Brandon Christensen regresa a Sitges tras “Still Born” (2017) para presentar “Superhost” (2021), su nuevo trabajo. Por el medio, la regulera “Z” (2019), lo cual empieza a darnos una idea del microuniverso por el que deambula el cine del canadiense, país que por cierto, suele mantener una relación un tanto tortuosa con el género fantástico. Pocos atractivos a priori pues, para aventurarnos en un título que quizás, tenga en la figura de Bárbara Crampton, su mayor aliciente.
“El director y guionista se sirve de la rabiosa actualidad para poner sobre la mesa una tibia crítica, parodia u homenaje, vaya usted a saber, al mundo/negocio/fenómeno de los youtubers”
Si hay algo que no suele funcionar ni en la vida, ni en el cine, son las medias tintas. Posicionarse. Siempre hay que posicionarse. “Superhost” es una de esas películas complicadas de analizar por el que suscribe, ya que justamente se encasillan en una indefinición estilística en la que como espectador, nunca he terminado de sentirme cómodo. Si me preguntan, tras el visionado, aun no termino de tener claro cual era la intención de Brandon Christensen y eso, es algo que me perturba.
El director y guionista se sirve de la rabiosa actualidad (fuente inagotable de ideas visto lo visto en este Sitges 2021) para poner sobre la mesa una tibia crítica, parodia u homenaje, vaya usted a saber, al mundo/negocio/fenómeno de los youtubers. Reconozco que no soy de este tiempo, que se me escapa mucho de lo que ocurre en las redes sociales, no, no las entiendo. No entiendo esa máxima que parece imperar en dicho mundo paralelo, donde el valor no lo otorgan ni los méritos, ni el talento, tan solo los números, conseguidos mayormente a base de mamoneo. Vales lo que tus seguidores te hacen valer, ni más ni menos, cuantos más tienes, más relevante eres dentro de esa comunidad, que no tengas absolutamente nada interesante que aportar, es irrelevante. Somos una sociedad cada vez más estúpida y por tanto, el auge de esta nueva forma de “comunicar”, era algo inevitable. El algoritmo tiene cierta lógica macabra, si el potencial mercado es una sociedad repleta de idiotas, ¿Qué mejor producto para vender que a un idiota diciendo idioteces?
“Como comedia, es un desastre. No lo hace porqué no hay ingenio alguno en las líneas de Claire y Teddy, tan solo un montón de tópicos y clichés sobre el medio vomitados a gran velocidad”
“Superhost” es el nombre de un canal de Youtube en el cual sus dos protagonistas, Claire (Sara Canning) y Teddy (Osric Chau) se alojan en casas vacacionales varias con la finalidad de realizar críticas para su audiencia, mientras de paso monetizan su vida subiéndolo todo a la red. Sendas figuras sirven a Christensen como brújula para guiarnos a través de este dislate a medio camino entre la comedia y el terror, que como digo, nunca termina de decantarse por ninguna de sus dos vertientes, dando como resultado un título descafeinado y falto de personalidad.
Como comedia, es un desastre. No lo hace porqué no hay ingenio alguno en las lineas de Claire y Teddy, tan solo un montón de tópicos y clichés sobre el medio vomitados a gran velocidad que a estas alturas, ya se han retratado y mejor, en otros muchos títulos. Esto, teniendo en cuenta que la mayor parte del tiempo es lo que capitaliza la cuota de pantalla, es un problema colosal. Con el añadido que, el tono “cómico”, arranca de la ecuación cualquier atisbo de generar tensión o atmósfera algo que, a tenor de como se desarrolla el último tercio de la historia, donde la película parece, tarde pero ahora sí posicionarse claramente en el género de terror, resulta de lo más desconcertante.
“Gillam construye un personaje entrañable que acapara los escasos momentos con chispa del filme, consiguiendo robar las únicas risas viables de Superhost”
Pero en toda oscuridad existe un faro, una lejana luz a la que aferrarse a modo de guía para salir del abismo. Esta vez tiene nombre propio: Gracie Gillam. La televisiva actriz da vida a Rebecca, la villana de la función (algo que ya revela el póster promocional), uno de esos personajes que por sí solos, son capaces de de sacar a flote una propuesta, incluso una tan poco consistente como esta. Gillam construye un personaje entrañable que acapara los escasos momentos con chispa del filme, consiguiendo robar las únicas risas viables de “Superhost”. Porque que no os vendan la moto, lo de la Crampton es un cameo y poco más.
“Superhost” es por tanto una película tontorrona, con todo lo que ello conlleva. Ni graciosa, ni aterradora, no da para comedia, pero tampoco resulta creíble como acercamiento al terror, pese a que lo intente en su último tramo y nos regale alguna que otra pincelada de sangre. Sin duda, es un festival de cine como el de Sitges, el escenario ideal para intentar sacarle todo el partido posible, apostando buena parte de su suerte al calado que pueda tener entre el populacho, el trabajo de Gracie Gillam y a la ligereza de una historia que en su simpleza y previsibilidad, puede hallar otro caballo de batalla entre todo aquel que lejos de propuestas más ambiciosas, busque un entretenimiento softcore de usar y tirar. Ideal, por ejemplo (me ha venido a la cabeza este despreciable colectivo), para gilipollas y maleducados varios que le dan uso al puñetero teléfono móvil en la sala en medio de una proyección. Así os lo metáis por el culo y reventéis. Gracias.
Lo mejor: Gracie Gillam.
Lo peor: Completamente inofensiva en todo aquello que propone.
3 comentarios:
Hola a todos
Muy de acuerdo con todo lo que dices. Pero además yo añadiría otra variable negativa: la previsibilidad. Ni una sorpresa, ni un giro que no te esperes... Todo se ve venir a kilómetros de distancia.
Desde mi punto de vista una película muy floja.
Coincido con todo lo comentado, tanto por ti Rector, como por Moloko, pero aún con todo esta falta de sorpresa, guion flojo y desfile de clichés, la película no aburre. Se nota desde el principio que es una película pequeña, de muy bajo presupuesto y que no intenta inventar la rueda sino hacerla rodar para ver hasta dónde les puede llevar, pero cuentan con un salvavidas con nombre propio que hace que "Superhost" no naufrague. Gracie Gilliam tiene un magnetismo innato y es capaz de una proeza como hacer que algo como "Superhost" no sea un desastre total.
Lo de los móviles en el cine...mejor no me pronuncio porque lo único que me gustaría que ocurriera con ellos solo está en la mente de Cronenberg.
Un abrazo.
Mister Moloko, si es que la única posible sorpresa, te la chafan en el póster. Está claro que no había la menos intención de sorprender al espectador.
Missterror, sin duda, Gracie Gilliam es la Adèle Exarchopoulos de esta edición. Y al igual que pasó entonces, salva ella solita los muebles de una película que sin su concurso, se iría a Septiembre de cabeza.
Sobre la fauna de festival, habría que escribir un artículo completo. No solo de los imbéciles de los móviles... pero bueno, casi que prefiero no entrar, que luego se me llena la boca y la liamos, jeje.
Saludos.
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