EL RECTOR NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE AMELIA MOSES, DE DESPERTARES, INSPIRACIONES Y MUJERES LOBO
El coming of age es un viaje recurrente en el universo cinematográfico y el género de terror, siempre ha estado más que dispuesto a explorar esta senda del auto descubrimiento. En “Bloodthirsty” (2021), la cineasta Amelia Moses se adentra por segunda vez en el fantástico en este su segundo trabajo, de nuevo y al igual que sucedía en su ópera prima, “Bleed with me” (2020), vuelve a dejar patente el gusto por la sangre, el suyo y el de sus personajes protagonistas, ambos encarnados por la misma persona y parece ser, actriz fetiche, Lauren Beatty.
“Si digo que Bloodthirsty se circunscribe dentro del cine licántropo, creo que no le destripo nada a nadie, tanto su póster promocional como los reveladores primeros minutos de metraje, no dejan duda alguna al respecto”
Descubrir quien somos realmente. Claro, en clave de terror, dicho descubrimiento suele ser sinónimo de tragedia. “Ginger Snaps” (John Fawcett, 2000), “Crudo” (Julia Ducournau, 2016) o la más que reciente “Teddy” (Ludovic Boukherma / Zoran Boukherma, 2020) y premiada en la pasada edición del festival de Sitges, algunos ejemplos recientes y títulos a los cuales remite desde el minuto uno una película como “Bloodthirsty”, en este caso, expandiendo su propuesta trazando un paralelismo a modo de metáfora sobre el proceso creativo, lo cual nos lleva de la mano y casi sin quererlo a otra cinta reciente como es “The Strings” (Ryan Glover, 2020) un pequeño terror indie de lo más sugerente que abordaba el tema, todo sea dicho, con algo más de sustancia de lo que lo hace la película de Moses.
Si digo que “Bloodthirsty” se circunscribe dentro del cine licántropo, creo que no le destripo nada a nadie, tanto su póster promocional como los reveladores primeros minutos de metraje, no dejan duda alguna al respecto y quizás, sea este uno de los principales problemas de la película, el hecho de realizar una radiografía prematura y excesivamente certera de todo aquello que está por llegar. Hablamos pues de un viaje un tanto descafeinado si lo que uno ansia encontrar en el libreto de Wendy Hill-Tout y Elizabeth Lowell Boland, se asemeja a alguna suerte de misterio o intriga en lo que respecta tanto al destino de la protagonista como a la resolución del relato, todo lo contrario de lo que por ejemplo ocurría en una propuesta de muchos más quilates como el “Crudo” de Ducournau.
“Si referentes del subgénero como Un Hombre americano en Londres, Aullidos o En compañía de lobos se han convertido en ejemplos de como convertir a un hombre en un lobo, Bloodthirsty no pasará a los anales de la historia en este sentido”
De la misma forma opino que Lauren Beatty tampoco contribuye en exceso a la causa y volviendo al odioso pero en ocasiones muy ilustrativo ejercicio de las comparativas, si “The Strings” conseguía engancharte con la historia (a ratos), era, en parte (lo de su excelsa fotografía está fuera de concurso), por el notable trabajo de su actriz (y compositora) protagonista, Teagan Johnston. Beatty parece estar lejos (al menos aquí) de dichos registros y esto termina pesando en el conjunto de una película como esta donde el peso de los personajes se antoja como algo fundamental para llevar el relato a buen puerto. Junto a ella, una Katharine King So (de la incomprensiblemente cancelada “Jupiter´s Legacy”) algo más lúcida, un teatral (y esta vez no tengo claro que se trate de un piropo) Greg Bryk y un testimonial Michael Ironside, cubriendo el cupo de vieja gloria.
Tenemos pues una historia previsible (amén de alguna pequeña sorpresa –más efectista que efectiva- que nos pueda deparar el guion) y un personaje principal sin la fuerza dramática suficiente como para paliar las miserias de un relato que tampoco destaca precisamente por su dinamismo, abusando de charlas de almohada y apostando casi en su totalidad su mejor mano, eso sí, a su interesante apartado sonoro cortesía de Michelle Osis por un lado y a en especial, la propia Lowell, compositora de los temas musicales que aparecen a lo largo del filme, cortes como el homónimo Bloodthirsty, Greta´s Song, God is a fascist o Lemonade, repletos de melancolía y sonoridades oscuras que pueden recordar a artistas como Chelsea Wolfe, Emma Ruth Rundle o la propia Teagan Johnston, convirtiéndose estos pasajes, a falta de emociones mayores, en algunos de los momentos más destacados de la experiencia. No en vano, la película fue nominada a mejor score original y mejor canción original en los Canadian Screen Awards.
“ofrece sus mejores prestaciones cuando se mete en el estudio de grabación y todo queda en manos de Lowell y su hipnótica música”
Pero claro, tratándose de un filme de hombres (mujeres en este caso) lobo, la gran pregunta: ¿Qué tal las transformaciones? Tened miedo, mucho miedo. Si referentes del subgénero como “Un Hombre americano en Londres” (John Landis, 1981), “Aullidos” (Joe Dante, 1981) o “En compañía de lobos” (Neil Jordan, 1984) se han convertido en ejemplos de como convertir a un hombre en un lobo, “Bloodthirsty” no pasará a los anales de la historia en este sentido. Se entiende pues, que la película se tome su tiempo en enseñar los colmillos y además de “ofrecer” buena parte del proceso fuera de cámara (una desagradable constante a lo largo de la travesía), el resultado final no está ni de lejos a la altura de lo que se espera de una propuesta presuntamente seria como es esta.
Con la infame cantidad de películas sobre licántropos que corren y seguirán corriendo por ahí, cuesta encontrar argumentos sólidos para recomendar un título como el que nos ocupa por muy amante que uno sea de estas entrañables criaturas y que como digo, ofrece sus mejores prestaciones cuando se mete en el estudio de grabación y todo queda en manos de Lowell y su hipnótica música. De alguna manera, disimula también su descafeinado (por no decir inexistente) apartado visual, repleto de muertes fuera de plano y con unas caracterizaciones que parecen sacadas de “Buffy cazavampiros” con una ambientación que sin pasar de correcta, tiene cierto regustillo gótico que puede llegar a dar el pego... al menos durante un rato. Aguantar de una pieza a lo largo de hora y media, ya será cosa de valientes, voluntariosos o lobeznos empedernidos.
Lo mejor: El EP de Lowell y en general, todo lo referente a su apartado musical.
Lo peor: Que una vez más, el cine de terror Canadiense vuelve a naufragar y nos tortura con una película sosa, previsible y aburrida.
4 comentarios:
Muy de acuerdo con tu análisis, Rector. Lo único destacable de "Bloodthirsty" son los temas musicales de Lowell (a quien desconocía).
Supongo que decir de una película que no aporta nada nuevo está muy manido y es lo mismo que no decir nada, pero es lo único que siento cuando pienso en esta película. No es que el género licántropo tenga que reinventarse constantemente, ni que cada película tenga que innovar, pero como mínimo tiene que ofrecer emoción y tensión, algo que en "Bloodthirsty" ni está, ni se espera. Todo es demasiado obvio y parece que cada escena que se sale de la parte musical está metida con calzador para adornar las canciones que repetidamente van taladrando (menos mal que molan).
El casting es un auténtico espanto y técnicamente es muy pobre. Entiendo que el presupuesto es limitado, pero es que en esta película pesa mucho (en especial en lo referente a los efectos especiales).
Una película aburrida y sin alma y aunque a mí se me vino también a la cabeza "The Strings", pero me quedo mil veces con la peli de Teagan Johnston.
Por cierto, lo de comparar a la señorita Lowell con Chelsea Wolfe o Emma Ruth Rundle es ir demasiado lejos, ¿no? Hablas de dos diosas de la música y eso sí que son palabras mayores.
Un abrazo.
Missterror, como dices y ya hemos comentado en otras ocasiones, la innovación no es algo ni mucho menos imprescindible para disfrutar de una buena película. "Bloodthirsty" es obvia desde el minuto uno, pero no pasaría nada si fuera una propuesta divertida, o que destacara en otros aspectos como pueda ser el visual (más tratándose de una peli de licantropía), pero es que ahí tampoco cumple.
Coincidimos en que lo mejor es su apartado sonoro. Y sobre la comparación, en ningún momento entre a valorar la calidad de unas y otras, tan solo cité a estas artistas para ubicar, a grandes rasgos, el estilo de Lowell.
Saludos.
Hola a todos
A mi me ha parecido un soberano tostón. Estoy de acuerdo con vosotros respeto a lo de la música, pero es que es de lo poquito salvable. El resto es muy previsible, muy lento y con unas interpretaciones que son para enmarcar.
Por cierto, esta es una película perfecta para aplicar aquello de que "si no tienes presupuesto para que te metes". Lo de las transformaciones y los efectos de maquillaje son de lo más cutre que he visto en muchísimo tiempo. Si parece que hayan encontrado en algún almacén las prótesis que sobraron de "Sonámbulos" y las hayan reutilizado. En fin.
Saludos
Moloko, si no tienes presupuesto, al menos tira de sutileza, que además es algo que se lleva y suele tener buena prensa en el mundillo. Más en una película que tenía sobrado margen para llevar la historia hacia ese vacío legal del "terror que no es terror" y demás gilipolleces "elevadas". Seguramente hubiera sido igual de aburrida, pero nos habríamos ahorrado el ridículo de los efectos especiales.
"Sonámbulos"... película de infausto recuerdo, no tanto por la película (que es regulera pero se deja ver), como por alguna que otra situación macabra que vivió aquí el menda siendo un tierno adolescente.
Saludos.
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