NELLIE VANCE NOS HABLA SOBRE EL SEGUNDO TRABAJO DE MATTIE DO, PRIMERA PELÍCULA DIRIGIDA POR UNA MUJER EN LAOS
“Dearest Sister” (2016) es la segunda película de Mattie Do, quien con su estreno se convirtió en la primera mujer en dirigir un largometraje en Laos. La película se nutre de una mezcla de géneros y una estética entre el melodrama sobrenatural y el art film para contarnos la historia de Nok (Amphaiphun Phommapunya) una joven de la zona rural de Laos que se muda a la gran ciudad para cuidar de una de sus primas, Ana (Vilouna Phetmany) que está perdiendo la vista. Nok pronto va descubriendo que los ataques de ceguera de Ana tienen alguna conexión con lo sobrenatural.
“la mezcla de géneros no me ha convencido demasiado. Desde mi perspectiva, el aspecto dramático tiene un peso mucho mayor que el horror”
Do construye una película muy afincada en su especificidad cultural, pese a que muchos de los ejes temáticos son cuestiones universales. Por un lado, la diferencia de clases sociales, la pobreza, la superstición y la conexión con lo sobrenatural parecen mostrarse desde una fuerte perspectiva de identidad nacional. Por otro lado, los sentimientos de rechazo, falta de pertenencia y la ambigüedad de los personajes son preocupaciones humanas que permiten empatizar con la parte dramática de la cinta.
“el trabajo de cámara, el uso de la luz y el ritmo (conscientemente pausado) son sólidos y trabajados, convirtiendo la estética sucia y oscura en una de las mejores cosas de la cinta”
Reconozco que la mezcla de géneros no me ha convencido demasiado. Desde mi perspectiva, el aspecto dramático tiene un peso mucho mayor que el horror, que si bien no se limita a las apariciones sobrenaturales, si que se construye en gran parte desde la esfera social de la cinta. El verdadero horror viene dado por la desigualdad social y las consecuencias en las relaciones humanas, especialmente en la ambigüedad moral de la protagonista. Do consigue que conectemos y empaticemos con las acciones de todos los personajes, sin duda uno de los puntos fuertes de la película. Sin embargo, la sensación última es que el terror no termina de emerger, y el clímax de la película resulta un tanto decepcionante para los que esperábamos algo un poco más desquiciado.
“merece la pena darle una oportunidad por su carácter singular, especialmente si estáis interesados en el cine oriental y sus particularidades culturales”
Técnicamente sorprende que se trate del segundo largometraje de la directora, pues el trabajo de cámara, el uso de la luz y el ritmo (conscientemente pausado) son sólidos y trabajados, convirtiendo la estética sucia y oscura en una de las mejores cosas de la cinta. Estos elementos generan una atmósfera incómoda que busca conectar con la perspectiva de Nok y con su sensación de desubicación: esa sensación de no terminar de entender qué se espera de ti, cómo deberías comportarte, qué papel debes cumplir, el sentimiento de moverte en un espacio en el que no tienes una función clara.
Este énfasis en el aspecto social y sus implicaciones humanas, tan propio del cine oriental de los últimos años, puede resultar decepcionante si buscamos una película más tradicional, pues como ya digo el trasfondo social-dramático domina la cinta en gran medida (al margen del cine oriental, recuerda en muchos aspectos a “Hard Labor” (2011), de Marco Dutra y Juliana Rojas, aunque ésta última tenía una estética más costumbrista que melodramática).
En resumen, merece la pena darle una oportunidad por su carácter singular, especialmente si estáis interesados en el cine oriental y sus particularidades culturales.
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