martes, 19 de noviembre de 2024

"El Pingüino", sin Batman, pero a la altura de la joya de Matt Reeves

MISSTERROR NOS HABLA SOBRE EL MERECIDO SHOW EN SOLITARIO DEL PINGÜINO CON UN REDIMIDO PARA CON LA CAUSA Y EXCEPCIONAL, COLIN FARRELL


DC se ha mantenido al acecho hasta el último trimestre del año. Pacientes, han mantenido a Batman en un retiro de silencio mientras daban voz al Joker para canalizar su trauma a través de la música. Los bailes no salieron todo lo bien que se esperaba y DC dibujaba personajes para lanzar animaciones al viento y ver qué pasaba. En el cajón, tenían preparada la bomba. Una vez que se activara, Gotham se convertiría en el Infierno. 


“Estética y atmósfera noir para mostrar un análisis exhaustivo de la criminalidad y los bajos fondos” 


El estreno del “El Pingüino” (2024) llegó a Max el 19 de septiembre. No hizo falta mucha inversión en publicidad porque “The Batman” (Matt Reeves, 2022) ya había hecho todo el trabajo. Estética y atmósfera noir para mostrar un análisis exhaustivo de la criminalidad y los bajos fondos. 8 capítulos de unos 50 minutos aproximadamente para observar a Oz Cobb “El Pingüino” y entender que ha sido el villano mejor retratado de todo el universo DC. 

La trama comienza inmediatamente después de los hechos acontecidos en “The Batman”. Los barrios humildes de Gotham arrasados por el agua y las bandas criminales disputándose el trono tras la muerte de Carmine Falcone. Cobb, persevera buscando una oportunidad de medrar en medio del caos y los descabezados Falcone tienen que lidiar con los problemas que acucian a la familia tras la salida de Arkham de Sofía, la hija del capo. En medio de esta vorágine de decadencia, el espectador encuentra a Victor, un adolescente solo y perdido a quien Oz Cobb acoge bajo su tutela. 


“La mugre de los suburbios se mezcla con la tragedia en una dolorosa sensación de pérdida constante que construye un cosmos de una violencia psicológica insoportable” 


Una de las grandes fortalezas de “El Pingüino” radica en la generosidad de su guion. En esta serie, Sofía Falcone y Victor Aguilar son tan importantes como el propio Oz Cobb. Esto es muy relevante porque el conocimiento de cada personaje se hace a través de otros personajes. Vic muestra la realidad de Oz, de la misma manera que Oz lo hace con Sofía en un entramado de brutales manipulaciones. Todo bajo la atenta mirada de otra de las grandes protagonistas, la propia ciudad de Gotham. Una ciudad que acoge el crimen y el engaño con los brazos abiertos. 

La mugre de los suburbios se mezcla con la tragedia en una dolorosa sensación de pérdida constante que construye un cosmos de una violencia psicológica insoportable. Cada personaje arrastra un trauma tan salvaje que inevitablemente despierta la empatía del espectador. Esto hace que en muchos momentos olvidemos que “El Pingüino” es una serie de villanos y este es su gran acierto. He aquí la magia de su creadora Lauren Le Franc y el director Craig Zobel (director de la también maravillosa “Mare of Eastwood” o “The Hunt”).“El Pingüino” es una historia de historias. Trata de supervivencia, de falta de escrúpulos, de ambición, de clases sociales y de desesperación. El cocktail perfecto en Gotham para destruir cualquier tipo de esperanza. Se consigue en cada capítulo a base de golpear una y otra vez a los personajes para hacer que constantemente se caigan y se levanten, un poco más rotos cada vez, un poco más solos, un poco más feroces. 


“convierte su narrativa en un juego de mesa táctico donde el sueño americano es una tóxica y trágica experiencia. No hace falta ningún Batman para mostrarlo” 


El guion está plagado de diálogos punzantes, sazonados con brillantes toques de humor negro para que el drama no sea lacrimógeno. Esto no va de lágrimas, “El Pingüino” va de furia y resentimiento, algo que bordan Colin Farrel (Oz) y Cristin Milioti (Sofía). Ambos actores están totalmente entregados y se meten con maestría en la piel de personajes que están en un constante límite entre contención y exageración. Ambos intérpretes han manejado extremadamente bien cada plano. Su destreza junto con la impecable caracterización, el vestuario, el maquillaje, la fotografía y una vez más, la brutal banda sonora, consigue un equilibrio perfecto en la calidad de todos los episodios. 

Consciente de lo que ha supuesto el último episodio en nuestro imaginario y entendiendo que es de esos momentos televisivos que marcan, no quiero dejar de destacar también lo delicioso que ha sido cada uno de los tres episodios monográficos que cerraban el círculo de cada integrante de esta santa trinidad del crimen. “El Pingüino” convierte su narrativa en un juego de mesa táctico donde el sueño americano es una tóxica y trágica experiencia. No hace falta ningún Batman para mostrarlo. Con el fin de año al caer y un puñado de grandísimas series aún calentitas en nuestro recuerdo, encontrarme con “El Pingüino” ha sido una gran sorpresa. No me cabía duda de que había buenos mimbres, pero nunca imaginé que dos de sus personajes terminarían siendo mi fondo de escritorio para los próximos meses. No quiero olvidarme nunca jamás de quien es Oz Cobb, “El Pingüino”.


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