ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE ESTE CONDENSADO DELIRIO AUDIOVISUAL DE CIENCIA FICCIÓN CON PARTITURA DE CARPENTER BRUT
Durante los últimos años hemos observado en el cine una marcada influencia por la cinematografía de los años 80 y principios de los 90. Tanto a través de los elementos propios de la cultura pop como de su estética cinematográfica, caracterizada por un complejo de imágenes saturadas en color y exceso de información. Luces de neón y filtros Polaroid al servicio de una imagen retrofuturista. Me pregunto, cuántas veces puede funcionar la misma formula. ¿Por qué algo tendría que “pasar de moda”? Más allá de los elementos, es la genialidad de las personas que hay detrás, lo que hace brillar cualquier proyecto. Me parece es el caso de Raphael Hernandez y Savitri Joly-Gonfard, quienes en el 2006 ya exploraban la ciencia ficción con su cortometraje animado “Ratrix Hero” y el mediometraje “Kaydara” en el 2011; antecedentes que les hace trabajar en el 2016 con el músico francés de Synthwave, Franck Hueso, mejor conocido como Carpenter Brut, dirigiendo su videoclip-cortometraje “Turbo Killer” (disponible en su canal de Youtube) y forjando una simbiosis entre su arte musical-audiovisual. Si observamos ese vídeo, es la antesala para “Blood Machines” (2019), prácticamente el mismo universo.
“pareciera que poca relevancia posee su argumento ante el despliegue de su imaginería y la espectacularidad de su montaje, pero muy en el fondo, yace su propio contenido filosófico”
¿Un largometraje... una serie, un cortometraje, un videoclip...? Dividida en tres capítulos (con tan sólo 50 minutos en su conjunto) “Blood Machines” emula una especie de miniserie de ciencia ficción inspirada en la música y el cine de los 80s, difícil de clasificar, en donde pareciera que poca relevancia posee su argumento ante el despliegue de su imaginería y la espectacularidad de su montaje, pero muy en el fondo, yace su propio contenido “filosófico”. Un ballet sonoro en donde la materia orgánica y digital se funden dentro de una inteligencia artificial.
Nuestra historia da inicio con un texto de apertura fundido en negro: “Mientras escapa por el espacio, la Mima, una máquina con un sistema A.I. defectuoso, es superada por una buque de guerra. Gravemente dañada por sus arpones, la Mima utiliza la poca fuerza que le queda para liberarse, obligada a estrellarse en un planeta inexplorado, Apus 7”. La pantalla se abre y emergen nuestros personajes, el capitán Vascan y su copiloto y mecánico Lago, bajo las ordenes del comandante Galdor. Abordo del buque de guerra aterrizan en Apus 7, con la intención de capturar y/o destruir a la inteligencia artificial fugitiva. Sin embargo no están solos, en el planeta los aguarda un grupo de Carroñeras, un par de mujeres guerreras, dispuestas a mediante un ritual, emerger el alma femenina de la inteligencia artificial, que transfigurada en una mujer de dimensiones inimaginables, dará inicio a una nueva persecución por los confines del universo.
“muestra signos de creatividad y unicidad. Esto gracias al conjunto de mentes que lo hace posible, y al equilibrio perfecto entre la espectacularidad y el mensaje”
A pesar de que no es la primera vez que vemos una estética similar o un argumento en el que, en su mensaje más superficial, nos habla sobre el levantamiento de las máquinas, “Blood Machines” muestra signos de creatividad y unicidad. Esto gracias al conjunto de mentes que lo hace posible, y al equilibrio perfecto entre la espectacularidad y el mensaje, porque a veces pareciera sólo un video musical extendido o una absurda película Serie B, pero no es todo, sutilmente envuelve un mensaje tal vez más... “femenino”, de rebelión y anarquía del que podríamos esperar (con todo y que su mirada es muy masculina, a través de un Vascan bastante engreído y la representación de una A.I. como una hermosa mujer desnuda). El resultado, una pequeña hazaña humana/inhumana indeleble, de bellos filtros atmosféricos y una partitura que por sí sola es buena. Buen trabajo el de Joly-Gonfard y Hernández bajo el nombre de Seth Ickerman, y por supuesto, de Carpenter Brut; y es que creo que nunca, increíblemente, el estilo se antepone a la sustancia.
El diseño de los personajes y su caracterización es bastante trivial, eso no se puede evitar si parte del esfuerzo es evocar el cine de los 80s. Algunos diálogos absurdos y sobreactuaciones quizá mellen un poco nuestro aprecio (o para otros simpatice completamente con su nostalgia ochentera). No hay mucho que decir al respecto salvo que Anders Heinrichsen (Vascan) actúa en el 2020 en la película danesa “Breeder” de Jens Dahl (tengo muchas ganas de verla) y que me ha encantado la figura de Joëlle Berckmans como Mima, así mismo la coreografía en la que se desarrolla la batalla final.
“El diseño de los personajes y su caracterización es bastante trivial, eso no se puede evitar si parte del esfuerzo es evocar el cine de los 80s”
Gran trabajo de Maurice Roy (“Martyrs”, “Another WolfCop”) a cargo del departamento de arte, Philip Lozano en la fotografía y Julien Richard en el diseño de producción. Muchas veces ignoramos el genio creativo que hay detrás. En cuanto a Carpenter Brut, por reiterativa que parezca, está disponible la banda sonora también en youtube y parte de su discografía en spotify.
Y bueno, ¿Qué decir del final? ¿Es un filme redondo? Pues... puedo decirte que mantiene la estética y línea de un vídeo musical, esto es: NADA se explica por completo. Desconoceremos el significado de su iconografía, esas cruces invertidas por ejemplo, el ritual y el objetivo de sus personajes, así como un pasado o si quiera el contexto galáctico que enfrenta a humanos con la inteligencia artificial, nada de esto sabremos. Lo escribo con el fin de advertir a quienes esto les pueda dificultar su visionado. Sin duda, un título recomendable de ver. Son tan sólo 50 minutos incluyendo los créditos (totales y de cada “capítulo”).
1 comentarios:
Estéticamente es super cañera y te hipnotiza desde los primeros segundos. Interesa y embelesa pero el formato elegido es tan marciano que te aleja por completo del hilo (si es que alguien es capaz de seguirlo) y en mi caso, incluso me llegó a molestar.
De los 50 minutos de metraje, más de la mitad son créditos que desconectan y frustran (ya no sé si es que yo vi la versión sin montar o esto es lo que es).
Me cuesta entender un montaje así en una experiencia visual tan sobresaliente :(
Un abrazo.
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