Aunque existe una tendencia generalizada a enmarcar la leyenda de "la llorona" dentro del acervo cultural mejicano, lo cierto es que en la mayoría de países latinoamericanos existe una versión del mito con sus particularidades y matices propios. No exageramos al afirmar que "la llorona" es uno de los mayores referentes del folclore latino, un icono popular que ha trascendido fronteras y que forma parte del ADN emocional de todo un continente.
La notoriedad del personaje se ha visto relejada en manifestaciones artísticas de toda índole entre las que el cine, como no podía ser de otra manera, ha sido una de las más presentes. Desgraciadamente la leyenda no ha tenido demasiada suerte en su traslación fílmica ya que con alguna honrosa excepción (la versión que en 1960 filmó René Cardona) las películas han navegado entre lo malo y lo peor; entre la serie B y la explotación más infame (a la pobre la llegaron a enfrentar en 1974 contra "Santo en enmascarado de plata" y un boxeador llamado "Mantequilla Nápoles" en una espantosa cinta titulada “La venganza de la llorona”). Incluso cuando en el año 2019 se nos anunció que "la llorona" iba a formar parte del Warrenverso, algunos tuvimos la esperanza de que el personaje, por fin, fuera tratado con una cierta dignidad. Pero desgraciadamente el film resultante devino un producto plano, tedioso, previsible y sin alma que, al menos para el que suscribe, acabó convirtiéndose por derecho propio en una de las mayores decepciones del año. En estas, cuando ya habíamos perdido toda tipo esperanza, llega un joven realizador guatemalteco llamado Jayro Bustamante y nos ofrece, con un presupuesto paupérrimo, no sólo la mejor recreación del personaje hasta la fecha sino también una película excepcional que difícilmente nos dejará indiferentes.
“el terror lo encontramos en el subtexto, en las motivaciones de los personajes, en los pequeños detalles, en las acciones cotidianas que nos demuestran que los protagonistas del film son unos monstruos”
Aviso para navegantes: aquellos que busquen en “La llorona” una cinta de terror al uso protagonizada por un fantasma vengativo y resentido deben saber que esta no es su apuesta. Aquí ni encontrarán apariciones espectrales, ni monstruos del más allá, ni grandes sustos, ni sangre, ni muertes espeluznantes; en “La llorona” el terror lo encontramos en el subtexto, en las motivaciones de los personajes, en los pequeños detalles, en las acciones cotidianas que nos demuestran que los protagonistas del film son unos monstruos cuyas acciones y omisiones, y ahí radica el verdadero trasfondo de la historia, han causado un daño inimaginable. Porque en nuestro mundo no existe Drácula, Frankenstein, Freddy Krueger o Pinhead: sólo existen personas que, como el General Enrique Monteverde, se han pasado la vida envueltos en un halo de aparente respetabilidad para dejarnos como único legado la muerte de miles de seres humanos anónimos a los que la historia ni debe ni puede olvidar. Aquí el elemento fantástico funciona como un catalizador, como el vehículo para que los espectadores conectemos con el verdadero elemento terrorífico de la película que, como podemos suponer, nada tiene que ver con espectros o leyendas populares para asustar a los niños. En “La llorona” los buenos son los fantasmas. Y utilizo el plural con toda la intención el mundo.
La película utiliza al General Enrique Monteverde como un trasunto del General Efraín Ríos Montt, máximo responsable del gobierno de Guatemala desde el año 1982 hasta mediados de 1983. Ríos Montt fue uno de tantos dictadores centroamericanos a los que durante los años ochenta la administración Reagan ponía y quitaba en función de sus intereses políticos y/o económicos. Durante su corto mandato este individuo fue el responsable de más de 10.000 muertes entre las que se incluían campesinos, opositores y, con especial ensañamiento, miembros de la etnia indígena Ixil. El General no fue juzgado por estos crímenes hasta treinta años después. La corte suprema le sentenció a 80 años de cárcel pero nunca llego a entrar en prisión ya que se anuló el juicio por defectos de forma. Es precisamente en este punto donde empieza la película.
“Bustamante nos ofrece un planteamiento sencillo que va desarrollando con una madurez y unos recursos fílmicos realmente notables. En una opción inteligente de guion”
El director juega con las cartas boca arriba y no deja ningún tipo de duda en el espectador. Desde el primer fotograma sabemos que el General es culpable y que nada ni nadie tiene la posibilidad de redimirlo. Durante los noventa minutos restantes vamos a asistir a la caída en los infiernos de ese anciano frágil que vive enclaustrado en una lujosa mansión rodeada de personas indignadas con la sentencia que claman justicia. Le abandonan sus criados, sus aliados y solo le queda su pequeña familia y una criada que aguanta, como más adelante descubriremos, únicamente porque tiene un vínculo personal con él. En este contexto aparecen los fantasmas, metafóricos y reales, que sólo buscan que esta familia sea consciente de todo el daño que ha provocado. Y lo hacen a través del arma más poderosa con la que cuenta el ser humano y de la que carece el antiguo dictador: la empatía.
Bustamante nos ofrece un planteamiento sencillo que va desarrollando con una madurez y unos recursos fílmicos realmente notables. En una opción inteligente de guion, el realizador no busca que nos sintamos identificados con los personajes (pues es imposible) sino que intenta que nos sumerjamos en la atmósfera opresiva en la que viven, logrando así que ese final tan catártico sea realmente efectivo. Para ello lleva a cabo un trabajo muy cuidado en la selección de los encuadres así como un tratamiento magistral del sonido en off (los gritos continuos que se escuchan desde la calle son un elemento más de la película) con la intención de generar un clima irrespirable. La sensación de irrealidad que envuelve al film esta ejecutada de forma sutil, sin ningún tipo de efectismo o truco cinematográfico y sustentado únicamente por elementos de la narrativa cinematográfica perfectamente integrados en la historia. Algo muy poco habitual hoy en día.
“la llorona no deja de ser un referente metafórico, una representación indisimulada del espíritu colectivo de tantas y tantas personas que perdieron la vida de forma injusta”
“La llorona” es un claro ejemplo de que en el cine no hace falta subrayar para que se entienda todo perfectamente. El realizador ni siquiera se molesta en ocultar quien es “la llorona” y cuáles pueden ser sus intenciones y motivaciones. Con cuatro pinceladas es capaz de dar profundidad a los personajes: las miradas y los gestos y los pequeños diálogos aparentemente intrascendentes son la base de una cinta en la que los personajes son retorcidamente complejos y, por ese mismo motivo, dan miedo. Esta es una película atmosféricamente inquietante gracias al impecable trabajo llevado a cabo con el guion y la puesta en escena.
No puedo más que quitarme el sombrero ante la inteligencia de como el realizador ha integrado el mito popular de “la llorona” dentro del contexto de la realidad social de Centroamérica. Porque esta no es la historia de un espectro que busca a través de la venganza que alguien sienta el peso de sus actos, que también; es la historia de miles de fantasmas anónimos que buscan recuperar su dignidad a pesar del dolor y sufrimiento padecidos. Esa imagen inicial con la mujer indígena cubierta con un velo explicando en una lengua precolombina las atrocidades a las que fue sometido su pueblo es más terrorífica, por lo insoportablemente real, que cualquier ser del más allá que podamos imaginar. En el fondo “la llorona” no deja de ser un referente metafórico, una representación indisimulada del espíritu colectivo de tantas y tantas personas que perdieron la vida de forma injusta. Esa es la verdadera esencia del mito (el dolor por la pérdida) y eso es, ni más ni menos, lo que Jayro Bustamante retrata en esta interesantísima película.
8 comentarios:
Grata noticia, saber de que al fin le hacen justicia a este relato.
Tu análisis está muy bien fundamentado. Veré la peli pronto.
Saludos desde San Juan, Argentina
HOla, buena pelicula, aunque su desarrollo lento hace un poco dificil la primera media hora, pero logra mantenerte interesado, y luego ya te quedas porque quieres ver como acaba, como dices no porque esté todo oculto y no sepas para donde va, sino como lo presentan.
Genial reseña, Mister Moloko. Yo pude verla hace unos meses en el cine y me generó similares impresiones. Tú las has puesto con palabras y la verdad es que suscribo prácticamente todo lo dicho. Como bien apuntas, el manejo del incesante ruido procedente del exterior está al servicio de generar esa percepción de que los crímenes del pasado te perseguirán siempre, por más que la justicia -la tuya, la que se escribe con minúscula- te absuelva. Y sí, acongoja el momento de la declaración de la mujer indígena, casi rozando lo documental. Tanto como perturba y desconcierta la secuencia con que abre la película. Un saludo.
Leo, espero puedas disfrutar pronto de esta película.
Espacio muerto, más que lenta diría que busca crear una determinada atmósfera y que para ello es necesario hacer una buena presentación de personajes.
Maik la verdad es que cuando el terror es capaz de utilizar ciertos elementos populares e integrarlos en los contextos en los que cobran pleno sentido, la historia gana mucho. En el fondo La Llorona, como leyenda, tiene el sustrato metafórico del dolor por la perdida a partir de un fantasma que nos recuerda que no debemos olvidar nunca. Y eso hace el director.
Respecto a la secuencia inicial me parece magistral. Como esa mujer narra los hechos, la dignidad. y como el general recibe la sentencia, la cobardía, son elementos que marcan el devenir de todo lo que sucede después.
me parece una pelicula muy bien desarrollada me gustaria saber donde la puedo ver o tambien si hay mas peliculas creadas por este director.
Anónimo esta es la tercera película del director. En España no se ha estrenado y no se puede ver por medios legales (en otros países no lo sé). Se puede comprar un pack de edición francesa a muy buen precio con esta película y con "Ixcanul", la segunda película del realizador (no es de terror pero merece la pena). Lleva bastantes extras.
Excelente película y reseña. Coincido con cada párrafo.....
Miguel, gracias por tu comentario. Nos alegra que hayas disfrutado con ambas :)
Saludos.
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