Es cierto, ante todo, hay que reconocer una cosa: no se podía hacer peor. Quiero decir, el listón marcado por Paul W. Andserson e infame prole con la saga cinematográfica de “Resident Evil” estaba tan bajo, que el amante del material original lo tenía bien fácil para disfrutar de esta nueva andadura de la popular franquicia de videojuegos en la gran (o pequeña, hoy apenas hay ya diferencia) pantalla. Un buen ejemplo de esto es “Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City” (Johannes Roberts, 2021), que sin ser la gran cosa, dejó bastante mejor sabor de boca que la hortera saga de películas de serie Z y presupuestos millonarios protagonizada por Milla Jovovich. Aunque cuidado, que siempre hay trampa y al igual que le ocurriera a la cinta de Roberts, a esta “Resident Evil” televisiva creada por Andrew Dabb (venido con una mano delante y otra detrás de un gran éxito como “Supernatural”) le toca lidiar con otra macabra variable en la ecuación: Netflix.
“estamos ante una serie destinada a un nicho de espectadores muy particular, estos serán los elegidos, los privilegiados, que sabrán sacarle jugo a tal disparate”
Ya se sabe que todo lo que viene de Netflix, lo hace con asterisco. La plataforma ha cosechado en sus pocos años de vida a toda una legión de enemigos acérrimos, un colectivo de Borgs siempre dispuesto a vomitar de manera sistemática sobre todo lo que produce o distribuye el auténtico demonio del siglo XXI. Por lo tanto, no hacía falta siquiera esperar a degustar los ocho capítulos que componen esta primera temporada para saber cual iba a ser la acogida del show por parte de determinado perfil de espectador. Bien, estas son las reglas y con ellas jugamos siempre. Lo acepto, incluso lo disfruto, pues no suelo hacerle ascos a experiencias bizarras y moverte por las redes sociales suele ser un viaje inolvidable si uno está dispuesto a poner en juego su propia cordura.
¿Por qué hago mención a Netflix y vuelvo a poner sobre la mesa una idea recurrente de mi argumentario de bolsillo? No, esta vez no es para mofarme de toda esta retahíla de amargados compulsivos, sino para poner de manifiesto mi asombro por el hecho de que una plataforma como Netflix, se entiende, entiendo, destinada a llegar al máximo target de público posible, manufacture una propuesta tan sumamente arriesgada como esta “Resident Evil” (2022), show que se mueve en unos derroteros tan inesperados que rompe cualquier quiniela previa, tweet escrito de casa o predicción nostradamica que el más listo de la clase se hubiera sacado del ojete y hubiera guardado en un tarro de cristal en formol. Lo digo ya, estamos ante una serie destinada a un nicho de espectadores muy particular, estos serán los elegidos, los privilegiados, que sabrán sacarle jugo a tal “disparate”. El resto, haters de la plataforma aparte, lo más posible es que salgan horrorizados de la experiencia, pues estamos ante una serie que parece ir contra natura, empeñada con premeditación en conquistar a un público elitista y repeler al resto o eso pareciera. Pues no nos engañemos, el gran público no tragara con el gore, las burradas y las situaciones imposibles de su vertiente aventurera y los que busquen acción, zombies por doquier y algo que se parezca minimamente a las películas de la Jovovich, se querrán arrancar las venas a bocados con el trato dramático de su vertiente más “terrenal”.
“hay partes que piden tijeretazo al canto. Hubieran contado lo mismo y hubieran empleado ese tiempo en algún que otro trasnoche con el monstruo imposible de turno”
Por tanto, tenemos una serie que se mueve en dos tramas separadas en tiempo y forma que, combinadas, se dejarán a un montón de espectadores en el camino (y vaya por delante que el show ha resultado todo un éxito de audiencias en la plataforma). En este sentido, no puedo más que aplaudir a Netflix por pasarse las reglas de adquisición por el forro peludo del escroto, pete quien pete. Y no digo que esta fuera la fórmula que yo hubiese escogido, que seguramente no, más viendo lo divertida que es esta primera temporada cuando se pone burra y se dedica a excretar monstruos uno detrás del otro como si no hubiera un mañana y como si cualquier otra consideración estuviese fuera de lugar.
El caso es que estamos ante un desvirgue de manual. Esta es la primera vez que se adapta desde una perspectiva seria la saga de videojuegos. Y lo hace sin apenas necesitar coger elementos con nombre y apellido del mismo. Raccoon City, Umbrella y Albert Wesker, muy poco más (y no le chafaré la sorpresa a nadie, por supuesto). Sobre este último, Wesker, volver a escandalizarme por el hecho de cambiar de raza por antojos del momento a los personajes. Wesker, rubiales perdido en el videojuego, aquí es un señor la mar de negro. Lo de la inclusión me parece perfecto y necesario, pero cuando toca, o al final consigues el efecto contrario. Dicho esto, decir también que me pongo las pelotas negras de Lance Reddick sobre la cara cuando me lo pida. Huelga decir que ÉL, sea quizás el mejor activo de la serie, nada nuevo, pues estamos ante uno de esos actores tocados por una varita mágica que convierten en oro todo aquello en lo que se enrolan, pues no olvidemos que hablamos de alguien que ha aparecido en dos de las mejores series que jamás se hayan rodado para la televisión, esto es, “Perdidos” (2004-2010) y “Fringe” (2008-2013). Que nadie me malinterprete, “Resident Evil” no aguanta la comparación con ninguna de las dos, hablamos de ligas muy diferentes, casi de otra galaxia, de otro universo, pero tengo claro que con otro Wesker, el show no hubiera sido el mismo.
“entre Andrew Dabb y Lance Reddick han conseguido que al fin pueda tomarme en serio una adaptación de uno de los grandes activos históricos de la industria del videojuego”
“Resident Evil” apuesta por una trama lenta (la mayor parte del tiempo) que se cimienta sobre unos personajes mucho más desarrollados de lo que cabría esperar. El fondo de la historia es muy sencillo, todos los que hemos mamado los videojuegos sabemos lo que es Umbrella, lo que representa, y esta primera temporada pone especial énfasis en remarcar esa gruesa crítica al lobby de las farmacéuticas, el establishment y por supuesto, al capitalismo más vil y descarnado. Todo resulta tan obvio y tan primario, que carece de pegada, pero no es lo más importante. Mucho más interesante resulta el descubrir (reinventar dirán algunos) a un personaje como Wesker y de paso, construir una base sólida a nivel narrativo que pueda sustentar todo lo que vendrá después.
Que sí, que las niñas Wesker son muy pesadas y demasiados pasajes se pierden redundando sobre las mismas ideas, lo cual le va fatal a eso que llamamos “el ritmo”. No lo niego, hay partes que piden tijeretazo al canto. Hubieran contado lo mismo y hubieran empleado ese tiempo en algún que otro trasnoche con el monstruo imposible de turno. Pero Reddick tiene el don del oportunismo y suele pasarse a rescatarnos cuando la cosa se pone más pesada (o ñoña) de la cuenta. Es un peaje a pagar en este reverso a caballo entre el thriller corporativo, la ciencia ficción de serie B y el drama adolescente, mientras dura el proceso de gestación de uno de los giros narrativos más locos y brillantes de la cosecha anual. Un WTF! De manual que pondrá cachondo a los paladares más bizarros y más nostálgicos de todos aquellos volantazos imposibles que nos regalaron los videojuegos. Además y si hacemos referencia a las inevitables ídem, decir que los capítulos están plagados de ellas, tanto internas, como externas, ahí quedan los evidentes guiños a “El Día de los Muertos” (George A. Romero, 1985) o “Nueva York Bajo el Terror de los Zombies” (Lucio Fulcci, 1979).
“Resident Evil” no se contará entre el selecto club de las mejores series de la temporada, pues están habiendo muchas y muy buenas (sí, “Obi-Wan Kenobi” también), pero al menos en mi caso, sí se ha ganado a pulso el título de inesperado placer culpable. Con sus problemas de ritmo, con la dudosa conectividad entre sus dos dispares formas de entender el show, algunas líneas de libreto prescindibles y alguna sobredosis de ñoñería adolescente, entre Andrew Dabb y Lance Reddick han conseguido que al fin pueda tomarme en serio una adaptación de uno de los grandes activos históricos de la industria del videojuego. Paul W. Anderson hizo mucho daño, pero nunca es tarde para la redención y puede que “Resident Evil” no sea una serie perfecta, pero al menos es una serie respetuosa con el material original, con el espíritu del videojuego, rodada con gusto (algunos sets de acción con cientos de zombies en pantalla son impresionantes), elegante, muy elegante en su apartado sonoro (la gran sinergia conseguida entre los cortes musicales y las imágenes nos dejan algunos grandes momentos) y lo más importante, muy alejada a lo que cualquiera podría haber esperado de ella. Y en mi opinión, eso siempre es un valor añadido.
Lo mejor: Que Netflix apueste por un producto tan arriesgado y tan orientado a un nicho de público “minoritario”. Lance Reddick, sus constantes referencias, todo lo que tiene que ver con su diseño artístico y que no salga Milla Jovovich.
Lo peor: Por su particular naturaleza, muchos/as se quedarán en el camino. La trama del pasado en ocasiones se atraganta con tanto amor fraternal de telenovela y que a estas alturas, la tecnología aun no permita recrear perros con CGI sin caer en el ridículo.
11 comentarios:
Hola, Rector. Me temo que no nos pondremos de acuerdo en esta ocasión porque yo pienso todo lo contrario.
Vaya por delante que no he jugado a un juego de Resident Evil en mi vida y que las películas siempre me han dado una pereza tremenda. Nunca me ha gustado Alice y no me ha importado lo más mínimo lo que haga Umbrella. Aun así, las he visto todas porque siempre ha sido fácil acceder a ellas y porque me lo trago todo (hasta mi orgullo)
Me acerqué a la serie con la misma pereza que a las películas. No niego que iba con prejuicios, pero también soy muy de comerme los prejuicios con un poco de gazpacho veraniego, si es necesario. No es el caso. Desde el inicio, el tono de la serie me pareció raro. No sabía si aquello era serio, era gamberro, era teen o qué era. En cada flashback me descolgaba más de la serie porque el drama que presentaban, me parecía de poco recorrido. El momento presente no era mucho mejor y no conseguí conectar con esa acción de video clip.
Supongo que el poco bagaje que tengo con el juego, hizo que el giro con determinado personaje me pareciera una sorpresa total, pero no positiva. Demasiadas ideas juntas sin aterrizar.
Los momentos canción de moda para enfatizar escenas me resultaban odiosos. Inclusividad con calzador y a diferencia que a ti, Rector, para mí la sensación de caos en cada capítulo era constante.
No diré que fue una decepción, porque no, pero no he sabido disfrutarla ni una miqueta.
Un abrazo.
Missterror, pues si piensas TODO lo contrario, poco más a rascar hay. De todas formas, si no te interesa nada este universo, lo raro es que le hubieses visto algo a un show tan particular como este.
Eso sí, sobre esas supuestas canciones "de moda", yo debo de estar muy desfasado, ya que todo el soundtrack me ha parecido de lo más intimista y desconocido. Me ha sorprendido la elección precisamente por eso, por salirse de esa costumbre tan actual de tirar de temas populares y sobre todo, me ha gustado mucho como se utiliza en contraposición a las secuencias de acción.
Saludos.
Muy de acuerdo con su reseña. La parte adolescente se me hizo algo innecesaria hasta mitad de temporada, el resto un despiporre importante, sobretodo en sus ùltimos episodios, muy de agradecer.
Pues me temo que abandone la serie cuando no debía... habiendo visto cuatro capítulos, me bajé del barco, viendo unas tramas adolescentes que no me interesaban lo más mínimo, unos saltos temporales confusos y una considerable falta de nervio y visceralidad en las secuencias de acción. Me quedo con la anterior adaptación y su enfoque de serie B de terror, pero me da pereza todo lo que huele a futurista y tecnológico. Quizás es fallo mío, por no terminar el show, pero demasiado tengo para ver...
Saludos!
RESIDENT EVIL .
Tampoco hace falta ser ávido de luces para seguir el hilo. Y muy perezoso mentalmente para no engancharse con la misma. Si quieres una seria plana sin norias temporales, acción desenfrenada y poco pasto, pues no la veas. Si te dejas seducir sin buscarle tres pies al gato, te gustará como a un servidor. Si eres fan de os videojuegos y buscas interactuación, no la veas. Si eres fan de los videojuegos y buscas aportación, visualízala. Si eres de los que les gusta en encasillamiento para salirte del trazo, no la veas, pues tiene y muchos. Sinceramente creo que merece la pena verla de principio a fin, por mínimo que te atraiga el genero, eso si, si no te atrae en absoluto ni te acerques al ácido podrías perder tu tiempo.
Saludos y que dios nos guarde.
Tracy, sí, la serie en general va de menos a más, pero se hace mucho más evidente en la trama del pasado. En mi opinión, la segunda mitad de temporada contiene algunos momentos realmente brillantes, como el comentado GIRO o el capítulo del barco, que tiene una pegada brutal.
Krueger, pues te has bajado del barco justo cuando la cosa se pone más interesante. Yo creo que esta primera temporada ofrece mucho más que la película de Roberts, mucho más ambiciosa como concepto, que creo que es lo que necesitaba esta enésima adaptación de la saga videojueguil.
Anónimo, pienso que es un visionado "obligado" para cualquier amante del material original, que luego guste o no ya es otra película.
Saludos.
Netflix cancela la serie tras su primera temporada, siendo un auténtico éxito de audiencia en su primera semana de estreno (tan solo superada por la cuarta de "Stranger Things"). Con esta política, cada vez cuesta más acercarse a las propuestas de la plataforma.
Pero oiga, al final esto no deja de ser un negocio y ellos conocerán más que yo los muertos que tienen en el armario. Como espectador y aficionado al género, no me gusta, pero lo entiendo.
Lo que no entiendo, es que alguien (que además se jacta de ser aficionado al género y en este caso en particular, al universo "Resident Evil"), se congratule por el hecho de que se haya cancelado la serie. Hay que ser muy borrego (por no decir algo más gordo), para alegrarse de la cancelación de esta o de cualquier otra serie, con todo el esfuerzo que conlleva sacar adelante proyectos de esta naturaleza que, saldrán mejor o peor, te gustarán más o menos, pero están hechos para nosotros, los amantes del fantástico. Si no te gusta algo, no lo veas. Pero deja de ser un amargado por un instante, y entiende que haya otros tantos que puedan disfrutar lo que tu no has sabido. ¿Tan difícil es de entender?
Luego, cuando se habla del fandom tóxico, algunos se echan las manos a la cabeza.
Saludos.
Gracias Netflix
Amarok, a esto me refería. Gracias por el ejemplo gráfico.
Saludos.
Es terrible, yo muy contento de que la cancelaran, y no, no es que me moleste el cambio de aires o nuevas propuestas, el problema es que están mal hechas.
La historia es poco creíble con muchas conveniencias de guion, malas actuaciones y producción mediocre.
Quizá sí no hubiera llevado el nombre de Resident Evil y se hubiera manejado con otro nombre más una historia y producción decénte hubiese sido interesante, aunque claro, probablemente nadie la iba a ver.
Anónimo, me alegra que la cancelación de una serie de terror (con todo lo que ello conlleva) haya traído algo de felicidad a tu vida. Habla mucho y mal, entre otras cosas, de tu vinculación con el género.
Saludos.
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