But once you turn they hate us…
“no hay un solo plano, un solo fotograma, que no sea digno de, como mínimo, un fondo de pantalla. Toda la planificación está basada en un impacto visual que yo, al menos, no había visto jamás”
Es difícil de describir
una obra maestra, una tan revolucionaria y tan inesperada en su excelencia que su mera existencia es uno de esos milagros audiovisuales de los que debes un agradecimiento muy sincero a sus creadores.
Y es que
la línea de animación para adultos que está siguiendo Netflix, con algunos tropiezos en el camino, es un sinónimo de calidad como no se encuentra en ninguna otra productora, siendo para mi sus tres diamantes en la corona “Bojack Horseman”, “Castlevania” y, como joya principal, esta primera temporada de “Arcane” (2021-). Los motivos para tal coronación son sobrados, empezando por s
u personalísimo estilo de animación por un lado, su atención enfermiza por el detalle y, por encima de todo, su virtuosismo en la dirección.
Porque
no hay un solo plano, un solo fotograma, que no sea digno de, como mínimo, un fondo de pantalla. Toda la planificación está basada en un impacto visual que yo, al menos, no había visto jamás. Uno llega a sentir por momentos que te encuentras en un museo de arte moderno, donde allí donde fijes la mirada te vas a encontrar con imágenes impactantes que son deudoras de genios del octavo arte como
Moebius, Juan Gimenez, Azpiri o Hugo Pratt conjugadas con la imaginería de un estudio Ghibli y el más rabioso arte urbano.
La construcción visual de los personajes, inspirada en los diseños del videojuego en que se basa la serie, son igualmente maravillosas, y en cuanto al tema del sonido tenemos que hacer un punto y aparte.
Uno de los puntos argumentales centrales de la trama de “Arcane” es la rebeldía entendida desde un espectro amplío: rebelión contra el sistema establecido, contra las injusticias sociales, contra las generaciones que nos preceden, contra el mismo pasado e incluso contra lo que se considera “cuerdo”. Desde los cantautores al rock’n roll, ese lenguaje ha cambiado y ,ahora mismo, guste o no,
la voz de la rabia juvenil urbanita es el rap.
Oh, the misery
Everybody wants to be my enemy
Spare the sympathy
Everybody wants to be my enemy
(Look out for yourself)
My enemy (look, look, look, look)
(Look out for yourself)
But I'm ready
“uno de esos ejemplos en que música y imagen van de la mano, conjugando una banda sonora impecable y perfecta”
He de confesar que no es que sea especialmente seguidor de ese género, porque como todo en lo que hay mucha producción hay muchísima morralla, pero sí que te se reconocer querido lector unos versos de Tupac de 50cent. Y en el oscuro ambiente suburbano
fantasy de la Ciudad Baja de “Arcane” los autores utilizan este estilo como si fuera una navaja.
Esta serie es capaz de insertar un videoclip de
Imagine Dragons (con los intérpretes convenientemente vectorizados) en mitad del metraje y que quede perfectamente
integrada en la narrativa, o de poner el
opening de una serie que no existe siquiera sobre unos personajes secundarios y que sea narrativamente relevante. Todo el apartado sonoro es una auténtica delicia, con unas canciones que son la voz de unos personajes oprimidos por la vida que llevan hasta el quiebre emocional y, en un caso que produce un dolor inmenso por lo maravillosamente bien representado que está, mental.
Este es
uno de esos ejemplos en que música y imagen van de la mano, conjugando una banda sonora impecable y perfecta. En el resto de la sonoridad, tenemos unas voces originales en inglés que son un lujo, y unos efectos dignos de cualquier producción cinematográfica de alto presupuesto.
Pray it away, I swear
I'll never be a saint, no way
My enemy
Pray it away, I swear
I'll never be a saint
“¿Mi única queja? Que se acaba demasiado pronto, y en un final que, nunca mejor dicho, hace trizas al espectador”
Pero nada de esto se sostendría si no estuviera amparado por un guion. Un
gran guion que coge los personajes del videojuego de
League of Legends y les da trasfondo, personalidad y motivos para hacer lo que hacen, incluido los llamados villanos de la función. Tenemos una galería de personajes imperfectos en los que
resulta imposible separar buenos y malos, cada uno con una maleta a sus espaldas que van llenando de pesadas piedras que, capítulo a capítulo, van desgastando a los personajes hasta un rush final que te deja con lágrimas en los ojos y el corazón en un puño. Esto, querido lector, es Alta Fantasía si eres de los que gustan de etiquetas.
Fantasía steampunk de la buena, en la que se vislumbran otros mundos y líneas de desarrollo que tienen muy, muy buena pinta si siguen en esta línea de excelencia.
El cóctel de acción, drama, espectacularidad, desarrollo de personajes, y tremebundos (pero muy bien desarrollados) giros de guion conforman una mezcla a la que, al menos yo, me es imposible resistirme.
Puedo decir sin tapujos que he llorado viendo “Arcane”. Trabajando en el ámbito de la salud mental no puedo abstraerme de la dolorosa representación que se hace del personaje de Jinkx/Powder: Siempre desde el respeto pero con
una imaginería visual portentosa, pocas veces he visto una representación en pantalla de la angustia de un brote psicótico esquizoide. En ese sentido recomiendo encarecidamente ver el videoclip “Enemy” de
Imagine Dragons y que recomiendo visualizar una vez vista la serie: es un complemento que engrandece aún más la serie.
¿Mi única queja? Que se acaba demasiado pronto, y en un final que, nunca mejor dicho, hace trizas al espectador. Yo, por mi parte, voy a seguir esperando la inevitable segunda temporada de “Arcane” con una impaciencia tremenda y con un hype exacerbado. Solo espero que eso no juegue en mi contra, ¡Pero el futuro dirá!
Look out for yourself!!!
Lo mejor: El global del conjunto. El desarrollo de personajes, uno por uno. El vasto universo que se vislumbra y las posibilidades de guion. La mejor adaptación de un videojuego hecha jamás. El mejor producto de entretenimiento para mi del pasado año.
Lo peor: Que lo radical de la propuesta musical te eche para atrás. Que a estas alturas haya gente que discuta una serie solamente porque hay un romance LGTB perfectamente integrado en la trama. Las expectativas pueden lastrar la, espero inevitable, segunda temporada.
4 comentarios:
Oh, y basada en LOL, eh.
Sí claro, ya lo pone en el título. Uno recuerda el largo legajo de adaptaciones de videojuego a la gran pantalla y se le pone la cara de el Grito. Hay que decir qu Netflix con esta y Castlevania ha dado en la díana a lo grande.
Personalmente me ha parecido una maravilla. Creo que muchos imaginabamos que visualmente iba a ser brutal, pero al menos yo, me sorprendí con la calidad de la historia (no he jugado a LOL)
Azero: Yo tampoco había jugado nunca, aunque sí conocía el diseño de personajes cuando me topé con un videoclip del grupo pop virtual surgido de la serie (KDA). Comparto tu opinión: visualmente demoledora. La sorpresa ha sido el tremendo guion, una tragedia griega en toda su terrorífica gloria.
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