lunes, 12 de octubre de 2020

Crítica: Spree

THE AMAZING AMY NOS HABLA SOBRE EL MONSTRUO CREADO POR EUGENE KOTLYARENKO A PARTIR DE LA DEPENDENCIA A UNA SOCIEDAD ESCLAVA DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS


Esta película la quise ver porque me encanta cuando los actores se arriesgan y participan de películas que les permiten desmarcarse de aquellos roles a lo que estamos acostumbrados a ver con ellos, como es el caso de Joe Keery. Este joven actor es mundialmente conocido por su papel de Steve Harrington en la muy mundialmente conocida serie estrella de Netflix “Stranger Things” (2016), donde hace el papel de galán ochentero poco inteligente que lo deja la novia por el desadaptado (pero ser humano complejo) de la secundaria. Entonces cuando veo que un actor que es conocido por hacer de “buenito” se arriesga a mostrar su lado malvado y toma un papel como el que hace en “Spree”, pues que no me aguanto las ganas de ver esas películas. Al fin y al cabo todos tenemos nuestro lado malvado y es mucho más interesante de ver esa faceta de nosotros, al menos en la ficción. Sobre todo en películas con las características de “Spree” donde Joe Keery es el protagonista casi exclusivo, solo opacado por ese otro protagonista, que es el contexto social y las redes sociales. 

“Spree” es una película que nos cuenta el día en que Kurt, un adulto joven estadounidense, decide que hará un programa en vivo para las redes sociales llamado “The Lesson” donde va a mostrar y enseñar a sus suscriptores y seguidores como ser un asesino en serie. En el universo de la película Spree es una aplicación tipo “Uber” donde un particular te puede llevar en su auto a tu destino, te ofrece agua embotellada para satisfacción del cliente y evalúa al conductor según la experiencia del viaje. Kurt asesina a sus pasajeros mientras graba todo a través de su celular y de al menos siete cámaras que instala en su auto. En uno de sus viajes compartidos (existe la modalidad individual de viaje que es más cara en relación a una compartida, donde dos pasajeros que no se conocen viajan juntos) una comediante emergente y famosa en redes sociales llamada Jessie termina siendo pasajera de Kurt. A todo esto Kurt es niñero de un pre-puberto que también es muy famoso en redes sociales y que hace contenido basura, pero popular. La película transcurre mayoritariamente en el auto de Kurt y todo lo que sucede es siempre transmitido en vivo por redes sociales, ya sea desde las acciones de Kurt o de los otros personajes que lo acompañan. 


“la película en ningún momento intenta ser aleccionadora respecto de los peligros que conlleva la influencia de las redes sociales en la sociedad” 


Si en “Stranger Things” (2016) Joe Keery hace el rol del buenito/galán que no puede controlar su destino y que se las da de “winner” que en realidad no es, pero al final resulta que si puede ser mejor persona si se cambia su contexto, en “Spree” pensándolo bien, hace un papel similar. Solo que en vez de ser el buenito es el malito. Pero ¿tiene control sobre sus decisiones? ¿Nos ponemos filosóficas y filosóficos y analizamos esta película en relación al libre albedrío y la imposibilidad de este con la vida en sociedad? Mejor que no porque “¡ay no que pereza!”, pero “Spree” te deja pensando y analizando.

Al menos yo aún le doy vueltas en la cabeza de vez en cuando y ahora que la analizo más me gusta e impresiona. Porque, ¿Cuál es nuestra responsabilidad como participantes de la sociedad en la creación de estos personajes como Kurt? Analizar esto desde el asesino en serie que nos plantea Eugene Kotlyarenko, es más simple que hacerlo con uno de la vida real y de cierta forma nos remarca que esto es de alguna manera “evitable”, que realizando acciones individuales podemos evitar la creación de estos asesinos. Porque Kurt no es un psicópata que no sienta empatía o que ya no pueda convivir en sociedad, sino que es un producto de la sociedad. ¿O sí es un psicópata que no es apto para convivir en la sociedad? De todas formas esto lo planteo desde mi complejo de salvadora de almas perdidas, porque la película en ningún momento intenta ser aleccionadora respecto de los peligros que conlleva la influencia de las redes sociales en la sociedad y menos de lo peligroso que puede ser cuando una “persona X” hace de la popularidad en las redes su razón de vida y hasta dónde puede llegar por la “fama” en dichas redes sociales. 


“no puedo no sentir empatía por Kurt a pesar de todo lo que hace porque lo veo perdido en toda esta vorágine que es la vida en este siglo” 


“Spree” se aleja en ese sentido de la insufrible y por ratos patética “Nerve” (2016) y se plantea más como bomba que nos explota en la cara para decirnos que todos podemos ser Kurt, la única separación que hay entre él y nosotras o nosotros es que tenemos autoestima y la personalidad lo suficientemente desarrollada para que no necesitemos esa aprobación de las redes sociales que tanto desea y necesita Kurt. O al menos a mí me lleva a ese lugar, a ese análisis. “Spree” no tiene la profundidad de “Locke” (2013) en el desarrollo del personaje protagonista (lo menciono ya que les puede resultar un formato similar) no ahonda en profundidad en su personalidad, o en la relación con su madre (la que derechamente no aborda la película) y es ahí quizá donde está la explicación del comportamiento de Kurt, o puede que no. Pero es que tampoco es necesaria la profundidad en el personaje porque en realidad, a mi forma de ver, ni Kurt, ni el niño idiota al que cuida, ni la comediante, son los protagonistas, sino la sociedad y sus dinámicas toxicas de relación. Es como si todos pudiéramos develar a través de las redes sociales lo que somos realmente, esa oscuridad y morbo que todos llevamos dentro y que incluso podemos llegar a usar a estos seres dañados como Kurt para que ejecuten nuestros oscuros deseos

Si bien es Kurt quien busca la aprobación a través de las redes sociales, la pregunta es ¿Qué lo lleva a eso? Y por otro lado, ¿En qué se diferencia el comportamiento de la comediante con el de Kurt? ¿Es tan abismante la diferencia entre uno y otro?, o ¿Es que quizá la comediante obtuvo la contención necesaria durante su desarrollo personal que le impide el concebir asesinar por aprobación, pero que de todas formas participa de las dinámicas tóxicas de las redes sociales gustosa?, ¿O también falló algo en su desarrollo, que la deja expuesta al mismo comportamiento tóxico pero menos extremo? ¿O es peor aún porque ella que, “aparentemente” no tiene carencias, utiliza de igual forma y a conciencia las redes sociales para su beneficio económico? ¿Cuáles son los límites y cuando traspasamos la frontera entre ser “ciudadanos de bien” y ser asesinos seriales? En fin, “Spree” me dejó muchos cuestionamientos, no puedo no sentir empatía por Kurt a pesar de todo lo que hace porque lo veo perdido en toda esta vorágine que es la vida en este siglo


“no es una obra maestra, pero incomoda. Incomoda porque de cierta forma todos y todas participamos gustosos de las redes sociales sin ser conscientes (o si) de lo que esto puede provocar” 


El formato de la película puede quizá alejar a ciertos espectadores o no ser del agrado de todos, ya que se han hecho películas con una estética similar en donde la historia ocurre en tiempo real o “en vivo” con muy malos resultados como es el caso de “Unfriended” (2015) o cuantas otras, pero “Spree” vale la pena. No es aburrida, tiene buen ritmo y un par de giros inesperados que refuerzan aún más esta sensación de perdido que me transmite Kurt, al final a pesar de sus decisiones él no controla su vida. Si todo esto que a mí me pasó con la película es lo que quería lograr Eugene Kotlyarenko, no tengo más que aplaudirlo y si le salió de chiripazo, pues que al menos entiende muy bien cómo pueden llegar a ser las dinámicas sociales. Hasta la elección de Joe Keery termina siendo un acierto, una excelente elección de protagonista. Es como si Steve Harrington hubiese crecido no en los 80 sino en los 2000, con poca contención emocional, expuesto a las redes sociales y sin un hecho clave que reafirmara su personalidad y que lo convierta en una buena persona como sucede en “Stranger Things”

“Spree” no es una obra maestra, pero incomoda. Incomoda porque de cierta forma todos y todas participamos gustosos de las redes sociales sin ser conscientes (o si) de lo que esto puede provocar. Al final del día todos somos Kurt, la comediante o el niño idiota. Puede que a ustedes no les pase nada con “Spree”, pero a mí me pasó de todo.


4 comentarios:

El Rector dijo...

Leyéndote, Amy, veo que todas esas lecturas que haces de la película, seguramente sean la clava de su potencial encanto, pero en mi caso, que soy bastante más superficial y que solo busco un rato de entretenimiento, me quedo en la superficie y me topo de narices con un formato que detesto y que me resulta (por lo general) prohibitivo. Al igual que todas esas películas que citas, esta "Spree" me ha resultado, no tan aburrida como otras, pero sin conseguir hacerme partícipe de la misma en ningún momento, hasta la inevitable desconexión. No es lo mío ni lo del tiempo real, ni mucho menos todo lo que rodea a este "fascinante" universo de los youtubers/influencers y sus anhelos.

Saludos.

Krueger dijo...

Disfruté de la propuesta, ya que pesar de lo limitado del formato, creo que el gran acierto de la cinta es hacer que entendamos a ese patético influencer que no deja de ser un psicópata de tomo y lomo. Quizás sobra metraje y el ritmo resulta irregular, pero me pareció toda una sorpresa.

The Amazing Amy dijo...

Hola Rector! Pues claro que sí, que no todos clavan con el formato ni menos se van en el profundo análisis social. Cómo entretenimiento se queda corto claro, esto porque (sumando a Krueger, Hola querido Krueger! Cómo te trata Sitges?) Tiene un ritmo irregular, algunas cosillas que sobran y no se profundiza en el personaje de Kurt. Por lo menos cuando vi la película esa falta de profundidad se tradujo en cuestionar no la película o el guión en sus fallas, sino el personaje así incompleto como esta. Porque al fin y al cabo que sabemos de que pasa en la mente de los sicópatas? Es Kurt un sicópata o solo está mal escrito? Aaah que me sigo cuestionando todo!!!

Saludos a ambos!!

Missterror dijo...

Entendiendo que el mundo del cine se tiene que adaptar a todos los momentos y subirse al carro de las modas en el momento adecuado, las diferentes posibilidades para recrear historias que nos facilitan las redes sociales o las plataformas de videoconferencia, creo que tienen un riesgo de agotarse mucho mayor que lo que tuvo el found footage o mockumentarys en su momento. Esta sensación es lo que me hizo ver "Spree" con una actitud inadecuada. Para mi sorpresa, me gustó lo que me encontré y me hizo reflexionar sobre todo lo que se muestra. Hay una generación que ha crecido con la
presión de las redes sociales, con la necesidad de ser aceptado por personas que ni conoce, ni conocerá. Yo pertenezco a una generación anterior y a veces me cuesta ponerme en su piel, por eso película como "Spree" son bastante reveladoras para mí. No se trata de ser el mejor, se trata solo de sentirse especial aunque sepas que no destacas en nada. La escena de la ducha con un Kurt ensangrentado, sonriendo feliz porque estaban viendo su directo unas 150 personas es brutal, teniendo en cuenta que hoy en día, hasta una cuenta de instagram que se dedique a enseñar cómo tiende la ropa, tendría miles de visitas...
No me termina de convencer el formato, porque entendiendo que los directos de IG son así, condenar la mitad de la pantalla con unos comentarios que ningún espectador leer, no sé si tiene demasiado sentido. Como el compi Krueger también creo que es irregular, pero, sin duda, me sorprendió.

Un abrazo.

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