MISSTERROR NOS HABLA SOBRE LA PARTICULAR VISIÓN EN CLAVE DE SURVIVAL DE VINCENT PARONNAUD DEL CUENTO DE CAPERUCITA ROJA
No hablaré de la cosmogonía, esa ciencia que estudia el origen del universo porque no tengo ni idea de cómo se pudo originar todo este circo y si estaba ya todo predispuesto al caos. Prefiero hablaros de la señorita Caperucita roja y su cestita llena de comida, atravesando el bosque con una mirada inocente y confiada del mundo. Ella, despreocupada pensando que no había nada que temer. Ella que lo mismo hablaba con su madre que con el lobo sin pensar en las consecuencias. Ella fiándose de buenas palabras, sin ponerlas en entredicho. Ella sintiéndose responsable de la muerte de su abuelita. ¡Qué fácil es pensar que lo que desencadenó la tragedia en el cuento de Caperucita fue su incauta credulidad!
“la arquitectura de la tensión se dibuja desde el plano del survival más clásico”
El mundo moderno se encarga de grabarnos a muerte desde que tenemos uso de razón aquello de que la desconfianza te puede salvar la vida. “No hables con extraños”, “No te fíes de nadie”, “Eres demasiado confiada”, “Piensa mal y acertarás”…avisos que se instalan en el conocimiento por repetición, pero como persona confiada que soy, os digo que todos estos mensajes que se emiten por preocupación, se reciben con temor y no hacen que los confiados desconfiemos, sino que provocan que la ansiedad nos coma y estemos siempre alerta, pensando que no somos capaces de reconocer las pistas que el peligro deja a su paso.
Una misma noche desde la perspectiva del confiando y el desconfiado no siempre es tan diferente. Quizá esto no tenga nada que ver con el origen de universo, pero también puede ser que encierre el misterio de la respuesta correcta. No lo sabremos nunca, pero sea como sea, fue la cosmogonía y la simple mención de Caperucita lo que me llevó de cabeza a “Cosmogonie” (aka "Hunted", 2020) y no os imagináis lo que me alegro de esta decisión.
“la relación establecida entre villano y víctima llegue a un punto de desenfreno tan bestia que convierta Cosmogonie en un festival tan sobrado como formidable y adictivo”
“Cosmogonie” nos pone en la piel de Eve para crear un cruel universo en diferentes pasos. En un primer momento, como génesis, nuestra caperucita se pone su chubasquero rojo con capucha para introducirnos en una salvaje noche que castiga una cana al aire con un desconocido de la peor de las formas y que sitúa a Eve en una carrera en la que juega en inferioridad de condiciones. El miedo y eso que comentaba sobre la frustración de no haber visto venir el peligro, hace que Eve sea la víctima perfecta. Una caperucita suelta por el bosque que solo quiere huir de sus captores y sobrevivir a cualquier precio. En esta parte de la película, la arquitectura de la tensión se dibuja desde el plano del survival más clásico. Todo lo primitivo que hay en el bosque y la necedad de los personajes funciona como la combinación perfecta para atrapar y sujetar bien al espectador.
Durante estos primeros compases, se atisba esa mezcla imposible de fábula y visceralidad que Vincent Paronnaud (el director) va introduciendo cada vez con más acierto en la historia. Para ello, diseña unos personajes con la estructura de cualquier cuento: dos villanos de personalidades muy diferentes y una víctima con alma de heroína. Sin duda, estas figuras son determinantes para entrar de lleno en un mundo en el que realismo y exceso se fundan para que se pueda producir un giro en la historia, sin que se ponga en duda la coherencia de cada escena. Pasando de lo real a lo irreal, Paronnaud hace que a medida que avancen los minutos, la relación establecida entre villano y víctima llegue a un punto de desenfreno tan bestia que convierta “Cosmogonie” en un festival tan sobrado como formidable y adictivo. Caperucita se quita esa molesta capucha y el hombre malo, que intentó disfrazarse de lobo sin mucho acierto, demuestra que la tenacidad de dudosa estrategia no es uno de los puntos fuertes con los que contaba.
“Cosmogonie simplemente habla de impulsos primarios y nos regala un espectáculo de gato y ratón tremendamente entretenido donde brillan los personajes”
“Comosgonie”, bien avenida con el thriller, el survival y la locura, avanza dando pasos de gigante entre la seriedad y la comicidad, amparándose en un lienzo sobre el que dibuja de manera libre y sin complejos las naturalezas de las que se nutre la historia: la humana, la espiritual y la real. Justo es la naturaleza lo que sirve para poner el punto de simbolismo en la película, algo que realmente no creo que sea de vital importancia en una película tan disfrutona como esta, pero que existe y se utiliza para hablar de roles y poner el punto de mira en la masculinidad tóxica, la violencia sexual y el empoderamiento femenino a golpe de resistencia y fuerza.
Al fin y al cabo, “Cosmogonie” simplemente habla de impulsos primarios y nos regala un espectáculo de gato y ratón tremendamente entretenido donde brillan los personajes, gracias a unas interpretaciones llenas de arte y mala hostia a cargo de Christian Bronchart como villano y Lucie Debay en el papel de Eve. Una premisa simple para una película con muchos más matices de lo que en un primer momento puede parecer. Un paseo en mountain bike por la intriga, la supervivencia, el realismo, la comedia negra y el cuento de un psicópata sexual y una caperucita imparable en una loca persecución enmarcada en un bonito escenario, retratado con una correcta fotografía, un servicial sonido y unos efectos especiales muy adecuados. Claramente tiene momentos en los que el espectador tiene que tragar con lo que le echen, pero en medio de la vorágine, ¿Quién ha pedido que la señora congruencia venga a apagar la hoguera? Yo solo quiero más leña para que todo arda.
2 comentarios:
Muy de acuerdo con todo lo expuesto. para mí, esta ha sido una de las grandes sorpresas de la edición y una de las películas con las que mejor me lo he pasado. Un survival brutal, que de una premisa común, se termina convirtiendo en un desfase absoluto repleto de excesos y de deliciosas licencias que no te suelta hasta su último suspiro.
Fantásticos personajes, tanto los villanos, como la prota. Los primeros, repulsivos hasta la médula, en especial el interpretado por Christian Bronchart, que de tanto asco que da, termina resultando hasta entrañable. Los últimos quince minutos, son de lo más loco que he visto en tiempo. Estupenda.
Una manera mucho más amena (más liviana, si se quiere) de hablar sobre el empoderamiento de la mujer y su papel dentro del patriarcado, de lo que hemos podido ver también en este Sitges en "Lucky" de Natasha Kermani, curiosa, pero bastante plomiza.
Saludos.
Sin duda, fue una de las películas con las que mejor me lo pasé. Su parte final es un despiporre y los personajes protagonistas lo bordan. Es una película que no debería decepcionar a ningún amante del género.
¡No me hables de "Lucky"!Menuda castaña de película. Brea Grant en su faceta de actriz, se ha coronado este año. Un horror.
Un abrazo.
Publicar un comentario
¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.