aprovecharse de muchos de sus mejores elementos y se convierte en un referente para todo el film”
Aunque no fue un escape room al uso, “Saw” (James Wan, 2004) emplazaba mucho de los elementos que fundamentan este tipo de actividades o juegos: espacio cerrado, personajes con ausencia de libertad para salir de allí y, en consonancia, una trama macabra con una buena dosis de gore. El experimento fue todo un éxito, pero había detrás un trabajo enorme, un guion fortalecido y una capacidad única de jugar con el espectador.
Todo ello puso a esta película en el centro del huracán del cine de género y no fueron pocas las voces que la citan como la mejor película de la primera década de los 2000, aun cuando esto parece ciertamente exagerado. Más allá de eso, el filme dio para una saga redundante con hasta ocho entregas, la última en 2017. Y como también viene siendo habitual, la calidad de las películas que la componían iba decayendo, casi por norma, a la par que el número iba aumentando. Lo que trajo de nuevo “Saw” fue algo muy viejo en realidad: una película que genera enormes cantidades de beneficios, lo que provoca su lanzamiento periódico de entregas de dudosa calidad, pero con un fin económico bastante goloso. Eso nos suena: “Halloween” (1978), “Friday the 13th” (1980), “Nightmare in Elm Street” (1984) o “Hellraiser” (1987). Todas sus primeras entregas rodadas por excelentes directores con una capacidad asombrosa creando un producto asombroso que luego fue decayendo por, entre otras cosas, su abandono. La historia misma de esta saga. Afortunadamente, “Escape Room” sabe aprovecharse de muchos de sus mejores elementos y se convierte en un referente para todo el film.
“Los primeros minutos del filme van dejando clara su identidad, de la cual no se mueve durante todo el metraje, y esto es algo de agradecer”
A propósito de esto: no fue la única película que se ha hecho con esta temática. La bastante aborrecible “Escape Room” (Peter Dukes, 2017) era un bodrio de proporciones gigantescas en las que se juntaban elementos sobrenaturales con lo que presumiblemente ofrece una sala de escape, pero queda en nada con un guion bastante decadente, unas interpretaciones vacías y algunos giros que dan más vergüenza ajena que otra cosa: un suspenso de manual. Viendo el antecedente y el intento de la nueva película de idéntico título de asemejarse a películas como “Saw”, ¿cumple con lo cometido?
Los primeros minutos del filme van dejando clara su identidad, de la cual no se mueve durante todo el metraje, y esto es algo de agradecer: el producto es el que es, y se vende como tal. Conversaciones banales, muchos chistes fáciles y unos personajes estereotipados pero que cumplen a la perfección. En el apartado técnico la película está cuidada. Los planos van acompañando siempre al grupo de protagonistas en su búsqueda de enigmas y llevan al espectador de la mano, que durante muchos instantes parece sentirse parte del juego. Los primeros planos, algún que otro subjetivo y determinado momento relacionado con una droga suman para que se disfrute viéndola y no resulte desagradable. En ese sentido, es interesante mencionar también que la película no se esconde en ningún momento con pretensiones absurdas o intentos de elevar el espíritu de la misma por encima de sus posibilidades. Como producto de entretenimiento funciona porque esta se entiende a sí misma como tal. Pero bien hecho, al menos en su mayoría.
Quizás el guion tiene algunas aristas mencionables que le restan puntos. Los tres primeros cuartos de metraje están bien medidos: las pruebas que van superando son variadas y todas las mecánicas se identifican al completo con lo que es un escape: si la película se llama así, era una cuestión casi obligada que presentasen esto incluso para los neonatos, algo que hacen en su introducción detallando todos los elementos del hobby y cómo funcionan. También el ritmo es fresco, ágil y dinámico, incluso con algunos chistes de más. Hay que indicar, de igual manera, el intento que hace la película de dotar a los protagonistas de un pasado determinado, unirlos en el leiv motiv del filme y darle importancia, aunque esta no sea toda la que nos hubiese gustado. Hay pasados interesantes a los que podría sacarse más jugo, igual que algunos personajes se encuentran sobredimensionado por encima de otros. Es cuestión de gustos, pero denota cierta dejadez en cuestiones que habrían resultado de mucho interés.
“No convence que después de tanto rompecabezas todo se convierta durante unos segundos en la enésima película de acción”
Y entonces llegamos al final y…no, tampoco es tan malo. De hecho, es convincente. El problema es situar al villano de la forma en que se hace, a palo seco, con un enfrentamiento que afea el resto de los momentos vividos hasta ese instante. No convence que después de tanto rompecabezas todo se convierta durante unos segundos en la enésima película de acción. Desluce mucho y da sensación de que no sabe cerrarse, porque luego se afanan en estirar minutos para otorgar demasiada información al espectador, sin dar juego al misterio o al final enigmático que tanto habría pegado a una película con esta temática. Todo se muestra y todo se da por hecho, posiblemente por el anuncio de una segunda parte tan pronto.
No quiero dejar pasar las interpretaciones, corrientes pero cumplidoras. Con personajes estereotipados, cada uno sabe ponerse en su papel y nadie desentona, aunque la palma se la lleve Deborah Ann Woll (Daredevil). El resto está bien y se da un cierto tono variado al elenco tan propio en este tipo de películas.
En definitiva, lo positivo de “Escape Room” es que sabe a lo que juega y te ofrece lo que quiere ofrecerte. Esto lo hace bien, con sentido, está trabajado y merece el elogio de saber en qué liga se juega, sin pretensiones. Si se tiene en cuenta que es un producto de entretenimiento, con alguna sorpresilla, unas interpretaciones correctas y una recreación genialísima de lo que son las salas de escapes y cómo funciona el asunto, merece la pena darle un visionado. Si la veis y no habéis hecho uno antes, estoy segurísimo de que no tardaréis en probarlo. Y no os preocupéis: todo lo que aparece es cierto cuando juegas, excepto esas cosillas puestas para matarte.
5 comentarios:
No me ha disgustado esta película. Vale, peca de poca originalidad, hacía el final se hace un poco larga (La idea de ir cambiando de habitación no deja de ser una pequeña variación para mostrar lo mismo) pero si no pides demasiado, entretiene y para eso está hecha, no tiene otra aspiración, no quiere marcar un antes y un después en la historia del cine..
Obviamente me quedo con Saw, con Cube y por la cuenta que me trae, puedo decir que estoy cansado de esos personajes de ciencias (Matemáticos o Físicos) portentos donde los haya y con serios problemas para comunicarse... siempre lo mismo.. en fin..
Un Saludo!
Donnie
Darko - No puedo estar más de acuerdo con la explotación absoluta de los perfiles de ciencias puras. De hecho, su capacidad de estereotipar, aunque a veces aludimos a que permanece dentro del imaginario clásico, en realidad no es otra cosa que perpetuar un anacronismo absurdo. Y quizás habría sumado más puntos si, por una vez, se hubiesen animado a montar un grupo de personajes habituales pero con ciertas diferencias.
de acuerdo con usted, Astinus y con Donnie. Disfrutable, aunque más no sea que para quejarnos. para decir que Cube es mejor. se me antoja relacionada a final destination, pero con la muerte encarnada por el consorcio que regenteaba Hostel. no vi las siete u ocho secuelas de Saw, pero en principio me da por preguntar si no es un signo de los tiempos: el libertario de Saw con su misión personal de corregirnos vuelve a mutar en una corporación, que es una audiencia. aunque las divide: una da el producto, otra consume. en Hostel todavía, incluso, participaba la segunda.
quizá escape room pierde la oportunidad de saciarnos al no presentar al villano al inicio. (yo esperaba la vuelta del gamer) por otra parte, el villano es difuso y global, como en el demonlover de assayas.
de qué se nos priva que la audiencia dentro del film ve, sería la pregunta. o sería otra película.
un abrazo,
f
F, reivindico esa gran cinta titulada 'Demonlover' de Assayas.. me parece una maravilla con la que en su momento se fue demasiado duro...
'Escape room' tiene un poco de muchas cintas, ha cogido elementos de unas y de otras y los ha mezclado con gracia.. También pensé en 'Destino final' y ojo que esta película no acabe convirtiéndose en una saga como ocurrió con esa.. la verdad es que no lo descartaria..
El mal es global y nos acecha, es un monstruo del mil cabezas, le cortas una y surgen dos... despiadado pero real..
Un Saludo!
donnie
Interesante planteamiento. La mezcla de productos acaba saliendo bien y eso es algo de agradecer, aunque su consecución final pudiese ser mejor =) Lo que está claro es que tendremos secuela sí o sí.
Y yo también aprovecho para reivindicar "Demonlover". Como thriller, es casi de lo mejor que se hizo en Francia en la primera década de los 2000 =)
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