domingo, 10 de julio de 2022

Crítica: Morbius

MISTER MOLOKO NOS HABLA SOBRE "EL OTRO" UCM, EL REVERSO TENEBROSO (Y LUCRATIVO) DEL IMPERDIBLE UNIVERSO MARVEL


La historia de los derechos cinematográficos de Marvel es harto curiosa y para entenderla nos tenemos que remontar hasta mediados de los años setenta. Mientras la Distinguida Competencia (DC comics para los neófitos) es adquirida por Warner Media, con todo el soporte mediático y económico que ello suponía, Marvel se mantenía como una compañía independiente que podía negociar los derechos audiovisuales de sus personajes franquicia con un cierto margen de libertad. Ello posibilitó que en el año 1977 Universal Televisión estrenara la exitosa (y mítica) serie “El Increíble Hulk” y que un año después llegara de manos de la CBS “Spiderman” cuya calidad, por mucho que a veces los arboles de la nostalgia no nos dejen ver el bosque de la realidad, era francamente lamentable. 


“es muy, pero que muy difícil encontrar algo positivo a esta historia insulsa, mal planteada y sin ningún elemento de interés” 


A finales de los ochenta la bancarrota amenazaba a Marvel. Es entonces cuando en una maniobra desesperada, el bueno de Stan Lee (que era un genio para el autobombo pero al que ciertos temas le venían un pelín grandes) decide vender los derechos de los personajes al mejor postor, creando con ello un follón legal de dimensiones épicas que tardaría años en resolverse de una forma más o menos satisfactoria. 

Es en esa época cuando aparece “The Punisher” (1989) de Dolph Lundgren (una película a la que, sólo viendo mi avatar, ustedes deducirán que le tengo mucho cariño), “El capitán América” de Albert Pyun (1990) o esa versión inefable de “Los Cuatro Fantásticos” (1994) producida por Roger Corman y jamás estrenada, pero que casi todos hemos visto. Un desastre absoluto que propicia que los personajes queden repartidos entre distintas productoras de mayor y menor calado, imposibilitando de facto la creación cinematográfica de un universo compactado como el de los cómics. Años después, con la compra de Marvel por parte de Disney y la posterior adquisición de Fox (con las franquicias mutantes y los cuatro fantásticos en juego) parece que todo vuelve al redil. Pero esta historia no es perfecta: Sony mantiene los derechos del complejo, rico y popular universo de Spiderman y, aunque llega a acuerdos puntuales y mutuamente beneficiosos con la todopoderosa Disney, mantiene una absoluta independencia sobre la explotación de otros personajes. 

Las películas de Spiderman, con sus más y sus menos, en general han funcionado bien en taquilla. No nos engañemos: el trepamuros es un icono de la cultura popular y su inclusión como protagonista en un largometraje es una apuesta segura. La sorpresa fue cuando en 2018 se estrena “Venom” (un personaje conocido entre los aficionados a los cómics pero no tan familiar para el público ajeno al medio) y se convierte en un éxito indiscutible de taquilla. Pero el impacto es aún mayor cuando en 2021 se estrena su secuela, “Venom 2: habrá matanza”, una cinta artísticamente lamentable que, rizando el rizo, da todavía más dinero que la anterior convirtiéndose en la séptima más taquillera del año a nivel internacional. Esta circunstancia supone la excusa perfecta para que Sony intente crear un universo arácnido paralelo al UCM a partir de la traslación a la gran pantalla de personajes secundarios que, como Venom, puedan resultar atractivos a los espectadores ávidos de películas del género. En esta ecuación entra Morbius el vampiro viviente. 


“incluso algunos temas interesantes que se medio esbozan (los límites morales de la ciencia, por poner un ejemplo) se tratan de forma superficial, vacua, insípida, manida” 


Dudo muchísimo que un espectador que no sea seguidor de los cómics de Spiderman tenga la más mínima idea de quién es Morbius. Creado por Gil Kane en 1971, Michel Morbius era un bioquímico que se somete a un experimento para curar una rara enfermedad sanguínea que acaba convirtiéndole en una especie de vampiro viviente. Ideado como un anti-heroe (al estilo de Venom, la Gata Negra, el Merodeador u otros personajes secundarios del hombre araña) y dotado de un claro hálito trágico, el personaje ha pasado por muchas etapas distintas que, en función del guionista de turno, fluctuaban entre ser un héroe cuasi romántico a convertirse en un villano cegado por su adicción a la sangre. Siendo honestos, no hay ninguna historia especialmente memorable del personaje y su paso a las grandes ligas, más allá de la popularidad de Spiderman o a las posibilidades cinematográficas que ofrece el vampirismo, se me antoja un misterio. 

Después de ver el film, este misterio ha incrementado exponencialmente. Y es que, tras sus 109 minutos de duración, uno no puede dejar de preguntarse el motivo por el que está película ha llegado a las carteleras. No sólo es una de las peores películas sobre un personaje Marvel de la era moderna, sino que, incluso haciendo un acto de fe sólo propio de un verdadero creyente en los cómics de superhéroes como un servidor, es muy, pero que muy difícil encontrar algo positivo a esta historia insulsa, mal planteada y sin ningún elemento de interés. No me voy a poner a discutir sobre si es peor que “Los 4 fantásticos” (2015) de Josh Trank, “Elektra” de Rob Bowman o “Ghost Rider: Espíritu de Venganza” (2011) de Mark Neveldine y Brian Taylor, pero sin duda lo que tengo claro es que juega en la misma liga de despropósitos fílmicos que ellas. Les aseguro que después del visionado he intentado reposar unos días y reflexionar para ver si era capaz de sacarle algo bueno a la propuesta. Pero es que esta vez los directivos de Sony me lo han puesto realmente difícil. A lo largo de estos días habrán leído y escuchado críticas muy duras contra la película. Pues créanme: por una vez, y sin que sirve de precedentes, la mayoría tiene razón. Y es que hay cosas que hasta para un ferviente aficionado son indefendibles


“en lo que respecta a mezclar terror con superhéroes, Fox ofreció en Los nuevos mutantes un producto de estas características que resultó ser más que digno y que contenía no pocos elementos de interés” 


Y es que en “Morbius” nada funciona. Los personajes están espantosamente definidos, la trama no va a ningún lado, del villano ni entiendes sus motivaciones ni tiene puñetero sentido nada de lo que hace, el guion tiene agujeros y Deus ex machina a tutiplén, las interpretaciones alternan lo asténico con auténticos recitales de sobreactuación… todo es plano, vacío, desganado. Y es que incluso algunos temas interesantes que se medio esbozan (los límites morales de la ciencia, por poner un ejemplo) se tratan de forma superficial, vacua, insípida, manida. Un desastre en toda regla del que es muy difícil salvar nada. Sí, los efectos son decentes y tiene alguna secuencia de acción que no está mal. Y ahí acaba todo. 

No entiendo muy bien si Sony ha intentado ofrecer un producto que aúne ciertas dosis de terror con la acción superheróica y le ha salido mal, si han creído que con el simple reclamo de Jared Leto (cuya carrera, por cierto, va de mal en peor) era suficiente para lograr una buena taquilla o si, simplemente, se ha pensado que los espectadores son tontos y se tragan cualquier cosa; pero lo cierto es que la existencia de esta película supera cualquier explicación racional. Por cierto, en lo que respecta a mezclar terror con superhéroes, Fox ofreció en “Los nuevos mutantes” (2020) un producto de estas características que resultó ser más que digno y que contenía no pocos elementos de interés. Intentando ponerme en la mente de los ejecutivos de Sony, sólo he podido encontrarle dos explicaciones lógicas a su razón de ser. En primer lugar, manufacturar bajo el paraguas de la franquicia de Spiderman y gracias al éxito económico de las dos partes de “Venom”, una cinta superheroica con la que venderles gato por liebre a los espectadores estrenando una supuesta serie A con hechuras de serie B y espíritu de serie Z. La otra posible explicación vendría motivada por la necesidad de empezar, deprisa y corriendo y de una forma nada meditada, a dar forma a ese futuro proyecto de “Los seis siniestros” que, si siguen por este camino, dudo mucho que llegue a realizarse algún día. Ya veremos que nos depara la anunciada “Kraven el cazador”, pero viendo los precedentes uno se echa a temblar. Ojalá me equivoque.


2 comentarios:

Chupasangre dijo...

Yo no soy tan negativo en su valoración pero es cierto que no deja huella en absoluto. Para mí es simplemente entretenida. Me gustó - ATENCIÓN SPOILER- el enfrentamiento entre los hermanos y la temática vampirica (de ahí mi nick), y la motivación del villano es simple: el poder. Se da cuenta de que puede hacer lo que quiera y prácticamente nadie puede pararlo.

Saludos.

Krueger dijo...

Es posible que tenga el cerebro atrofiado a estas alturas de la película Moloko, pero reconozco que tanto la secuela de Venom (no tanto su primera parte) como este Morbius a medio gas me han resultado entretenidas. No existe defensa cinematográfica posible (creo...) y simplemente las he disfrutado por su cochambreria tan noventera, cuando las películas de superhéroes eran otra cosa. En cualquier caso, el universo arácnido - Sony sigue dando palos de ciego... al menos el simbionte les salva con la taquilla, porque: qué interés tiene una película de El Muerto? Con la de villanos que hay...

Saludos!

Publicar un comentario

¿Tienes opinión? No seas tímido/a y compártela, pues en la diversidad está el gusto. Eso sí, intentemos no destriparle la película a nadie y avisa de SPOILERS al resto de lectores/as siempre que tu comentario los contenga. De no ser así, este será eliminado. Gracias.