martes, 22 de noviembre de 2011

Crítica: Psicosis 2

En 1980 y tras la muerte del gran maestro Alfred Hitchcock, los rumores de una posible continuación de "Psycho", uno de sus clásicos más importantes, empezaron a circular por los despachos de Hollywood.

La industria no era ajena a la realización de secuelas de terror, es más, en aquella época, sagas como "La noche de Halloween" y "Viernes 13" inundaban los cines con sus inagotables e insulsas continuaciones. Pero realizar una secuela sobre el padre de todos los asesinos en serie del cine podía ser considerado como un sacrilegio.

Robert Bloch, escritor de la novela en la que se basó la primera parte, consciente de la oportunidad que supondría una continuación de la historia, no tardó en escribir una decepcionante segunda parte de su novela. Al ser leída por los responsables de Universal Pictures, pidieron al escritor que no la publicase. Pero Bloch ignorando su petición la publicó.

Servidor ha podido leer dicha novela y puedo asegurar que es un verdadero alivio que no la tuviesen en cuenta, ni la quisiesen adaptar a la gran pantalla, porque la historia es aburrida y falla completamente en su propósito de volver a ser tan tramposa como la primera. Su giro final es tan ridículo como vergonzoso.

Una vez decidido que no se adaptaría solo quedaba un enorme problema, escribir el guión para la secuela de una de las mejores películas de la historia. Película que tenía no solo uno de los mejores guiones de suspense jamás escritos, unas interpretaciones memorables o una dirección sublime, sino que contenía uno de los mejores puntos de giros finales jamás vistos, un enfermizo secreto oculto hasta el final del metraje. Una vez resuelto el misterio ¿Qué más se podía contar sobre Norman Bates sin resultar repetitivo, que pudiese interesar al espectador o sencillamente sorprenderlo tanto como en la original?

Otra de las incógnitas principales era ¿Quién podría siquiera atreverse a dirigir una secuela de "Psycho"?

Todo empezó cuando Hilton A. Green, ayudante de dirección de Hitchcock en "Psycho", se hizo cargo de la producción. ¿Quién mejor que la persona que había estado al lado del maestro para entender cómo debían hacerse las cosas?

Green eligió al australiano Richard Franklin, experto en películas de suspense y terror abiertamente inspiradas en el cine de Hitchcock, para ocupar la silla de director. Una decisión algo descabellada si tenemos en cuenta que Franklin no era un gran director, ni lo fue nunca. Pero que en este proyecto sabía perfectamente lo que quería y necesitaba.

El siguiente paso fue la contratación como guionista de Tom Holland, quien 3 años después, firmaría su primera película como director "Noche de miedo" , o escribiría el libreto de otro clásico del terror de los 80, "Muñeco diabólico".

Holland y Franklin colaboraron estrechamente para encontrar una historia que resultase interesante, atractiva y sorprendente para el espectador.

Una vez acabada la escritura del guión y llegados a este punto, solo había un problema que solucionar, conseguir que un Anthony Perkins harto de interpretar a psicópatas y cuya carrera estaba casi muerta, aceptase volver a interpretar a su personaje fetiche, Norman Bates. Conseguirlo no fue tarea fácil, sin siquiera leer el guión, Perkins declinó la oferta, no por querer conseguir más dinero, sino por falta de interés, al fin y al cabo ¿Qué podían contar sobre Norman Bates que le interesase?

Fue su agente, después de leer el guión y quedar asombrado por las posibilidades del mismo, quien convenció a Perkins para que lo leyese.

Gratamente sorprendido por el tratamiento de la nueva historia, Perkins, finalmente aceptó volver a enfundarse su jersey de cuello alto y volver a los brazos de su tiránica madre.

Secundado por una fantástica y morbosa, Meg Tilly y una rescatada para el cine Vera Miles, todo estaba listo para el regreso de aquel chico tímido y solitario que vivía con su madre en una vieja casa situada en lo alto de la colina…

Pero el cine de suspense y terror había cambiado mucho desde 1960. Ahora este género parecía estar dirigido solo a adolescentes calenturientos de mente. Ahora había unas pautas que toda película del género debía contener, sexo, drogas y Rock and Roll ¿Podrían formar parte del universo del motel Bates? Sí y no.

"Psycho II", película casi desconocida para la mayoría, es desde mi punto de vista, una de las mejores y más dignas secuelas de la historia del cine de terror, además de una excelente película de suspense más allá de su condición de secuela de "Psycho", que no de "Halloween" o "Viernes 13", sino de "Psycho".

"Psycho II", arranca 22 años después de la primera parte, tiempo durante el cual, Norman Bates ha permanecido encerrado en una institución psiquiátrica. Ahora y tras superar su tratamiento médico, es puesto en libertad a pesar de las quejas de Lyla Crane, Hermana de Marion, asesinada en la ducha en la primera parte.

Pero volver a casa no será tarea fácil para Norman, quien será vigilado de cerca por su difunta madre.

Los asesinatos se sucederán sin que el espectador, al igual que el personaje de Norman, realmente sepa, si es Bates quien los comete o realmente su madre ha vuelto para protegerle del mundo hostil que le rodea.

Durante su tortuoso camino conocerá a la enigmática Mary, con la que poco a poco irá creando una relación afectiva algo extraña y enfermiza, para finalmente, acabar nadando otra vez en la locura más absoluta, con una secuencia final tan sencillamente brillante como malsana.

Llegados a este punto, me gustaría primero hablar de las cosas que fallan en la película, algunas de forma no muy llamativa y otras de forma estrepitosa.

Dos cosas, entre muchas otras, hicieron inolvidable a la película original, su puesta en escena en los diferentes asesinatos y su banda sonora.

En esta primera secuela, la puesta en escena de los diferentes asesinatos es torpe, acelerada y responde más a una moda o estilo de la época que a un asesinato de "Psycho". Hay algunos momentos del metraje que producen más risa y vergüenza ajena que otra cosa, lo cual es un verdadero fallo al tratarse de una continuación de "Psycho".

La banda sonora es del artesano Jerry Goldsmith, ganador del Oscar por La profecía y de la fantástica banda sonora de "Gremlins".

Y es su trabajo el que peor aguanta el paso del tiempo, es donde más se notan las modas del momento en que la película fue realizada. Si en la original la banda sonora era interpretada por una orquesta donde los instrumentos de cuerda tenían mayor presencia que el resto, en esta, son los sintetizadores los que llevan todo el peso musical.

No molestaría en exceso si la partitura estuviese a la altura de la historia y de las imágenes que vemos en la pantalla, cosa que solo sucede en momentos tan breves como puntuales.

Otro momento, ridículo y obligado por las modas del género en los 80, es la molesta aparición de la tonta pareja con ganas de ser asesinada mientras practican sexo, completamente fuera de lugar y nuevamente rodada de forma torpe.

Pero "Psycho II", es mucho más que estos fallos, enormes o pequeños, según se mire.

Su calidad es tal, que consigue, aún a pesar de sus constantes fallos, dejarnos un buen sabor de boca gracias a sus virtudes, que no son pocas y las cuales paso ahora a desglosar.

Cuando vi "Hannibal", lo que más de decepcionó fue comprobar que Anthony Hopkins había olvidado completamente como interpretar al doctor Lecter, su interpretación era tosca y pobre en matices.

Todo lo contrarío a la recreación que hace Perkins en esta secuela.

Una de los mayores aciertos de esta película es algo que no ocurría en la original, centrar la trama en el personaje de Bates y darnos a conocer a la verdadera persona que existe tras el psicópata. Una persona buena, educada, responsable, generosa, consciente de su pasado y por ello atormentada e insegura, pero que aún así, intenta salir adelante como puede, intentando ayudar siempre a los demás.

Esta nueva dimensión del personaje, desconocida hasta el momento por el espectador, hace que simpaticemos con el personaje de Bates desde los diez primeros minutos, algo impensable tras conocer el desenlace de "Psycho".

Anthony Perkins está sencillamente perfecto, conoce a su personaje. Él lo creó y no ha olvidado cómo interpretarlo a pesar de los años que separan a ambas películas, 22 para ser exactos.

Este Norman Bates es más rico en matices que el original, pero no por ello mejor, ambos son distintos pero igual de buenos.

Es una auténtica rareza y proeza el hecho de que un actor no esté por debajo, sino a la misma altura, de su propia creación a pesar de tratarse de una secuela. Un logro cuyo máximo responsable es Anthony Perkins.

El resto del reparto está muy bien, pero destaca sobre todos ellos la preciosa Meg Tilly, quien da vida a Mary Samuels, nombre que ya deja entrever pistas del argumento y que supone un guiño a los fans de la original.

Mary es otra novedad respecto a la original, una mujer a priori, insegura y frágil, que después resulta ser algo muy distinto. Pero a pesar de todo ello, se mantiene al lado de Norman casi hasta el final.

El guión de Holland es un guión tramposo, lleno de guiños y trampas para el espectador. No está a la altura del original, pero continúa la historia de forma consecuente y la hace avanzar de manera natural. Posiblemente sea el mejor guión posible para una secuela de "Psycho".

Sus puntos de giro son demoledores, sus personajes creíbles y humanos, y su final tan fuerte como inesperado.

La dirección de Franklin, excepto en las ya mencionadas secuencias de asesinatos, está muy por encima de lo esperado. Sabe adaptar el lenguaje al estilo Hitchcock dando una sensación de homogeneidad entre ambas películas. Sin conseguir, claro está, la perfección del maestro del suspense. La película contiene movimientos de cámara y algunas ideas interesantes en lo que a puesta en escena se refiere.

Por último, destacar que la propia película, es consciente de su condición de secuela de un verdadero clásico y por ello está planteada, sin ningún tipo de tapujo ni complejo, como una película de suspense de serie B. Pero de suspense en toda regla, del bueno y que ya rara vez vemos en una pantalla de cine.

"Psycho II", es para quien esto escribe, un verdadero logro como película y para el género al que pertenece. Tuvo un considerable éxito de crítica y público, ambos sorprendidos por la seriedad y buen hacer con la que había sido llevada a cabo, al fin y al cabo ¿Quién podía esperar que una secuela de "Psycho" no fuese más de lo mismo pero mucho peor?

El motel Bates había sido reabierto y ante su éxito, la industria no podía dejar escapar la oportunidad de que se siguiesen escuchando gritos de terror en lo alto de aquella triste y solitaria colina…

2 comentarios:

Darkotica dijo...

La vi hace tantos años que apenas recuerdo nada de la trama, pero recuerdo que me gustó y ahora me han entrado unas ganas locas de volver a verla. Creo que Psicosis II ha sido maltratada por el simple hecho de ser una secuela de una película de Hitchcock, casi le podríamos llamar "Hitchcock el intocable", ya que cada vez que alguien se dispone a realizar una secuela o un remake de una de sus películas, parece que esté haciendo un pecado. Cuando hace unos años salió el rumor de que iban a hacer un remake de Los Pájaros la gente ya se echaba las manos a la cabeza y corría despavorida, si llegan a hacer la peli yo creo que al director responsable lo meten en la cárcel (como casi ocurrre con Gus Van Sant cuando se le ocurrió hacer Psycho). Es curioso pero creo que Hitchcock es el único director al que se le sigue respetando, a todos los demás ya los han violado deliberadamente y en múltiples ocasiones...

Shadow dijo...

Nunca he visto la original, pero si el remake, y no recuerdo gran cosa... De ésta coincido con la reseña en lo tramposo del guión en algunos momentos, pero me pareció entretenida y medianamente decente.

Saludos.

Publicar un comentario

¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.