domingo, 30 de agosto de 2020

Crítica: Rock and Rule

ARTORIUS NOS HABLA SOBRE UNA DE ESAS CITAS INELUDIBLES PARA LOS ENFERMOS DE LA ANIMACIÓN, PESE A SUS POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS ADVERSOS


-Qué cojones es esta mierda?- Pónganse en situación: mi yo de diecimuchisimos años se encontraba en un estado bastante lamentable un sábado noche, y la cosa había acabado como solían acabar mis fines de semana de Agosto: viendo una película realmente terrible. Pero esta vez aquel atractivo y desgarbado muchacho había mordido más de lo que podía abarcar.


“Pocas veces se ha filmado nada tan delirante, moralista, psicotrónico y fallido en materia de animación como Rock & Rule”  


Había alquilado una película de animación, canadiense para más señas, y producida por la productora Nervana. La película costó ocho millones de dolares de la época, una auténtica locura, y casi llevó a la quiebra a la legendaria compañía, que pasó de producir “Los Osos Amorosos” a intentar con esta película hacerle la competencia a la contemporánea y maravillosa “Heavy Metal” (Gerald Potterton, 1981).

El título en castellano, oh maravilla, era “El Anillo de Poder” (Clive Smith, 1983), brillante traducción para “Rock & Rule”, y el recuerdo lisérgico al que sometió a mis retinas se mantuvo hasta que llegué a bien entrada la trentena, momento en que volvía a revisionarla. Y me reafirmé en la opinión de mi yo adolescente: Que puñetero desastre. Pero con los años llega la sabiduría, o eso dicen. Porque a la impresión original se le añadió un sorprendente: Que puñetera maravilla.


“la ingente cantidad de profesionales en el campo artístico y argumental que trabajó en esta película fue la semilla de toda una generación de creadores”  


Pocas veces se ha filmado nada tan delirante, moralista, psicotrónico y fallido en materia de animación como “Rock & Rule”. Filmada en captura de movimiento y con técnicas digitales revolucionarias para su época, la obra presenta una historia postapocalíptica en la que , tras la extinción de la humanidad, los ratones habían evolucionado hasta formar una suerte de sociedad con toques de cyberpunk. Es entonces cuando un malvado músico de éxito, Mok (voz de Iggy Pop), intenta usar la beatífica voz de una inocente ratoncita aspirante a solista de pop ,interpretada por la cantante Goldie, para abrir una puerta a los demonios de la dimensión del rock duro, ritual músico satanista mediante... 

Sí, lector. Un ratón con la voz de Iggie Pop y los andares y la cara de Mick Jagger intenta destruir el mundo utilizando las deidades del Metal, y solamente el pop blanco y más comercial podrá salvar el mundo. Un mensaje musicalmente evangelizador situado entre desnudos ratoniles, consumo de drogas explícito de todo tipo, humor tontorrón a más no poder, personajes protagonistas insoportables y números musicales que dan ganas de arrancarte el contenido de las cuencas oculares. Sin contar los personajes feistas, antipáticos a más no poder, y tremendamente perturbadores en muchos momentos.


“se encontraron con un ambiente de libertad creativa desatada que, a mi entender, devino en un caos tremebundo que hay momentos que es hasta incomodo de mirar”


Y con todo, respetado lector, te la recomiendo. Porque estás ante una cult movie en toda regla, homenajeada en producciones como “Star Wars: El planeta Rockrul” en la maravillosa serie de “Star Wars: The Clone Wars” (2008 - 2020), habitado por roedores humanoides y donde Anakin Skywalker vislumbra su sórdido destino, es un canto de amor a esta película. Y es que los fans del fantástico debemos mucho a “Rock & Rule”, porque la ingente cantidad de profesionales en el campo artístico y argumental que trabajó en esta película fue la semilla de toda una generación de creadores que marcaron a fuego las décadas siguientes.

En esta obra se encontraron con un ambiente de libertad creativa desatada que, a mi entender, devino en un caos tremebundo que hay momentos que es hasta incomodo de mirar. Pero tiene sus cosas, y son muy potentes: los maravillosos escenarios, los delirantes diseños de personajes, el movimiento hipnótico de Iggy Pop haciendo del villano de la función, y la banda sonora con nombres como, aparte de los citados, Lou Reed o Earth Wind and Fire.... Y el final. De tan moralista (el rock duro es malo y satánicoooo!) y delirante, es uno de los grandes WTF de mi vida cinéfila. Y yo, como sabéis los que me habéís leído con anterioridad, lo aplaudo. Dadle una oportunidad a “Rock & Rule”, queridos lectores. Por arqueología cinéfila, ni que sea. Por su valor como película de animación adulta occidental, o por sus cosas buenas, que las tiene, y que combaten heroicamente contra sus defectos, que son muchos. Y creo que estos últimos provocados por el consumo de los guionistas de algunas de las cosillas que salen en la escena de la discoteca. Eran los 80, amigo mio!  

Lo mejor: Mok. El diseño de producción. La sensación de completa libertad creativa. Los perturbadores y feístas diseños de personaje. El delirio final. Su ajustada duración y su valor histórico.  

Lo peor: Las voces originales de la pareja protagonista. Terrible. No es lo mismo cantar que poner voces a un personaje. La citada pareja protagonista y las ganas que tienes de darle raticida al personaje masculino (Omar) para que cierre la bocaza. Los números musicales. La moralina implícita en su resolución. Situaciones incomodantes para el espectador no aficionado al furry a mansalva.


2 comentarios:

J dijo...

Yo prefiero los musicales de carne y hueso pero esta peli tiene un dibujo llamativo. Recomiendo El Fantasma del Paraíso y también The Rocky Horror Pictures Show. Del 1974 y 1975. Los musicales de ahora, en dibus o en vivo, son menos interesantes. Creo que han pasado de moda. Lo último bueno del género lo tenemos en Repo! The Genetic Opera.

Art0rius dijo...

Veo con agrado Jesus a que nos referimos al mismo tipo de músical, de fantasy-terror, y que me mentas a las mismas películas que yo considero capitostes del género. En ese sentido, creo que es un subgénero dentro del musical que jamás ha estado de moda propiamente dicho, y que nos ha dado escasas alegrías y este pequeño puñado de obras maestras. Cosillas menores como "Ana y el Apocalipsis" no se pueden comparar a los tres colosos que mentas, y espero que al menos en el próximo lustro me caiga un musical con ese espiritu.
Aunque Cats....Bueno, esa es terror puro, pero uno tiene un límite.

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