Después del inesperado y arrasador éxito de “Halloween” (1978) en taquilla y la posterior gira promocional, el equipo integrado por John Carpenter y Debra Hill decidieron darse un merecido descanso por Inglaterra a principios de 1979, primero para disfrutar unos días fuera de la ajetreada oficina en Los Ángeles, y segundo para decidir cuál sería el siguiente paso.
“Carpenter no cayó en el error de exigir un gran presupuesto, sino que mantuvo la esencia de producción independiente y se ajustó a un presupuesto reducido”
Carpenter ya no era un novato, luego de “Asalto al Presidio 13” (1976), “Alguien me Mira” (1978) y la estimable biografía libérrima de “Elvis” (1979), estas dos últimas películas para la televisión, y una buena cantidad de guiones filmados, obligaba a esta joven promesa del suspenso y el terror a buscar una idea nueva y original que consolidara su carrera y alejara la creencia malintencionada de que “Halloween” había sido un solitario tiro en la diana, pero de momento no le llegaba nada… hasta que visitó Stonehenge.
Carpenter y Hill iban como parte de una visita guiada para conocer el monumento neolítico, pero mientras los demás turistas estaban absortos en las ruinas, el director no podía dejar de ver la inmensa neblina que cubría todo y que avanzaba hacia ellos, lo que le provocó un extraño e inesperado ataque de pánico que lo obligó a salir de ahí. Ya en su hotel y más tranquilo, Carpenter trató de entender lo que había pasado, pero en lugar de una respuesta, lo que le llegó fue una idea sencillamente genial. ¿Qué pasaría si una inesperada niebla se abatía sobre un tranquilo pueblo costero? ¿Qué pasaría si dentro de esa niebla venían unos fantasmas marinos para cobrar una deuda del pasado y saciar su sed de venganza? ¿Cómo podrían los indefensos pueblerinos hacerle frente a semejante amenaza imparable? Había nacido la idea primigenia de una de las mejores películas de terror de todos los tiempos: “La Niebla” (1980).
Tan sencilla como poderosa
Con un guion escrito a cuatro manos entre Carpenter y Hill y con ella a mano de la producción, solo necesitaron el respaldo de ACVO Embassy Pictures para arrancar la rápida preproducción. Algo muy remarcable en esta película es que Carpenter no cayó en el error de exigir un gran presupuesto, sino que mantuvo la esencia de producción independiente y se ajustó a un presupuesto reducido (claro que “reducido” es un decir porque triplicó el presupuesto original de “Halloween” de 300 mil dólares). Lo segundo es que se rodeó de colaboradores habituales y de antiguas estrellas que no cometieron el mismo error de Christopher Lee al rechazar el papel del Doctor Loomis y que deseaban trabajar con el joven director. Ya con todo listo y con un calendario de filmación de apenas un mes, se inició la producción en abril de 1979 en California.
“es más que obvio que para Carpenter lo importante siempre ha sido la historia que cuenta y no quienes la cuentan”
Carpenter, que es todo un maestro de la narración y que no suele edulcorar en demasía sus primeros actos, va directo al grano presentando una poderosa introducción en forma de cuento de marineros, a cargo de un espléndido John Houseman en uno de sus últimos papeles en el cine, para luego sumergirnos (nunca mejor dicho) en la extraña locura sobrenatural que se apodera sobre Antonio Bay y que anuncia la llegada de un terror, tan implacable como inexplicable. Se trata de 80 minutos que pasan sencillamente volando gracias a una acertada edición a cuatro manos entre Charles Bornstein y Tommy Lee Wallace que explotan la puesta en escena y le imprimen un tempo cinematográfico acertado y preciso.
El maestro, el gran artífice de la función
De más está decir que el maestro es el gran artífice de la función al presentarnos una serie de personajes totalmente inconexos entre sí, y los suelta como ratas de laboratorio en medio de un laberinto cuyo objetivo es unirlos al final en busca de la ansiada salvación: Adrienne Barbeau como la nueva dueña de una estación de radio local ubicada en el faro del pueblo y quien fungirá como la vigilante que alerta del peligro. Tom Atkins y Jamie Lee Curtis como una pareja itinerante, ambos espíritus libres y sin, aparentemente, mayores pretensiones, quienes comenzarán a desenrollar el hilo del misterio. Una espléndida Janet Leigh en compañía de una cínica pero empática Nancy Kyes, quienes están muy atareadas preparando la fiesta para celebrar el centenario del pueblo, y finalmente, un sensacional Hal Holbrook en una sencilla pero poderosa interpretación como el alcoholizado cura de la, también centenaria, iglesia del pueblo, que descubre el horrible secreto que oculta la fundación de Antonio Bay y que desatará una implacable venganza del más allá.
“luego de más de 40 años “La Niebla” está considerada un auténtico clásico del género de terror fantástico (una de tantas del maestro)”
Todo esto sazonado bajo una eficiente dirección fotográfica de Dean Cundey, el diseño de producción de un siempre eficiente y versátil Tommy Lee Wallace, que le sacó todo el jugo posible a unos efectos especiales muy sencillos y rudimentarios pero muy bien filmados, y la perturbadora y desequilibrante banda sonora compuesta por el mismo Carpenter.
Algo muy usual en el cine del maestro es que mantiene el nivel interpretativo de su coral de víctimas siempre estable, como si se tratara de instrumentos dentro de una orquesta, es más que obvio que para Carpenter lo importante siempre ha sido la historia que cuenta y no quienes la cuentan. Quizás por este exceso de sobriedad es que Carpenter siempre ha sido injustamente ignorado por sus pares y jamás recibió el justo reconocimiento que se merece en vida por parte de la Academia. Pero eso no importa, porque luego de más de 40 años “La Niebla” está considerada un auténtico clásico del género de terror fantástico (una de tantas del maestro) y en su momento ayudó a catapultar la reputación de Carpenter como un importante cineasta a ser tomado en cuenta dentro del género.
3 comentarios:
Amo a Carpenter por encima de todas las cosas desde que con catorce o quince años me aterrorizó en un cine con su maravillosa “HALLOWEEN”, aquel día me enamoré del cine de terror para siempre. “THE FOG” es otra de sus joyas más resplandecientes y probablemente, junto con “THE THING”, la trilogía perfecta. Gracias por recordarme esta pequeña obra maestra que de vez en cuando necesito volver a visionar. Grande, muy grande el MAESTRO.
Coincido con usted amigo Jason, Carpenter es un auténtico maestro y The Fog es una de las joyas de su corona. Siempre a la orden!
Pero que pedazo de pelicula. Un clasico de uno de los grandes maestros del genero (inclusive hace sus propias bandas sonoras). Lo que me gusta de este film es como la trama se va generando de a poco, una lenta niebla en el horizonte trae la venganza y la muerte a unos desprevenidos habitantes de un pueblo que desconoce los pecados de sus antepasados. Mi unica critica es que hubiera disfrutado más una carniceria en Antonio Bay a mano de esos espiritus vengativos, pero es obvio que eso hubiera necesitado de fondos que el director no tenía. Una gran selección. Saludos.
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