Cuando hablamos de educación y solo nos detenemos en la cultura, dejamos coja la formación de la personalidad. Está claro que la educación escolar no se limita a transmitir conocimiento y valores sino que hace lo propio con las costumbres, pero siempre desde el punto de vista general. Obviamente, esta educación es complementaria a la que recibes en tu casa y de esta es de la que me gustaría hablar hoy. De lo que se enseña sin cuaderno y sin más explicación que la rutina del día a día. Las costumbres que muchas veces determinan tu identidad son las particulares, las de cada casa. Aquellas que cada familia atesora celosamente, por estrambóticas que sean. Eso es lo que te diferencia del resto, lo que suma en la vida adulta y lo que implica que en determinado momento de tu existencia tengas que decidir si lo perpetúas o no.
“Poco diálogo, escenas alargadas y una gran belleza fotográfica, algo que inevitablemente balancea el peso hacia la atmósfera para crear interés”
Hay tantas costumbres como familias. Algunas más divertidas, otras más crueles. Las hay absurdas y otras que, aunque choquen con la costumbre general, tienen todo el sentido del mundo. Y teniendo en cuenta todo esto, tengo claro que absolutamente todo tenemos costumbres heredadas con las que convivimos con naturalidad y que muchas veces colisionan con el resto de la sociedad. En mi caso es algo tan simple como felicitar los cumpleaños un día antes del propio cumpleaños. Esto es algo que en mí familia siempre ha sido así, siempre. No tiene demasiada explicación pero me encanta que año tras año sigamos haciéndolo. Es nuestro y no necesitamos que nadie más lo entienda. Y quien dice una felicitación de cumpleaños, puede decir la instauración de una creencia sobrenatural que vive en el medio del bosque y que nos vigila de noche.
“Sator” (2019) comienza así, con la muestra escrita de lo que parece una costumbre o herencia familiar. Algo que la matriarca considera un don que le ha sido dado por alguna entidad divina, suponemos. En estos primeros compases, formato de 35 milímetros, fotografía en blanco y negro y primerísimos planos de una mano anciana escribiendo automáticamente. Se intenta que haya una relación de cercanía, como si estuviéramos delante de una grabación doméstica pero algo más elaborada. En estos primeros minutos se explica toda la trama, simple. No hay mayor complejidad que saber que, la que de momento es la protagonista de la historia, tiene la capacidad de comunicarse con una entidad llamada Sator que se sirve de ella para dejar por escrito la guía de su naturaleza y sus necesidades rituales. Tras los créditos iniciales y en un salto mortal de formato, comienza lo que parece una narración más tradicional y en pocos minutos se desvela la naturaleza intimista de la película. Poco diálogo, escenas alargadas y una gran belleza fotográfica, algo que inevitablemente balancea el peso hacia la atmósfera para crear interés.
“divaga y se excede en la ensimismización, dejando de lado el desarrollo de una historia que no termina de definirse en ningún momento”
“Sator” es la segunda puerta de entrada a la gran pantalla de Jordan Graham, quien demuestra que aún quedan artistas del celuloide que dirigen, guionizan, producen, editan y ponen la música a sus obras, jugándose el resultado a un solo criterio y punto de vista. Todos sabemos que si no perteneces al Renacimiento, esto no siempre sale bien pero en el caso de “Sator”, el resultado es lo suficientemente satisfactorio como para llamar la atención y que queden ganas de ver una nueva entrega de este hombre orquesta. En muchas ocasiones, “Sator” divaga y se excede en la ensimismización, dejando de lado el desarrollo de una historia que no termina de definirse en ningún momento, tirando excesivamente de ambigüedad y cediendo tanto peso muerto a cargo de las interpretaciones del espectador, que puede llegar a desorientar.
El aprovechamiento de los imponentes escenarios naturales como un personaje determinante en la narración, es uno de los grandes aciertos de “Sator” ya que es justamente la conexión hombre-bosque lo que da sentido a la película. Teniendo en cuenta que en “Sator”, somos nosotros los que decidimos la realidad de esta entidad de la que nos hablan y que para ello hay que tener en cuenta todos los elementos a nuestra disposición, considero que la soledad del bosque unido al expediente familiar del protagonista, es fundamental para comprender la evolución del personaje principal. Y junto con los escenarios, destacan unos efectos de sonido mimados al detalle para conseguir un escalofrío con un simple crujido de madera o inquietud cuando suena el viento en la profunda oscuridad de la noche.
“la atmósfera es lo suficientemente inquietante como para conseguir una sensación pesadillesca en la que no es necesario la utilización de los jump scares”
Consciente de que un ritmo tan pausado y la falta de hilo conductor resistente entre escenas puede llegar a aburrir a más de un espectador, creo que la atmósfera es lo suficientemente inquietante como para conseguir una sensación pesadillesca en la que no es necesario la utilización de los jump scares para crear ese miedo a lo desconocido del que se nutre “Sator”. Sin duda, más definición en el proceso mental de las matriarcas, hubiera determinado mucho mejor el rumbo sobrenatural de la película para focalizar la atención en las pocas escenas gore que nos regala esta propuesta (y que así estas consiguieran el impacto que se esperaba). Lamentablemente, los susurros de las altas copas de los árboles han llenado más espacio que un guion que se queda pobre, pese a estar basado en la experiencia personal del propio Graham. Aun así, la película es magnética y en esa mezcla de esquizofrenia, contacto sobrenatural, así como los recuerdos de películas como “The Witch” (Robert Eggers, 2015), “The Ritual” (David Bruckner, 2017), incluso un puntito de “The Blair Witch Project” (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez,1999), hace que llame la atención por encima de la media.
En la educación cinéfila todo debería tener cabida. Todo suma y en muchas ocasiones, los silencios tienen más que decir que una sucesión de diálogos sin fin. No digo que en “Sator” todos estos silencios estén bien construidos pero, sin duda, son un golpe de efecto para que el bosque te sumerja en una crepitante oscuridad en la que no hay costumbre bienvenida ni herencia que sea capaz de silenciar las voces en la cabeza. Coge papel y boli, papel y boli, papel y boli…
9 comentarios:
Yo me he quedado bastante lejos de tu entusiasmo, Missterror. Es cierto que a nivel escénico es bastante chula. La frialdad de los pasajes naturales y una notable fotografía, hacen de "Sator" una experiencia visual muy potente, no tengo queja alguna en ese sentido. Sin embargo, muchas más dudas me genera la historia que nos plantea Jordan Graham, a mi juicio, carente del menor interés, no tanto por su planteamiento inicial (que puede gustar o no), como por la incapacidad de desarrollar una historia que aguante hora y media de metraje. No lo hace, y en ese intento, el director/guionista imposta todo un festival de silencios "dramáticos" y demás tretas de salón, para alargar la función hasta la duración pretendida. Lo cual se traduce a ojos del espectador (en este caso, yo) como una experiencia de lo más soporífera.
Muy chula, pero una vez más, no solo de belleza pude sustentarse una película. Se necesita algo más. La germana "Hagazussa", por poner un ejemplo, aun era más chula a nivel visual, y tampoco daba la talla como relato largo. Me parece bien que cites cosas como "The Witch" o "The Ritual", pues guardan algunos paralelismos con esta "Sator", pero aquellas, eran mucho más que una bonita puesta en escena, eran grandes historias muy bien contadas. Algo que al menos yo, no veo en "Sator".
Eso sí, obviando la clase gratuita de fotografía cinematográfica, da para una buena siesta regeneradora a media tarde ;)
Saludos.
Decir que a nivel escénico sea bastante chula es quedarse corto, Rector ;)
En realidad yo creo que la historia es lo suficientemente potente como para soportar hora y media e incluso más. El hecho de que una familia construya esta mitología de seres que te eligen para expresarse, que te observan y que acechan desde el bosque pero que son tan parte de ti que es relativamente fácil convivir con esto, me parece muy interesante. La ambigüedad a la hora de presentar la realidad vs esquizofrenia es lo que queda en tierra de nadie y ahí te doy la razón, "Sator" no construye bien la diferencia y el resultado es vago. Para mí los silencios no suponían problema alguno, los entiendo como alma del bosque. Creo que lo complicado fue justamente lo contrario, agarrarse a los diálogos que se plantean para que sepan desarrollar esos silencios. Esta parte tampoco salió bien.
"Hagazussa" es muy bella, pero me resultó del todo incomprensible. Obviamente, "The Witch" o "The Ritual" están a otro nivel, pero "Sator" me ha llamado la atención y ha sido una sorpresa.
¿Esa siesta regeneradora de media tarde, cuanto duró? A ver si va a ser ese el problema...
Un abrazo.
Esta crítica es de la película "Sator"? En serio? Sin comentarios.
Totalmente en serio, Pepito.
A mí la verdad es que la película se me hizo bola. No te voy a negar los valores estéticos, que los tiene, ni el interés por ofrecer un punto de partida cuanto menos original.... pero sinceramente todo me parece excesivamente críptico y, no se si soy la excepción, yo no he logrado entrar nunca.
Tengo la sensación de que Jordan Graham tenía más o menos claro lo que quería explicar, pero que lo ha hecho de una forma que resulta harto ininteligible. Lo que no tengo tan claro es si eso ha sido de forma premeditada o, simplemente, no ha sido capaz de expresar del todo lo que quería contar y se ha dejado llevar por los paisajes y los silencios.
"The witch" es una película compleja, con muchas capas y aunque su narrativa es también pausada, tiene la capacidad de explicar una historia que te atrapaba y te emociona. A mi esto no me ha pasado con "Sator".
Aunque ya sabemos que sobre gustos....
Ayuda, podrían ayudarme por favor con el nombre de una película japonesa, es sobre una escritora que empieza a alucinar y se crean escenarios tipo silente Hill, la vi hace tiempo pero no recuerdo el nombre,
Hola, Mr. Moloko! Creo que "Sator" es una película menos críptica de lo que parece. Tengo la impresión de que en nuestro empeño en buscar tres pies al gato (me incluyo), intentamos ir más allá de lo que la propuesta realmente ofrece y eso nos lleva a pensar que no es comprensible. "Sator" muestra una historia sencilla pero lo hace de tal manera que se disfraza de complejidad y en este empeño, falla.
Jordan Grahan tiene que tener claro lo que quería mostrar porque es una experiencia personal vivida con su familia. Supongo que es muy complicado contar que hay un ente que pasa por la familia como una tradición y que nadie sabe muy bien qué es o qué busca. Coincido en que la forma de narrarlo no ha sido la más ilustrativa de esa situación familiar.
¡¡"The Witch" es obra maestra!!
Meav- Nos lo pones difícil. Los poquitos datos que das y la memoria de pez que tengo hace que no sea capaz ni siquiera de lanzar un título al aire. Lo siento.
Un abrazo.
Soy de los que también se les hizo una experiencia muy difícil de seguir....Hasta incluso dormité unos largos minutos.....Me pasó lo mismo: Sentí que la construcción del ambiente se quedaba en eso, en pura construcción, pero sin habitar, por decirlo de alguna manera....Lo curioso es que, a diferencia de los que han escrito en los comentarios, con Hagazuza sí me enganché con su atmósfera, ya que me pareció que entregaba momentos dramáticos que lograban mantener un interés en la historia y así no perder el hilo.....Saludos. Gracias por el blog....
Hola, Miguel. Creo que me estoy quedando sola en el rinconcito de los que encontraron interés en "Sator", jejeje. El exceso de ambigüedad y la falta de un hilo conductor en la historia entiendo que puede pesar mucho. En mi caso, la atmósfera suplió todas estas taras y me proporcionó la "narración" que necesitaba (o eso o yo misma me armé una buena película en la cabeza). El caso es que soy tu caso inverso. Con "Hagazussa" me aburrí bastante y no fui capaz de completar ninguna historia (ni en mi cabeza) y pese a su estética y cuidado me dejó fría. Em mi opinión, "Sator" le pasa muy por delante.
Muchas gracias a ti por leerno.
Un abrazo.
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