Crítica: Atmósfera Cero

SHAGGYFARACHE NOS HABLA SOBRE "ATMÓSFERA CERO". EL "SOLO ANTE EL PELIGRO" ESPACIAL

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En Io, una de las lunas de Júpiter, se encuentra una colonia minera espacial en donde comienzan a suceder extrañas muertes inexplicables: suicidios sin sentido, accidentes provocados por conductas abiertamente enajenadas y un sinfín de situaciones calamitosas que parecen no despertar la más mínima emoción o preocupación en absolutamente nadie, excepto en William O´Niel, el nuevo comisario de la colonia que está dispuesto a todo con tal de encontrar la verdad. 

Se trata de “Outland” (“Atmósfera Cero”), un clásico de ciencia ficción del año 1981 que en su momento acaparó muchísimos comentarios debido a que la sinopsis era muy interesante: un comisario honesto y bien recibido por todos los miembros de una apática colonia minera se enfrenta a la corrupción que está destruyendo a la propia colonia, pero cuando este hombre de la ley (que ya ha probado en el pasado su valentía y entereza) les pide ayuda, todos le dan la espalda, nadie hace nada y lo dejan completamente solo. El comisario puede rendirse, puede huir, puede dejar todo y rehacer su vida, pero se trata de honor, principios e integridad, por eso O´Niel llevará todo hasta las últimas consecuencias, así sea enfrentando él solo contra el mundo. 

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“Hyams aprovechó el momento mágico que estaba atravesando Hollywood con respecto a la ciencia ficción para desarrollar este proyecto” 

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¿Les resulta familiar esta trama? Por supuesto que sí, se trata de un remake muy original de “High Noon” ("Solo ante el peligro"), el clásico de 1952 protagonizado por Gary Cooper y dirigido por el inmortal Fred Zinnemann, pero en esta ocasión cambiaron a los vaqueros por astronautas y a un pueblo del salvaje oeste por una mina espacial, pero igual de salvaje. 

Un clásico reinventado con aire fresco 

Lo primero que hay que agradecer es que el proyecto no vino de la mano de un advenedizo sin escrúpulos sino de Peter Hyams, responsable también del guion, un cineasta que ya había demostrado dominar la tensión dramática y el romance en “Hannover Street” (1979) y el thriller político conspirativo en la muy estimable película “Capricornio Uno” (1977). Lo segundo es que la productora encargada del proyecto era The Ladd Company, es decir, gente muy competente que sabían hacer buenas películas y que en ese momento ya estaba trabajando en otro proyecto más ambicioso llamado “Blade Runner” (1982). 

Y lo tercero es que Hyams apostó muy duro en un reparto estelar (nunca mejor dicho): Sean Connery interpretando a William O´Niel, el estoico y honesto comisario que está atravesando un momento muy delicado en su vida privada cuando su esposa e hijo deciden irse de la mina espacial y él se niega a abandonar su puesto porque su integridad se lo impide; James Sikking dando vida al Sargento Montone, el débil e incompetente asistente del comisario; Frances Sternhagen en la piel de Marian Lazzarus, la médico residente de la colonia, con un sentido del humor tan turbio como cínico y la única aliada de O´Niel, y finalmente, Peter Boyle en el papel de Sheppard, el implacable e inescrupuloso gerente general de la colonia y el gran antagonista del comisario. 

El recurso técnico al servicio de la historia 

Hyams aprovechó el momento mágico que estaba atravesando Hollywood con respecto a la ciencia ficción para desarrollar este proyecto. En apenas 5 años se habían estrenado “Star Wars” (1977), “Black Hole” (1979), “Alien: El Octavo Pasajero” (1979), “Encuentros en la Tercera Fase” (1977) y “Capricornio Uno” (1977), lo que garantizaba que “Outland” sería bien recibida por los ejecutivos de Warner Bros. 

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“El resultado es vibrante y se siente en la tensión narrativa y en la edición trepidante, en especial las intensas escenas de acción de un Sean Connery muy ágil a sus 50 años” 

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Para asegurarse de que entregaría un producto de calidad, el director contó con la ayuda del gran Stuart Baird en la edición, Phillip Harrison en el diseño de producción y en especial la música de Jerry Goldsmith y la espléndida dirección de fotografía de Stephen Goldblatt, todo este recurso técnico fue indispensable para sacarle provecho al ajustado presupuesto de “apenas” 16 millones de dólares para darle vida a un escenario espacial. 

El resultado es vibrante y se siente en la tensión narrativa y en la edición trepidante, en especial las intensas escenas de acción de un Sean Connery muy ágil a sus 50 años, y con una fotografía y puesta en escena que supo aprovechar las tonalidades espaciales y las potencialidades de una atmósfera cero. 

Un auténtico duelo del viejo oeste en el espacio 

Luego de haber entregado el testigo de 007 a Roger Moore, Connery demostró ser un intérprete competente que estaba viviendo un muy buen momento, lo que luego se traduciría en una década llena de grandes éxitos en la pantalla con “Time Bandits” (1981), “Highlander” (1986), “El Nombre de la Rosa” (1986), “Los Intocables” (1987) y finalmente “Indiana Jones y la Última Cruzada” (1989). 

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“se ha ganado la titularidad de clásico a base de envejecer bien y siempre será una excelente opción para disfrutar” 

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Lamentablemente la película no llegó a calar en el público resultando un fracaso en taquilla, y si bien las actuaciones no merecían un premio de la academia y la historia no llegaba a un nivel de perfección como “Alien” o “Star Wars”, “Outland” posee el encanto de un buen entretenimiento audiovisual y de una película muy estimable, sencilla y bien contada, hacerla del heroísmo, los principios éticos y el coraje de cumplir el deber encomendado, lo que hablaba mucho de unos Estados Unidos que luego despuntarían en un cine muy patriótico (o patriotero) en plena era Reagan. 

Luego de 40 años, la película de Hyams queda eclipsada por muchas otras cintas de fantasía y ciencia ficción de superior calidad, pero sin duda “Outland” se ha ganado la titularidad de clásico a base de envejecer bien y siempre será una excelente opción para disfrutar de 110 minutos de una buena película comercial presenciando un auténtico duelo del viejo oeste en el espacio.