martes, 11 de mayo de 2021

Crítica: Pelican Blood

NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE KATRIN GEBBE, TIEMPO SUFICIENTE PARA EMPEZAR A LUCIR SELLO PROPIO


Póster de Pelican Blood de Katrin Gebbe
Existen pocos gestos que considero más generosos que el hecho de adoptar un niño. Si encima el crío hace tiempo que dejó de ser un bebé, me parece uno de los gestos más bonitos que un ser humano puede hacer por otro. Sin embargo, la tarea titánica que requiere educar puede llevar a muchos progenitores a perder la cabeza, con razón. Para las personas a las que la maternidad no nos resulta en absoluto deseable, la idea de lidiar con un niño difícil no solo nos resulta profundamente aterradora sino que puede sacar a la luz nuestros más profundos instintos. Empatizo, sin embargo, con la tendencia creciente a reclamar esas maternidades que se alejan de lo perfecto, de la abnegación absoluta, para mostrarnos los sinsabores de la crianza, como “Tenemos que hablar de Kevin” (Lynne Ramsay, 2011) o “The Babadook” (Jennifer Kent, 2014). Quizá sea por eso por lo que no he acabado de conectar con la película que nos atañe. 


“Gebbe parece gustar de historias dramáticas con un punto escabroso, como ya se pudo ver en Tore Tanzt, donde el espectador se pregunta hasta dónde va a llegar Gebbe en el sometimiento de violencia y tensión hacia sus personajes” 


Nina Hoss con su hija adoptiva
“Pelican Blood” (2019) nos presenta la historia de Wiebke (Nina Hoss), una mujer soltera que vive en una villa rural y que es propietaria de un establo donde se dedica a entrenar a caballos que forman parte de la guardia montada. Wiebke vive con su hija adoptiva Nicolina (Adelia-Constance Ocleppo) y planea adoptar otra hija, una niña de cinco años llamada Raya (Katerina Lipovska). La llegada de Raya se produce con normalidad y alegría, pero no tardará en desvelar comportamientos peligrosos para ella y los que le rodean

El segundo largometraje de Katrin Gebbe establece lo que parece ser el sello de la directora. Por un lado, Gebbe parece gustar de historias dramáticas con un punto escabroso, como ya se pudo ver en “Tore Tanzt” (2013), donde el espectador se pregunta hasta dónde va a llegar Gebbe en el sometimiento de violencia y tensión hacia sus personajes. Por ello dedica gran parte del metraje a construir una fuerte empatía y a introducirnos en la agradable dinámica familiar, presentándonos a Wiebke como una mujer abnegada hacia los cuidados, que se entrega de forma absoluta a los animales del establo como se entrega a sus hijas, dejando sus deseos y necesidades en un segundo plano. 


“sí conviene poner de relevancia el personaje de Raya, interpretado por Katerina Lipovska, que pese a lo que considero algún exceso de guion, puede llegar a poner los pelos de punta” 


Niña malvada de Pelican blood
Esta tendencia a construir estos personajes tan entregados a los demás a los que se les somete a una crueldad y tensión extremas es lo que me hace a menudo desconectar de ambas películas, y es precisamente lo que me alejó en ocasiones del personaje de Tore, como lo hace de Wiebke. Para mí, la potencia de unos personajes reside en su complejidad, especialmente cuando hablamos de cine de género, ya que considero que la ambigüedad y la imprecisión en términos morales es lo que puede llegar a construir dinámicas interesantes así como una mayor implicación en el espectador hacia los personajes. 

Véase un buenísimo ejemplo en la reciente “Mi corazón no late si no se lo dices” (Jonathan Cuartas, 2020). En contraposición, la planicie, los personajes con objetivos perfectamente delineados y las ausencia de contradicciones morales me distancia enormemente de cualquier película y pertenecen a un tipo de narrativa, la más clásica, que considero bastante aburrida. No obstante y dejando de lado el papel protagonista, sí conviene poner de relevancia el personaje de Raya, interpretado por Katerina Lipovska, que pese a lo que considero algún exceso de guion, puede llegar a poner los pelos de punta y los nervios a flor de piel. 


“Está preciosamente filmada y eso hace que algunos de los aspectos negativos puedan llegar a quedar en segundo plano. También son sobresalientes las actuaciones” 


Horrores familiares en Pelican Blood
El segundo sello reconocible de Gebbe es su trabajo de cámara y su gusto por los paisajes, ya sean urbanos o rurales. Gebbe tiene la capacidad de elegir una paleta de colores que concuerda a la perfección con el relato, y “Pelican Blood” cuenta con todas las virtudes estéticas que ya tenía “Tore Tanzt” engrandecidas por una más que notable mejora en el presupuesto. La fotografía es, de hecho, uno de los valores fuertes de “Pelican Blood”. Está preciosamente filmada y eso hace que algunos de los aspectos negativos puedan llegar a quedar en segundo plano. También son sobresalientes las actuaciones, destacando a Nina Hoss en el papel protagonista, que sostiene toda la película incluso cuando el guion deja algo que desear. 

Nina Hoss con su familia
Y ese es precisamente uno de los puntos en contra de “Pelican Blood”, y es que en la hibridación de géneros a los que nos tiene acostumbrada la autora, el terror parece no encontrar su lugar, quedándose en algún que otro retazo de referencias paranormales, donde podría haberse optado por un balance más equilibrado entre el drama y el horror. De la misma forma, el metraje resulta un poco excesivo, quizá precisamente por esa falta de equilibrio entre el componente dramático y el terrorífico, y los simbolismos y analogías en los que se apoya la película resultan un poco maniqueos. En definitiva, a pesar de resultar un visionado interesante y mantener la tensión en algunas escenas, “Pelican Blood” no parece alcanzar todo su potencial.


3 comentarios:

Astinus dijo...

Con este análisis me entran más ganas de disfrutarla. La subo en mi lista de prioridades porque está claro que promete. Más allá de su excesivo metraje y las cosillas que apuntas que puedan ir en contra, lo cierto es que sigo reivindicando filmes que trabajen la maternidad desde el terror. Nada más revolucionario y empoderador.

L'intruso dijo...

Ya que me encantó Tore Tanzt, me encantaría ver esta peli también... ¿una ayudita, Nellie?

Nellie Vance dijo...

Hola Astinus :) ya me dirás qué te parece. En mi opinión hay películas que tratan temas parecidos de manera más atractiva, pero no deja de ser una propuesta interesante. Espero que te guste.




Hola L'intruso, qué bien volver a verte por aquí! Pelican Blood está en esa maravilla patria conocida como Filmin. Si te animas a verla, espero que la disfrutes :)

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