Tuve que ser de las pocas personas a las que “Asmodexia” (2014) le pareció una película bastante interesante. Habida cuenta las críticas que leí en su momento y puntuaciones de referencia, lo normal hubiese sido sumarme a esa ola negativa que sacudió el estreno del director catalán Marc Carreté. Es cierto que la película poseía cierta tendencia muy acusada a la sobreactuación, huecos de guion insalvables y algún que otro momento hilarante en el mal sentido. Pero había cierto ejercicio de estilo que salvaba de la quema la producción.
“Toda la película es una aglomeración de clichés sin sentido. Su peor defecto es la ausencia de un hilo conductor claro”
Con esta como referencia, tenía muchas ganas de ver el nuevo largo del director, que también escribe y produce. Su paso por numerosos festivales suele ser buena señal, y en este caso abría una segunda jornada del Fantaterror Iberoamericano con sabor patrio una película sobre abducciones, temas de los que soy personalmente fan (sobre todo, cuando se tratan bien). Parece que, en esta ocasión, no iba a tener tanta suerte.
La película nos pone en la piel de una periodista que acude, tras ver un documental sobre ovnis, a una sierra boscosa en la que se situaba un antiguo cuartel militar. Allí se ve rápidamente asediada por una serie de misterios y fenómenos que harán que su vida peligre. Hasta aquí, todo parece normal. En cuanto vemos el primer plano y el regustillo hasta amateur que nos traslada, nos damos cuenta de que, o mejora mucho con el paso del metraje, o va directa al rincón de los suspensos.
“Quizás la película no consigue tomarse en serio a sí misma, y esa es la clave. Si fuese así, yo no lo he terminado de pillar”
Toda la película es una aglomeración de clichés sin sentido. Su peor defecto es la ausencia de un hilo conductor claro que nos va trasladando por diferentes situaciones poco coherentes, con fundidos en negro en medio de escenas de cierta tensión y aparición de otras que cortan todo el ritmo a golpe de música feliz. La sensación de frustración va en aumento conforme avanzan los dos primeros tercios hasta dar con la risa, y es que una cosa solo puede llevar a la otra cuando la sobreactuación, las iteraciones de planos y situaciones, así como el colapso rítmico conducen a pensar que estamos ante una película que mira más hacia el desastre que la salvación.
Hay que reconocerle cierto mérito en su momento final, cuando nos cuentan toda la historia y comprendemos exactamente qué está pasando y por qué han mezclado cuestiones que no tenían mucho que ver unas con otras. En ese momento, aunque el filme siga siendo bastante flojito, entiendes lo qué has estado viendo. Incluso se permite el lujo de ofrecerte ciertos giros de guion que, si bien al principio acoges con sorpresa positiva, llegada la reflexión ves que no son más que otra concatenación de clichés acumulados para ofrecer una producción deficiente.
“Hay que reconocerle cierto mérito en su momento final, cuando nos cuentan toda la historia y comprendemos exactamente qué está pasando”
Quizás la película no consigue tomarse en serio a sí misma, y esa es la clave. Si fuese así, yo no lo he terminado de pillar. Películas que se autoparodian hay muchas y buenas; esto no queda por ser mas que un pastizal vacío de un reparto cero carismático, una acumulación de situaciones sin sentido ahondadas por un montaje bastante penoso, una banda sonora inexistentes y un uso de efectos especiales que tienen alguna toma que da bastante vergüenza ajena. Recuerdo el momento perfectamente porque el espectador que estaba a mi lado se levantó y se fue. No era para menos.
Puede que tenga mitificada “Asmodexia” y tenga que volver a verla. Puede que de esa manera reitere mi gusto por esa película o vea una obra totalmente diferente, más en la línea de lo que tenía delante ayer. En cierta medida, da igual, porque tanto una cosa como la otra no quitan que esta película sobre extraterrestres, experimentos militares y familia de psicópatas no funciona. Un cóctel letal que despertó muchas risas sin ser una comedia de terror. O eso espero, porque si era lo que pretendía, entonces la estocada es doble.
1 comentarios:
No me gusta ser tan tajante pero Asmodexia es una de las peores cintas que he visto en mucho, mucho tiempo...tanto que ver que Carreté se ha vuelto a poner tras las cámaras para dirigir una nueva cinta no es algo que me sirva de reclamo para verla y mas tras leer tu crítica.. Puede que a Carreté le pase como a Kike Maillo que creo que es mejor director de cortos y videoclips que de largos..no sé...pero su carrera cinematografica no es precisamente estimulante...
Creo que si :-D eres una de las pocas personas que encontraron interesante la primera cinta de carreté
Un Saludo!
donnie
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