martes, 8 de noviembre de 2022

Crítica: She Will

MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE ETIQUETAS ABSURDAS Y OTRAS MISERIAS EN EL DEBUT DE LARGO DE CHARLOTTE COLBERT


Vivimos en una sociedad a la que le encanta poner etiquetas. Aunque se perfectamente que este no es el foro para hablar de ello, sí que diré que personalmente no me siento nada cómodo con esta tendencia. Deben ser los años, pero cada día tengo más claro que en esta vida casi todo es relativo y que la realidad es mucho más líquida de lo que muchos piensan. Esa manía de acotar, agrupar, encasillar o intentar buscar elementos en común donde normalmente sólo existen ciertas concomitancias, me molesta sobremanera y me provoca un rechazo inmediato. Obviamente nuestro amado género no se libra tampoco de esté puñetero hábito


“El film ha sido catalogado por no pocos como una muestra más del folk horror que, además, introduce conceptos relacionados con el #MeToo y el feminismo. Ahí es nada” 


De ahí nacen cosas tan absurdas como lo del terror elevado (concepto que es en sí mismo una supina gilipollez) o la manía de calificar como “Folk Horror” a toda aquella película ambientada en entornos rurales y que traten de forma más o menos directa el tema de los ritos paganos ligados con la naturaleza. Que sí, que obras como “The Wicker Man” (1976) o “Midsommar” (2019) tienen elementos en común, pero de ahí a pensar que todo el monte es orégano y que cualquier película que trate temas relacionados con estos ámbitos es una muestra de folk horror va un verdadero abismo. Hace unos meses pude ver el documental “Woodlands Dark and Days Bewitched: A History of Folk Horror” (2021) y, además de encontrarlo aburridísimo, me pareció que en muchos momentos llegaba a conclusiones surrealistas en su afán por agrupar dentro del subgénero a ciertas películas que se parecen entre sí como un huevo a una castaña. 

Esta introducción viene a colación de la película que vamos a analizar a continuación que no es otra que “She Will” (2021). El film ha sido catalogado por no pocos como una muestra más del folk horror que, además, introduce conceptos relacionados con el #MeToo y el feminismo. Ahí es nada. La película ha sido dirigida por la debutante Charlotte Colbert, una mujer que solo cuenta con algunos créditos como guionista en obras muy desconocidas y alejadas totalmente del género fantástico. En alguna entrevista ella explica las motivaciones que le han llevado a dirigir la película y en ninguna de ellas manifiesta que sienta un amor por el género o que le interese especialmente el fantástico. Ítem más:, la directora es una mujer muy activa en campañas (muy loables) sobre los derechos de las mujeres, abanderando varios proyectos audiovisuales relacionados con esa reivindicación social. Estas contingencias me hacen suponer algo que llevo constatando últimamente: muchos directores hacen su primera película dentro del género fantástico como estrategia para poder tratar los temas que les interesan a través de productos que, por ser de género, tienen una mayor facilidad a la hora de lograr financiación y distribución. Ya lo comente en relación a la interesante "Watcher" (2022), pero es que en el caso de "She Will" la directora demuestra una absoluta incapacidad para crear una mínima situación de suspense o inquietud en el espectador. Ello no no sólo reafirma mi tesis, sino que demuestran que muy probablemente Colbert ha visto muy poco cine de terror. Y eso que el productor de la película es mi estimado Dario Argento. 


“la directora demuestra una absoluta incapacidad para crear una mínima situación de suspense o inquietud en el espectador” 


Que nos cuenta “She Will”. Pues la historia de Verónica, una actriz veterana venida a menos que tras ser sometida a una mastectomía viaja junto a una enfermera a una residencia donde pretende descansar y curar sus heridas físicas y emocionales. Este lugar se encuentra en medio de un bosque donde siglos atrás se torturaba y quemaba a toda aquella mujer a la que se consideraba bruja. Verónica pronto descubre que siente una extraña conexión con la naturaleza al tiempo que empieza a tener visiones sobre su pasado y sobre hechos acontecidos siglos atrás. 

A nivel general diremos que estamos pues ante una película bastante pequeña con un poso indisimuladamente feminista. En el fondo todo el tema de la fuerza de la naturaleza, los ritos paganos y la presencia de la brujería, no son más que meros subterfugios para contar lo que a la directora le interesa: las mujeres son y serán víctimas. El gran pero es que este planteamiento, que en principio no me parece ni bueno ni malo y que en una película como "Men" (2022) tenía un tratamiento cuanto menos interesante, naufraga absolutamente por la nula capacidad de la señora Colbert a la hora de planificar la historia y darle un cierto empaque. Entiendo que quieras hacer una crítica contra el género masculino, que pretendas denunciar la violencia contra las mujeres y que busques reivindicar el mal trato y silencio al que muchas de ellas se han visto sometidas a lo largo de la historia. El problema es cuando pretendes hacer eso a partir de ideas muy simples (y simplistas) a las que intentas revertir de un halo de intelectualidad, o tienes cierto talento o la cosa se te sale de madre. Y es entonces cuando te queda un potaje francamente indigesto y se evidencian las costuras que tiene tu guion y tu bisoñez a la hora de planificar visualmente la historia. La película es un continuo quiero y no puedo en el que ideas que bien cohesionadas podrían resultar atractivas acaban cayendo en el limbo de la mediocridad y de una profundidad filosófica digna de un manual de autoayuda. 


“Alice Krige siempre me ha parecido una buena actriz. El problema es que está tan absolutamente recauchutada que es imposible discernir cualquier tipo de emoción en su rostro” 


Ejemplos al respecto encontramos unos cuantos. Uno de ellos sería el presentar a todos los hombres de la película como si fueran gilipollas, maltratadores o violadores en potencia (o las tres cosas a la vez). Eso no es feminismo -afortunadamente el feminismo es otra cosa-: es no entender nada de la naturaleza humana. Lo mismo podríamos decir del tratamiento de la historia: no basta con utilizar silencios, crear planos estéticamente bonitos, introducir personajes enloquecidos o insertar imágenes psicodélicas… hay que saber narrar un guion y darle un mínimo de consistencia. La película juega a ser críptica y sólo es capaz de ofrecer un batiburrillo de ideas mal contadas (todo lo que sucede con los habitantes de la casa de reposo o la relación de la protagonista con las brujas) o narradas con una brocha tan gorda (el ataque del técnico de mantenimiento a la enfermera) que no funcionan por lo insultantemente obvias que resultan.

Mención aparte merecen las interpretaciones. Alice Krige siempre me ha parecido una buena actriz. El problema es que está tan absolutamente recauchutada que es imposible discernir cualquier tipo de emoción en su rostro. No sé si es intencionado y producto del maquillaje (al técnico que lo ha hecho es para darle un premio) o si es el resultado de la cirugía estética y el bótox (al médico que la ha hecho es para meterlo en la cárcel), pero lo cierto es que la actriz queda muy limitada y pone la misma expresión durante todo el metraje. Del resto, destacamos la presencia de un Malcolm McDowell anecdótico que da toda la impresión que ha participado en la película a cambio de tres pintas de Guinness y un Rupert Everett que da una masterclass de lo que significa la sobreactuación. "She Will" es una película fallida, un film que pretende jugar en una liga que le viene muy grande. A mí por momentos me ha resultado insufrible y considero que es un producto al que todo lo que le falta de honestidad le sobra de pedantería. Y es que por no logar no es capaz ni de indignarme. Se queda simplemente en esa dimensión de las obras intrascendentes y condenadas al olvido.


1 comentarios:

El Rector dijo...

No me queda otra que suscribir cada palabra de este análisis. Lo del tema de las etiquetas siempre me ha parecido de un absurdo agotador, pero de un tiempo hacia aquí se ha ganado la categoría de meme. Al final, todo son pretextos para justificar las fobias personales, cuando no se tienen argumentos a mano mínimamente sólidos. Lo del "terror elevado" es un buen ejemplo de ello.

Respecto a "She Will", poco más que aportar. Un ladrillo de cuidado. No tengo problema alguno con el discurso feminista, pero en este caso, poco tiene que aportarle a una supuesta historia de terror, esta, que en ningún momento se siente como tal y que tan solo se sostiene por el uso y abuso del formato videoclip, dejando algunas secuencias de incuestionable belleza. Una lástima que debajo del envoltorio, no exista un relato interesante al que agarrarse.

Yo a la reina Borg se lo perdono casi todo y tampoco creo que su inexpresividad (incuestionable aquí) sea algo que marque la diferencia (para mal) en la película, pero desde luego sumar, no suma.

En definitiva, un dramote bastante genérico y con ínfulas que prostituye la temática de la brujería para colarse en el fantástico y al que por su propia naturaleza le auguro muy poco recorrido dentro del mismo.

Saludos.

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