jueves, 7 de octubre de 2021

Crítica: Medusa

EL RECTOR NOS HABLA SOBRE UNA DE ESAS PELÍCULAS (Y VAN...) QUE SEGURAMENTE, NUNCA DEBIÓ ESTAR EN SITGES 2021


Medusa (Sitges 2021)
El incuestionable peso que tiene lo estético (más aun cuando se habla en clave referencial) hoy, dentro del género fantástico, es la única forma de entender y digerir la presencia de una película como “Medusa” (Anita Rocha da Silveira, 2021) en un festival como el de Sitges. Es cierto que existe una nueva corriente de “terror social” donde el género se ha convertido en poco más que una herramienta (en ocasiones harto artificial) gracias a la cual deshojar la margarita de algunas de las miserias terrenales de nuestro tiempo. No albergando duda alguna de que en lo formal, “Medusa” da el pego como pariente más o menos lejana del fantástico, el fondo, alberga una película completamente distinta. 


“entra por los ojos desde su primera secuencia, donde las reminiscencias al giallo italiano en general y al cine de Dario Argento en particular, son más que evidentes” 


Medusa (Sitges 2021)
La cinematografía brasileña viene apostando fuerte por este tipo de terror de denuncia social, con Marco Dutra y Juliana Rojas al frente, como ha quedado patente con trabajos como “Trabalhar cansa” (2011) y “As boas maneiras” (2017). La diferencia entre el cine de Dutra y Rojas con esta “Medusa” es el hecho, sutil, de que aquellos introducían el elemento de género en sus relatos (por más absurdo o irrelevante que este fuera), mientras que Rocha da Silveira ni se lo plantea. Por contra, disfraza las más de dos horas de desahogo ideológico (y conste que a título personal, lo suscribo todo) con un buen puñado de clichés estéticos, tanto en lo visual como en lo sonoro

“Medusa” es un trabajo pulido y francamente elegante. Tanto a nivel artístico, como de montaje, el filme hace gala de un mimo por el detalle y por el culto a las formas, del que por ejemplo carecían los títulos anteriormente mencionados. Es esta una película que entra por los ojos desde su primera secuencia, donde las reminiscencias al giallo italiano en general y al cine de Dario Argento en particular, son más que evidentes. La banda sonora compuesta por Benardo Uzera (quien también había trabajo ya en “As boas maneiras”) supura a sonido “Goblin” por todos sus poros. 


“intenta abarcar mucho y termina quedándose a medias de todo. Empieza arreándole al fanatismo religioso para terminar apostándolo todo hacia una suerte de decálogo de la buena feminista” 


Medusa (Sitges 2021)
Rocha da Silveira, quien también firma el guion, nos propone de inicio una crítica contra el fanatismo religioso, trasportando la santa inquisición española al Brasil de hoy en día y poniendo sobre la mesa toda una ristra de malsanos vicios que versan sobre esa intolerancia galopante cada vez más arraigada en estos días. Las sociedades han empezado a involucionar hacia estadios que ya parecían superados y una catástrofe a nivel global como ha sido y es la pandemia, no ha hecho más que agudizar lo peor del ser humano. La homofobia, el machismo, la xenofobia y en general, el absoluto desprecio sectario hacia todo aquello que no entra en el encefalograma plano del neandertal de turno, parece ser una excusa tan válida como cualquier otra para dar rienda suelta a otro de esos “placeres culpables” tan arraigados al ser humano: la violencia, en cualquiera de sus formas. 


“Sí, lo que cuenta da miedo, pero para postularse al cine de terror, es necesario cruzar determinadas líneas y “Medusa”, no lo hace” 


Medusa (Sitges 2021)
“Medusa” intenta abarcar mucho y termina quedándose a medias de todo. Empieza arreándole al fanatismo religioso para terminar apostándolo todo hacia una suerte de decálogo de la buena feminista que poco o nada tiene que ver con el discurso inicial. Lo hace además, tanto una cosa como la otra, con una falta de sutileza tan exagerada, que temas tan serios como los que expone, terminan degenerando en parodia. Todo resulta tan gráfico y obvio, que la belleza de alguna de sus imágenes, se marchita ante la ausencia de ese componente alegórico, de ese universo interpretable y por tanto, moldeable por el espectador, que otorga profundidad a un cuadro. 

Medusa (Sitges 2021)
Y hablando de alegorías, metáforas y de la fina línea que separa el cine de terror de aquello que no lo es, no cabe duda de que si hay una película que guarde parecidos razonables con “Medusa”, esa es “The Neon Demon” (Nicolas Winding Refn, 2016). No solo por lo estético, también por la naturaleza del a historia, de nuevo con el coming of age como motor del relato, con un personaje femenino que se adentra en la senda del autodescubrimiento (Mari Oliveira coge el testigo de Elle Fanning) para terminar hallando su catártico destino. La diferencia es que la cinta de Refn estaba repleta de simbolismo, era una película que obligaba a la reflexión, mientras que “Medusa”, carece por completo de este rasgo. Otra diferencia fundamental entre ambos títulos, es el hecho de que a “The Neon Demon”, no se le puede negar su adscripción al género de terror, mientras que en “Medusa”, el único aval recae en todo ese preciosismo clásico y los ecos a viejas glorias del estilo. Sí, lo que cuenta da miedo, pero para postularse al cine de terror, es necesario cruzar determinadas líneas y “Medusa”, no lo hace

Lo mejor: A nivel visual y sonoro, es una experiencia seductora y entrañable. 

Lo peor: El mensaje es tan obvio y se transfigura de manera tan gratuita, que pierde buena parte de su fuerza. Que un festival como el de Sitges continúe apostando por propuestas tan cogidas con pinza como esta.


2 comentarios:

Missterror dijo...

Con "Medusa" no nos vamos a poner para nada de acuerdo, Rector. A mí no me ha resultado ni seductora ni entrañable. Un pastiche sin demasiado acierto que apunta a demasiados objetivos para terminar disparando al aire.
Ni compro la crítica feminista, ni compro su parte supuestamente fantástica, ni compro un guion que no deja espacio alguno a la interpretación. Todo es tan obvio que termina haciendo que el mensaje no tenga potencia alguna.
Esta es la típica película pensada para otro tipo de circuitos y que no pinta nada en un festival como el de Sitges. Fue la primera película que vi este año en el festival y me caí con todo el equipo.

Un abrazo.

El Rector dijo...

Missterror, su parte fantástica yo tampoco se la compro, no la tiene, jeje. Sobre el mensaje, bueno, ahí está, obvio y si quieres manido, desde luego no es la crítica más elegante y elaborada que hemos visto estos últimos tiempos, pero si sirve para que le llegue a alguien, bienvenido sea.

Sobre la estética y el empaque, a mi si me parece una película que juega con el preciosismo y con determinados recursos del género. Supongo que eso ya va de percepciones muy personales. De todas formas si te compro el hecho de cuestionar si dichos recursos, son justificación suficiente como para que se proyecte en un festival de género. Y ya te digo que opino que no.

y bueno, bien conocida es mi condescendencia para con el cine latinoamericano ;)

Saludos.

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