lunes, 14 de febrero de 2022

Crítica: The Ledge

MISSTERROR NOS HABLA SOBRE EL VERTIGINOSO (O NO TANTO) SURVIVAL DE ALTURAS DE HOWARD J. FORD


El abc del contador de historias enseña que cuando un director quiere contar historias de superación, primero debe crear el trauma. Esto se puede hacer de forma cronológica, mostrando el trauma, recreándose en él y luego deleitándose con la superación o a la inversa, detallando los pasos de la superación para explicar el trauma, normalmente mediante flashbacks. En las películas en las que se opta por meter la artillería en la superación, suele ocurrir que al o los protagonistas, la superación les va a costar doble trauma. Según esta táctica, dolor pasado y dolor presente deben unirse en un megadolor que impepinablemente debería traspasar la pantalla. Películas de este tipo deberían mostrar el kaiju del dolor para aguantar bien el tipo. 


“los exteriores se sienten de cartón piedra y las escenas de la protagonista se limitan a planos cortos que limitan la profundidad y no reflejan, ni el peligro ni la angustia de cada situación” 


Para superar la pérdida brusca de un ser querido, el cine nos ha enseñado que, por encima de terapias y acompañamiento de seres queridos, nada como el peligro para empujarte a querer seguir viviendo. En esto, el cine de terror saca matrícula de honor. Muere alguien a quien se ama por encima de todas las cosas y aunque lo normal es ni siquiera tener fuerzas para seguir respirando, si el peligro acecha, todos y cada uno de los personajes que aparecen en pantalla son capaces de lo más increíble. 

Recordaréis “The Descent” (Neil Marshall, 2005) como una de las cumbres de la angustia y la superación. En ella, tras un trauma terrible, una de las protas se va a hacer espeleología a una cueva inexplorada y allí se lía la de dios. Que “The Descent” es una maravilla del cine es algo que no se le escapa a nadie y como de cumbre a cumbre solo parece haber un salto, el director Howard J. Fox, se arroja al vacío en 2021 para dirigir “The Ledge” con un ojo puesto en “The Descent” y otro en “Vertige” (Abel Ferry, 2009). Con esta premisa está claro que “The Ledge” no aspira a inventar la rueda, sino que se limitará a tirar de experiencias ya vividas en otras películas para ponernos en tensión. Si la sinopsis nos dice que la protagonista es una alpinista quien se verá en apuros, es fácil adivinar por dónde van los tiros y como poco, lo que esperamos es que la sensación de vértigo esté asegurada. Mi primer error fue dar por sentado esto. 


“teniendo en cuenta el desfile de tópicos, el desastre de interpretaciones, los nulos efectos especiales y el poco rendimiento que se saca al espacio abierto, que The Legde no agote la paciencia del espectador es una gran proeza” 


Yo, que sufro de vértigo enfermizo, pero enfermizo hasta tal punto que lo siento si me subo a una silla y miro hacia abajo, he sido incapaz de pasarlo mal con esta película. Lo extraño es que, si me imagino de nuevo lo que he visto se me pone un nudo en el estómago, pero os aseguro que viendo la película no sentí nada. Básicamente esto ocurre porque los exteriores se sienten de cartón piedra y las escenas de la protagonista se limitan a planos cortos que limitan la profundidad y no reflejan, ni el peligro ni la angustia de cada situación

“The Ledge” tira de manual para escribir un guion que intenta aportar algún aliciente extra para que una película que se centra en escalar la misma pared de una montaña, aguante al menos una hora y media de metraje. Lo malo es que como siempre se dice, una cosa es la teoría y otra la práctica. Me temo que elementos exitosos en manos no muy hábiles se convierten en armas de doble filo. El filo cercena la mano de quien empuña el arma si el argumento de la película es sonrojante a más no poder. En “The Ledge” ocurre y esto hace que lo único interesante sea la mano desnuda de la escaladora y la roca. Las situaciones que “The Ledge” propone desde el principio son el salto sin cuerda al vacío de la desvergüenza, malo malísimo, tontos tontísimos, flashbacks de película de sobremesa, situaciones imposibles y una voz en off que hace que al espectador la recorra un escalofrío de bochorno. 


“una buena intención no es suficiente para conseguir que la falta de presupuesto no sea un gran problema” 


Obviando la inverosimilitud de toda la trama y dejando que predomine la parte del cerebro que nos permite tragar con todo y no tener que cuestionar historias porque si no, no existirían la inmensa mayoría de las películas de género, “The Ledge” entretiene lo justo. Probablemente esta afirmación en otro contexto sería tomada como algo negativo, pero teniendo en cuenta el desfile de tópicos, el desastre de interpretaciones, los nulos efectos especiales y el poco rendimiento que se saca al espacio abierto, que “The Legde” no agote la paciencia del espectador es una gran proeza

Lamentablemente, ni todos los traumas se superan, ni todas las situaciones en las que vemos totalmente acorralados a los protagonistas logran provocar ansiedad. Se dan casos, como el que nos ocupa, en los que una buena intención no es suficiente para conseguir que la falta de presupuesto no sea un gran problema (aunque también es cierto que “The Descent” costó solo un poco más de un millón y medio de euros de lo ha costado “The Ledge”, pero claro, no todo el mundo es el Neil Marshall de 2005). Sea como sea, como Lovecraft pensaría, la montaña seguirá esperando a que la locura se desate en ella.


3 comentarios:

El Rector dijo...

Lo que me hace gracia, por no decir otra cosa, es ese "meets" que se atreven a cascar en el póster promocional. Entre "Máximo Riesgo" y "Revenge", ni más ni menos, con sus cojones gordos. En líneas generales, coincido con tu análisis Missterror. Lo mejor que se puede decir de "The Ledge" es que en el fondo, resulta bastante más entretenida de lo que podría parecer a primera vista, aunque cuando alguien se atreve a comparar esto con dos joyas del calibre de las anteriormente citadas, la cosa adquiere tintes cómicos.

Llama la atención que un tipo como Ford, alguien que dirigiera una película tan interesante y con tanta repercusión en su momento como fue "The Dead" (incluso la secuela/exploit tuvo su gracia), se presente con una película tan simplona y poco ambiciosa como esta. Sin duda, esperaba algo un poco más trepidante y que sacara mayor partido del escenario, pero como comentas, se siente demasiado de cartón piedra como para generar toda esa adrenalina potencial a explotar en espectadores con tan poco gusto por las alturas, y ahí también me cuento.

Lo del villano es tema aparte, como parodia tiene su aquel. Si se toma en serio, es poco menos que una invitación grosera a que el espectador dedique su tiempo a otra cosa.

Brittany Ashworth, la prota, tiene un gusto exquisito para elegir sus trabajos. Primero "Hostile", luego "The crucifixion" y ahora "The Ledge". La vemos en la nueva entrega de "Scream" en tres, dos, uno...

Saludos.

Missterror dijo...

Hola, Rector. Los reclamos de los posters promocionales en según qué películas tienen que jugar al despiste y este es uno de los ejemplos. Ni tiene nada de "Máximo Riesgo", ni mucho menos de "Revenge". Es otro rollo y nunca mejor dicho.

No he seguido demasiado la carrera de Ford. No me cuento entre los fans de "The Dead" y abandoné "The Dead 2:India" hacia la mitad así que tampoco me ha llamado mucho la atención que haya dirigido "The Ledge". Independientemente de la trayectoria del director, una historia como esta debería ser, como mínimo trepidante y poner al espectador al borde del infarto. La elección de planos no ha estado para nada acertada y eso le resta toda la potencia a una película como esta.
La parodia del villano no sé hasta qué punto es voluntaria, la verdad. Me he perdido en el tono de la película.
El tema de Brittany Ashworth no sé si es como lo relatas o a la inversa. Dudo sobre si la señora Ashworth elige mal las películas que interpreta o si son los directores los que eligen mal el casting.

Un abrazo.

Mister Moloko dijo...

Hola a todos

Muy de acuerdo con tu crítica. La película flojita, el cartón piedra canta muchísimo y no se trabaja nada las posibilidades que ofrecía un entorno como ese (nunca valoraremos lo suficiente el trabajazo que hizo Renny Harlin en "Máximo Riesgo"). Los de los malos es de traca: el principal lleva a otra dimensión lo de "malo de opereta" y el resto son meras comparsas. Eso si, es entretenida y sus escasos 80 minutos se agradecen.

Saludos

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