viernes, 3 de enero de 2020

Crítica: Luz

“Padre nuestro, ¿por qué eres tan embustero? Ves a una chica y revelas tu verdadero yo. Tu reino apesta. Hágase tu voluntad en la entrepierna de un abuelo. Vamos a cogernos hoy al hijo de María.”


“un loable ejercicio cinematográfico con mucho arte; un debut como director y guionista más que aceptable”


Hechizos, brujería y posesiones demoníacas. Sabemos en el medievo la locura y esquizofrenia se explicaban desde un ángulo mágico-religioso; un disturbio mental que era separado de la enfermedad, no sólo por el concepto somático de ésta, sino por la atribución de orígenes de otra índole, tales como, el de la posesión demoníaca. Hoy no sólo es una anécdota —la iglesia católica sigue practicando exorcismos—, sino, algo que para muchos es real y digno de temer y respetar (no es algo con lo que se juega): “no, no, yo sé qué es un esquizofrénico, y ése no lo es, ése está poseído”; y lo cierto es que el temor al diablo y a su séquito de demonios (por nombrarlo de alguna forma) es inherente al ser humano que cree en algo “más allá”, sea cual sea su creencia. El temor a verse gobernado por una entidad y forzado a cometer una retahíla de atrocidades, y más terrible aún, a perder su alma. Material en el que se ha inspirado la literatura y el cine un sin número de veces, desde “Häxan” (1922) de B. Christensen, hasta... “The Cleansing Hour” (2019) de LeVeck... Me gusta la dicotomía de este ejemplo. Muy diferentes entre si pero con la misma sustancia.

Hay títulos recordados por todos como “Rosemary's Baby” (1968), “The Exorcist” (1973), “The Evil Dead” (1981), más recientes como “Verónica” (2017), algunos... medianamente conocidos como la polaca “Madre Juana de los Ángeles” (1961) o más surrealistas como “Possession” (1981) de Zulawski. También están aquellos que pasan desapercibidos (al menos para la cinéfila común, yo muchas veces lo soy), y son una joya del cine experimental, independiente a lo complejo o simple que sea su argumento. Aquí menciono a la también alemana “Hagazussa” (2017), una fábula folclórica/pagana, de ritmo lento y no apto para cualquiera, pero con imágenes muy... interesantes. ¡Pues bien! Quiero sumar a este apartado a “Luz” del alemán Tilman Singer, en mi opinión, un loable ejercicio cinematográfico con mucho arte; un debut como director y guionista más que aceptable. “Luz” nace como un proyecto de tesis para la Academia de Arte en Colonia, Alemania. Una idea que en función al presupuesto (escaso) y el apoyo de su escuela que no es plenamente una escuela de cine, fue ganando minutos hasta ser la película que tenemos aquí. Experimental y formalista. Abstracta y minimalista.


“los escenarios se vuelven inquietantemente opresivos a razón de una paleta de colores fría y una atmósfera amenazante”


“Luz” da inicio con un disparo largo, un plano general en donde observamos a una chica que después se nos presentará como Luz, herida tras un accidente, aparentemente saltó de su taxi, entra a la estación de policía, toma una bebida de la máquina expendedora y confronta al recepcionista: “¿Así es como quieres vivir tu vida? ¿Es esto realmente lo que quieres?”. Una primera escena que expone la piedra angular de “Luz”: confusión y surrealismo. En otro lugar y tiempo dos extraños coinciden en un bar, Nora, quien le habla de su adolescencia en un internado católico al Dr. Rossini (psiquiatra a cargo de formular los interrogatorios de la policía). En la historia de Nora, Luz y el oscuro poder que reside en ella son los protagonistas. Del bar a la estación de policías. Los personajes confluirán en una sucesión de posesiones, cuando el testimonio bajo hipnosis de Luz revela su encuentro con Nora, desatando el infierno para nuestros personajes. Situaciones que obligan a la imaginación a ver lo que no yace, y superponer el pasado con el presente.

Un filme muy atractivo estéticamente, si nos metemos un poquito en teoría del arte hablaríamos de formalismo; ambientado en la década de los 70s-80s, bebe del genio de Argento, Fulci, Cronenberg y por supuesto, Zulawski, para construir el inicio (el fin de la película) de algo más aterrador que lo que está confinado dentro de sí misma. Filmada minuciosamente en 16mm y un filtro granuloso, los escenarios se vuelven inquietantemente opresivos a razón de una paleta de colores fría y una atmósfera amenazante. Resuelve bien su propuesta casi teatral. De hecho, este conjunto es lo que dota de dinamismo a los planos fijos que tanto abundan en el filme.


“Confusa, profana y desconcertante, invita al espectador a saborear la violencia y la blasfemia, una delicia climática”


Confusa, profana y desconcertante, invita al espectador a saborear la violencia y la blasfemia, una delicia climática. Sin embargo, el embalaje visual no lo es todo, el diseño de sonido y la música con base en sintetizadores retro se suman a su favor. Así mismo la actuación de Jan Bluthardt, un trabajo estupendo como poseído, autor de las escenas más fascinantes de “Luz”; sin olvidarnos de Luana Velis como la enigmática chilena Luz, y a Julia Riedler de aspecto seductor/ochentero como Nora; todos ellos actores y actrices sin una gran trayectoria, Otro aspecto importante a mencionar es la creatividad y el trabajo del equipo de efectos especiales, con un presupuesto bastante modesto, neblina, lentes de contacto y sangre falsa, hacen maravillas.

Ahora, no todo es bueno, la parquedad de su argumento deja cierta sensación de estar mirando un cortometraje extendido. No sé hasta que punto le juega en contra... pero por suerte sólo son 70 minutos de metraje, creo que valen la pena. Es una bonita experiencia cinematográfica que supera el pastiche de horror retro con su propia personalidad. Recomendable a cualquier amante del cine y del arte. No así —sin demeritar gustos— a quienes busquen algo más convencional (y coherente), creo que no disfrutarán mucho de su ambigüedad. Ojalá “Luz” no sea sólo un evento aislado en la vida de Singer, sino el punto de partida para una carrera de al menos dos largometrajes. Que buenas impresiones ya dejó tras su estreno en el 2018 en el Festival de Cine de Berlín y los premios que ha obtenido en varios festivales de cine como el Brooklyn Horror Film Festival y el Austin Fantastic Fest.


6 comentarios:

Art0rius dijo...

Me has vendido la moto, el coche, y la nevera. Felicidades por la critica! En cuanto la vea te cuentom

El Rector dijo...

Otro con los dientes MUY largos. Ya hace tiempo que le sigo la pista y tras leer este emocionante análisis, más ganas aun. A ver si hay suerte y se deja ver un día de estos.

Saludos.

Missterror dijo...

"Luz" estaba en mi radar desde que me quedé sin verla en el festival de Sitges de 2018, pero las leer tu maravillosa crítica, ha pasado en convertirse en obsesión. Necesito verla lo antes posible!! Sigue la búsqueda...Es leer "Possession" de Zulawski y ya se me alegra el día :)

andres pavone dijo...

Ante todo felicitaciones por el análisis. Yo la vi hace un tiempo, y desde la primer escena captó toda mi atención. Sin miedo a exagerar la considero una pieza teatral. Tiene una exquisita atmósfera y ambientacion 70/80 .Este tipo de films es absolutamente necesario en el genero se posesión. Un debut que derrocha talento por dónde se lo mire.

Andrea Catástrofe dijo...

"Una pieza teatral" me agrada la comparativa.

Espero que quienes por X o Y razón no la hayan podido ver no la dejen pasar. Estoy casi segura que la terminaran degustando como pocas películas, o como ninguna. Me parece pocas veces una puesta en escena tan etérea e hipnótica... evocando un cine donde la atmósfera y emoción eran el motor del horror.

Debo agradecerles, porque tal vez si no fuera por mi participación aquí, todavía no la habría visto. Es mi interés por ver "qué les platico" el que me hizo revisar entre mis pendientes, y es como me re-encontré con Luz.

El Rector dijo...

A nivel escénico me parece una pasada. Como comenta Andrés, como pieza teatral o performance, el resultado es espectacular. Muy buenas interpretaciones, interesante banda sonora y una historia que ofrece margen para la reflexión y el análisis, pero... en este caso, debo reconocer que su faceta experimental me ha superado y se me ha hecho larga y aburrida como un día sin pan. Me encantan este tipo de propuestas transgresoras que intentan salirse de lo habitual, pero no puedo olvidar nunca mi objetivo principal cuando me pongo a ver una película, que es pasar un buen rato y esta "Luz", no ha satisfecho esto ni de largo. Decepción mayúscula.

Saludos.

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