jueves, 18 de mayo de 2023

Crítica: Operazione Paura

NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE UNA DE LAS PELÍCULAS MÁS CELEBRADAS DE LA FILMOGRAFÍA DE UN CLÁSICO DEL TERROR ITALIANO COMO MARIO BAVA


La figura de Mario Bava, de importancia ineludible para el desarrollo del Eurohorror, mantiene una estrecha vinculación con el giallo: en su filmografía son a menudo destacadas películas como “La muchacha que sabía demasiado” (1963), “La máscara del demonio” (1963) o “Seis mujeres para el asesino” (1964), debido a la importancia que el subgénero tendría para el cine de terror posterior. Sin embargo, Bava fue también un prolífico director de terror sobrenatural, como demuestran películas como “El Cuerpo” y “El Látigo” (1963) o “La casa del exorcismo” (1975). Sin embargo, dentro de este subgénero destaca la película que nos concierne hoy, que además es fácilmente identificable como su película más brillante: “Operación Miedo” (1966). 


“reúne las cualidades que han hecho de Bava un director de culto: una cuidada y enormemente estilizada mise-en-scène en la que la iluminación y el encuadre están cuidados al detalle, y un gran erotismo” 


La película cuenta la historia del doctor Paul Eswai, quien a finales del siglo XIX es enviado a una localidad aislada para realizar una autopsia a Irena Hollander, una mujer que ha muerto en extrañas circunstancias. Durante el procedimiento, Eswai encontrará una moneda de plata incrustada en el corazón de Hollander, tras lo cual empezará a cruzarse con signos de superstición y ocultismo. La ayuda de Monica Schufftan, una estudiante de medicina que solía residir en la localidad, será clave para desentrañar el misterio de la muerte de Irena y el enigma que rodea a la población local. 

Llena de originales trucos de cámara, imaginario gótico y una narrativa que (a pesar de ser aparentemente básica) esconde varios apuntes interesantes sobre el subsconsciente y los deseos reprimidos, “Operación miedo” reúne las cualidades que han hecho de Bava un director de culto: una cuidada y enormemente estilizada mise-en-scène en la que la iluminación y el encuadre están cuidados al detalle, y un gran erotismo. A pesar de que la narratividad no haya estado nunca entre las principales preocupaciones de Bava, “Operación Miedo” ("Operazione Paura") destaca por sobreponerse a la simplicidad de la narrativa mediante la creación de la atmósfera. 


“ha cultivado un amplio rango de ideas visuales que han servido como punto de partida a otras películas” 


El trabajo de puesta en escena es tan deslumbrante que “Operación miedo” ha cultivado un amplio rango de ideas visuales que han servido como punto de partida a otras películas como “Don´t look now” (Nicolas Roeg, 1975), el segmento “Toby Dammit” de Fellini (1968), “La última tentación de Cristo” (Martin Scorsese, 1988) o “El resplandor” (Stanley Kubrick, 1980), especialmente en su tratamiento de lo sobrenatural, y concretamente en la aparición espectral de Melissa Graps (cuya actuación, inteligentemente encarnada por Valerio Valeri, constituye no solo una de las primeras apariciones de “niños fantasma” sino también una de las apariciones más inquietantes del cine de terror moderno) y su mirada ineludible que acompaña a la propia muerte. 


“los violentos zooms de cámara o los cambios de perspectiva resaltan ese carácter confuso y desconcertante que Bava imprime al relato” 


A pesar de que el conflicto entre medicina y superstición parezca ser el eje sobre el que bascula la propuesta (y esto tampoco es exactamente nuevo en el cine del director), lo cierto es que la película de Bava profundiza más en otra dicotomía: la racionalidad y el deseo. Desde esta perspectiva, se entiende mucha de la confusión que a menudo el espectador se encuentra en el tratamiento del espacio y el tiempo: escenas como la secuencia en la que Paul parece atrapado en la misma habitación, o la escena en la que Mónica baja esa enorme escalera de caracol que parece no acabarse nunca, remiten a la vinculación que lo gótico (con sus apariciones espectrales, su juego de espejos y su vinculación con lo oculto) y el subconsciente han cultivado a lo largo de los años. Del mismo modo, los violentos zooms de cámara o los cambios de perspectiva resaltan ese carácter confuso y desconcertante que Bava imprime al relato, aplicando la estructura de la sinrazón de los sueños para explicitar la naturaleza pulsional del relato. 

En definitiva, “Operación Miedo” se erige como una muestra del mejor Bava, una condición de la que dan cuenta tanto el sin fin de películas posteriores que se han visto influenciadas por ella, como el culto que la película ha cultivado a lo largo de los años, que la ha situado como una de las películas más aplaudidas del director.


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