Crítica: Ten Minutes to Midnight

ANDREA CATÁSTROFE NOS HABLA SOBRE ESTE TERROR DE CORTE OCHENTERO PROTAGONIZADO POR CAROLINE WILLIAMS

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Como alguna vez dijo con ironía Oscar Wilde “la tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que uno es joven”; y es que es dolorosamente inevitable, y un hecho para el cual muchos no están preparados. El tiempo transcurre indolente y un día descubriremos que no somos orgánicamente el mismo individuo que éramos décadas atrás. La capacidad intelectual y la experiencia aumentan, meros premios de consolación (para algunos), cuando en esta sociedad, hoy por hoy, ser viejo no es tan valorado. La sociedad, tan ingenua como cruel. ¿Por qué no fantasear con cuerpos eternamente jóvenes? El mito del vampiro endulzando las mentes humanas, desde la Ilustración en el S. XVIII y mucho antes, a nuestra época. 

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“Terror Serie B empapada de sangre y denuncia contra el sexismo, acoso sexual en el trabajo, roles de género y discriminación por edad. Por desgracia ofrece menos de lo que promete” 

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“Ten Minutes to Midnight” es una película norteamericana de Terror/Comedia Serie B, dirigida y coescrita por Erik Bloomquist en el 2020, año en el que ganó algunos premios en festivales como el Halloween International Film Festival y el Vancouver Horror Show. Un filme mucho más surrealista de lo que tal vez estés dispuesto a tolerar. Sin embargo, cuenta con dos aspectos, que si te agrada este tipo de cine, sin duda serán el móvil suficiente para su visionado. Número uno: en su médula, corazón y sangre, una atmósfera retro muy específica. Número dos: Caroline Williams, icono del cine de terror de los 80s, cómo olvidar su papel en “The Texas Chainsaw Massacre 2” (1986) de Tobe Hooper, con Leatherface balanceando la motosierra entre sus piernas y esos gritos..., y no es que no la hayamos visto en los últimos años (algunos papeles secundarios en “Hatchet III”, “Halloween II (H2)”, “Contracted”...), pero en esta ocasión, con 63 años de edad, claramente evoca a la final girl /screem queen de su juventud. 

Amy Marlowe es una locutora de radio que ha pasado a la historia (literalmente) con su programa “10 Minutos Para la Media Noche”. Son treinta años en los que, con su incomparable talento radiofónico ha acompañado las noches de cada noctambulo de la ciudad, deseoso de escuchar algo rock clásico y sus sabios consejos. Sin embargo, las generaciones cambian, y el dueño de la estación ha tomado la decisión de retirar a Amy y renovar el programa, obviamente sin previo aviso y pese a sus años de lealtad e incluso una breve historia muy personal entre los dos. Su última transmisión ha llegado, su remplazo está lista y no hay vuelta atrás. Por si fuera poco, de camino al programa una especie de murciélago le ha mordido el cuello, y una tormenta costera hace imposible que cualquier abandone la estación de radio. 

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“no es que me moleste que una película de vampiros pretenda algo más, pero, al menos para mí, el guion no posee la sinceridad, energía y claridad que esperaba” 

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Una noche... lisérgica y sangrienta que rinde homenaje a las películas y los medios de comunicación de los 80s. Se agradece el diseño de producción, su imagen lúgubre encapsulada por las luces de neón de un pequeño inmueble carente de ventanas, con un poco de claustrofobia nos recuerda a una era que se desvanece rápidamente, ajustándose a la perfección con el estado mental de nuestra locutora. Cercana a la comedia, la película da inicio con Amy descubriendo una herida en su cuello, y la sugerencia de que podría ser rabia. Pronto la trama profundizará en una reflexión acerca del futuro, vaya, todos tenemos un futuro y a veces confiamos demasiado en nuestra supuesta estabilidad laboral. Bloomquist agudiza la tensión en este punto, enfrentando a Amy con la verdad, al punto del colapso, la ira, inseguridades, temores, y delirios a flor de piel (la mordida está haciendo efecto), dando paso a extrañas imágenes cada cual más alucinante, antesala de su anunciada transformación en vampiro y su irrefrenable sed de sangre, y por supuesto de venganza, adiós a esos falsos amigos y jóvenes codiciosos... un conjunto de escenas en busca de algo más intrínseco, que la metamorfosis de una vampiresa. 

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“no deja de ser divertida hasta cierto punto y su metraje no llega a la hora y media. Una opción para quienes quieran ver a Caroline Williams” 

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Una película de Terror Serie B empapada de sangre y denuncia contra el sexismo, acoso sexual en el trabajo, roles de género y discriminación por edad. Por desgracia ofrece menos de lo que promete y seguramente sin la actuación de Caroline Williams mi nota sería menor. ¿Por qué? El mensaje de Erik y Carson Bloomquist luce bastante oportunista, sí, hay una denuncia de reprobables situaciones laborales pero, cae en un par de clichés que echaran a tierra su propuesta, por ejemplo, no sabemos si Amy está más preocupada por el fin de su carrera o porque ya no es atractiva a la vista de los hombres (¡cómo si eso fuera la mayor desgracia para una mujer!). En cuanto al ritmo y el género del terror, nos ofrece algunos momentos fantásticos (la escena sobre la plancha de cocina me encantó), en donde se pone de manifiesto un modesto pero aceptable trabajo de efectos especiales a cargo de Pawel Galazka y Amanda Pepin, en busca del mejor Serie B. Nos da sangre y locura y es cuando entra el otro pero, los flashback se apoderan de la realidad y todo se transforma en fantasía, un tono mucho más inocente, encaminado a un final bastante aburrido. 

Y no es que me moleste que una película de vampiros pretenda algo más, pero, al menos para mí, el guion no posee la sinceridad, energía y claridad que esperaba. ¡Ah! Por cierto, es una lástima que no tuviese una banda sonora más sugerente, se prestaba para mucho, algo de rock o mínimo un poco de sintetizadores analógicos, pero no, muy poco hay de eso. En cuanto al resto del reparto, no hay mucho que decir, si bien la película muestra la relación de Amy con todos los personajes secundarios, ninguno sobresale realmente, sólo queda mencionar como mera anécdota la fugaz participación de Nicholas Tucci, a quien recordarás en el slasher “You're Next” (2011) de A. Wingard. Puntos buenos y malos, no deja de ser divertida hasta cierto punto y su metraje no llega a la hora y media. Una opción para quienes quieran ver a Caroline Williams alucinando.